Las roturas de ligamento suponen una lesión grave que requiere cirugía y rehabilitación

Lesión de ligamento cruzado: causas, síntomas y tratamiento

Cirugía ligamento rodilla quirónsalud
17/10/2022 - 

Las roturas y desgarros del ligamento cruzado anterior suponen una auténtica epidemia para los deportistas.

En España se producen cada año alrededor de 15.000 lesiones de este tipo, que suponen entre un 50 % y un 60 % de los problemas de rodilla que llegan a las consultas de traumatología.

Identificar este tipo de lesiones es sencillo: habitual en la práctica deportiva y cuando sometemos la rodilla a estrés, el paciente escucha un chasquido, e, inmediatamente, percibe un movimiento de vaivén de la rodilla, siendo poco probable que pueda continuar con la actividad.

Tras el diagnóstico gracias a la imagen por Resonancia Nuclear Magnética y a la exploración física, los expertos pueden aconsejar la intervención quirúrgica basada en la reconstrucción y que ofrece excelentes resultados.

¿Qué es ligamento cruzado?

El ligamento cruzado anterior es una especie de banda resistente de tejido que conecta los extremos de los huesos de la rodilla entre sí.

Tal y como nos explica el Dr. Fernando Jordá, jefe de la Unidad de Rodilla de Quirónsalud Torrevieja, este ligamento está ubicado en el centro de la articulación de la rodilla, y se extiende desde la parte posterior del fémur hasta la parte frontal de la tibia.

Sus funciones son:

Controlar el movimiento de vaivén de la rodilla.

Evitar que la tibia se deslice hacia afuera frente al fémur.

Proporciona estabilidad rotacional a la rodilla.

Respecto a las principales causas de lesión en la zona, el Dr. Fernando Jordá destaca:

Cambios bruscos de dirección.

Detención repentina.

Disminución de la velocidad al correr.

Mal aterrizaje tras un salto.

Colisión directa (más común en deportes de contacto).

Factores de riesgo: ¿quién sufre esta lesión con mayor frecuencia?

Aunque la mayoría de las lesiones de ligamento cruzado anterior tienen una causa multifactorial, existen factores que pueden aumentar su incidencia, entre ellos:

  1. Meteorología. Este tipo de lesiones son más habituales en ambientes secos, probablemente por un aumento del coeficiente de fricción.
  2. Calzado. El tipo y material de calzado puede influir en la producción de una lesión de ligamento cruzado anterior.
  3. Factores anatómicos de cada persona. Ángulo Q, valgo de rodilla, pronación del pie, índice de masa corporal (a mayor índice, mayor riesgo de sufrir esta lesión) o surco intercondilar.
  4. Factores hormonales. La incidencia de rotura del ligamento cruzado anterior es de 2 a 4 veces más alta en mujeres.
  5. Factores neuromusculares. Destaca la predominancia en la contracción del cuádriceps sobre los isquiotibiales, que se considera uno de los mecanismos potenciales que llevan a la lesión del ligamento cruzado anterior.

La fatiga se considera otro factor asociado con esta lesión, ya que produce efectos negativos sobre el control neuromuscular.

¿En qué consiste la cirugía de ligamento cruzado anterior?

El objetivo de la cirugía de ligamento cruzado anterior es, por una parte, reconstruir el ligamento para evitar que la tibia se mueva demasiado hacia adelante, debajo del hueso del fémur, y, por otra, hacer que la rodilla vuelva a funcionar normalmente.

Según el Dr. Fernando Jordá, jefe de la Unidad de Rodilla de Quirónsalud Torrevieja, para restaurar la estabilidad de la rodilla, el ligamento debe ser reconstruido, siendo normal “reemplazarlo por un injerto de tejido que actúa como un andamio para la formación de un nuevo ligamento”.

Estos injertos se pueden obtener de varias fuentes. 

“Normalmente, son autoinjertos del propio paciente, que se toman de los isquiotibiales de la parte posterior del muslo. También pueden usarse tendones del tendón rotuliano que se extiende entre la rótula y la tibia. En ocasiones, incluso se puede utilizar el injerto de un cadáver”. 

¿Cómo es la recuperación tras una intervención?

“En los primeros 10 a 14 días después de la cirugía, la herida debe mantenerse limpia y seca”, comenta el Dr. Jordá.

“En este periodo inicial, se procede a la recuperación de la capacidad para extender totalmente la rodilla y restaurar el control del cuádriceps. Para reducir la hinchazón y el dolor, suele aplicarse frío con regularidad”.

Además, durante las 3 semanas posteriores a la intervención, es necesario el uso de muletas para mantener el peso del paciente.

La recuperación incluye rehabilitación para “reducir la hinchazón de la rodilla, mantener la movilidad de la rótula y evitar dolor de rodilla en la cara anterior, recuperar el rango de movimiento y fortalecer el cuádriceps y los músculos isquiotibiales”. 

Dentro de la misma, los ejercicios para mejorar el control neuromuscular son “una parte crucial del éxito de la cirugía y comienzan inmediatamente después de ésta”. 

De hecho, el especialista en rodilla de Quirónsalud Torrevieja incide en que gran parte de “la recuperación de esta intervención depende de la dedicación a la fisioterapia rigurosa”.  

Y, aunque el paciente puede realizar actividades cotidianas unas semanas después de la operación, el retorno a la práctica deportiva debe alargarse en el tiempo.

“El retorno a las actividades deportivas que supongan saltos, giros, sprints y cambios bruscos de dirección se retrasará entre 6 y 9 meses desde la fecha de la intervención, siempre que previamente se haya hecho un programa de rehabilitación deportiva, y siempre y cuando no haya dolor o hinchazón, se haya alcanzado rango completo de movimiento de la rodilla y tanto la fuerza muscular como la resistencia y el uso funcional de la pierna hayan sido totalmente restaurados”. 

Síntomas (y consecuencias) de la lesión de ligamento cruzado 

La lesión de ligamento cruzado anterior tiene síntomas muy identificables, entre ellos:

En el momento de la lesión, los pacientes oyen y/o sienten un chasquido.

La articulación de la rodilla se hincha tras el chasquido debido al sangrado provocado por la rotura de los vasos sanguíneos del ligamento dañado. 

La inestabilidad provocada por el desgarro provoca una sensación de inseguridad y de flexión, especialmente al intentar hacer giros con la rodilla.

Es posible notar que la rodilla “quiere deslizarse hacia atrás”.

Es normal que haya dolor ante cualquier actividad o movimiento.

Pasada esta fase inicial aguda, el dolor y la hinchazón desaparecerán, pero la rodilla puede sentirse inestable, especialmente al caminar cuesta abajo.

Ante síntomas como la incapacidad de confiar en la rodilla como apoyo, conviene consultar con un especialista para realizar un tratamiento, ya que, a largo plazo, la inestabilidad puede provocar artritis temprana en la articulación.

Por último, el jefe de la Unidad de Rodilla de Quirónsalud Torrevieja recomienda seguir estas pautas para evitar las lesiones de ligamento cruzado anterior:

Calentar antes de hacer deporte.

Estirar tras la práctica deportiva.

Hacer ejercicios de fuerza, agilidad, propiocepción y estabilidad central.

Someterse a un análisis biomecánico de la rodilla para una mayor concienciación sobre la posición de la articulación.

Solicita más información acerca de la cirugía de ligamento cruzado en Quirónsalud Torrevieja

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