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LA MASAJISTA Y EL HOTEL RED PLEASURE

Lectura para un puente erótico-festivo: Amanda Seibiel presenta su última novela

9/10/2018 - 

ALICANTE. No hay duda de que, para el mundo literario, las Cincuenta Sombras de Grey han sido muy alargadas, ejerciendo una considerable influencia en la producción de nuevas obras durante los últimos años. Y es que hasta la aparición de esta tetralogía de Erika Leonard Mitchell, más conocida por su seudónimo E.L. James, el género erótico era más bien minusvalorado por la crítica y acusado de escasa calidad. Sin embargo, con la progresiva eliminación de tabúes, cada vez ha ido adquiriendo mayor aceptación por parte del público y hoy en día es uno de los géneros que más ha crecido en ventas en el mercado de los libros. 

La proliferación de nuevos autores, en su mayoría mujeres, y la publicación de más y más obras, ha ido perfeccionando su lenguaje y sus recursos, hasta un punto en el que ha alcanzado el lugar que reclamaba. Y una de esas autoras que ha sabido subirse a la ola de esta tendencia literaria es Amanda Seibiel, quien, bajo dicho seudónimo, la escritora de origen gallego afincada en Alicante desde hace más de veinte años, hace públicas esas historias romantico-eróticas que escribe. Relatos que comenzó a difundir en las redes sociales como pequeñas reflexiones y que después fueron tomando forma hasta convertirse en una consistente narración y posteriormente en un libro. 

Seibiel publicó su primera novela en junio de 2017 bajo el título Lo que quiero lo consigo y en octubre de ese mismo año sacaba a la luz Házmelo como tú sabes. Dos obras que consiguieron posicionarse como número uno en ventas en España, dentro de su género literario. Pero tras ellas vendría Solo quiero morir a tu lado, así como el cuarto y último libro hasta el momento, La Masajista y el Hotel Red Pleasure. Una obra que ha sido editada por Max Estrella y que le está llevando a recorrer el país a través de encuentros multitudinarios con sus lectoras más fieles... pero también con sus muchos lectores. Porque el público al que va dirigido no es solo femenino, como nos suele tener acostumbrados la literatura erótica, sino que “están orientados a mujeres y hombres de cualquier edad y condición”, según asegura la autora.

Las tramas se desarrollan con personajes heterosexuales y están escritas en un lenguaje sencillo y cotidiano “porque eso permite que el lector o lectora se identifique rápidamente con los protagonistas y que así se introduzca de lleno en la historia”, afirma. Y aunque se pueda pensar que lo narrado es fruto de su propia experiencia, ella aclara que “todo es producto mi imaginación”. Aunque sí es cierto que ella vive con intensidad y en primera persona lo que le ocurre a los personajes, siendo partícipe de la historia. “Cuando la protagonista está de mala leche, yo también lo estoy... y si está caliente, yo me pongo caliente con ella”, confiesa Seibiel.

La última novela de esta escritora se desarrolla en el Hotel Red Pleasure, como bien explica el propio título. Un extraño lugar en el que hasta el mínimo detalle es de un sugerente color rojo y donde, tan solo pulsando un botón, se cumplirá con las fantasías sexuales de sus clientes. Olga es la principal protagonista y acudirá allí a regañadientes en busca de un nuevo empleo. Está sumida en una intensa depresión por la fallida relación con su pareja pero acaba descubriendo este particular enclave de la mano de una amiga que le anima a salir de la tristeza aceptando este nuevo reto. Traspasar la primera prueba, Olga se establecerá allí como la nueva masajista del hotel, algo que le envolverá en una serie de acontecimientos para los que no estaba preparada. Sucesos que componen paso a paso el argumento de una historia cargada de intriga y tensión sexual.

Para descubrir todo lo que le ocurre a la protagonista en ese morboso contexto, habrá que leer el libro completo, porque su autora no ha desvelado más detalles. Un plan diferente para una semana cargada de días festivos que dan pie a cumplir de igual modo con las particulares fantasías de quien lee estas líneas... y también de quien las escribe.


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