El Gobierno de coalición de Elche, PSOE, Compromís y Partido de Elche había llevado una legislatura medianamente discreta si lo comparamos con el gobierno municipal de Alicante por ejemplo cuyos estruendos llegan a toda la provincia. La experiencia política del alcalde ilicitano y su talante negociador ofrecieron una imagen sólida del gobierno local. Pero tres proyectos urbanísticos, dos heredados y uno sobrevenido van a quemar la gestión de la presente legislatura si no son capaces de resolverlos de modo inmediato.
Un primer problema que heredaron de la anterior legislatura gobernada por el PP con mayoría absoluta fue el Mercado Central. Ya tuve tiempo de comentar en este mismo diario que es un “marrón” que no están resolviendo, se adjudicó a una empresa privada el terreno en el centro de la ciudad para la edificación de un semisótano comercial y varias plantas para aparcamiento, y que tras la aparición de unos restos arqueológicos y gracias a la presión ciudadana y la gestión de Compromís, que maneja los hilos de la Conselleria de Cultura, está paralizado a resultas de lo que se aprecie de las excavaciones. Pero la paralización no es una resolución del problema, sino únicamente la dilatación del mismo.
Un segundo problema es el Hotel de Arenales del Sol, también procedente de la gestión de la anterior Alcaldesa, qué nos vendió la reforma del Hotel y su rehabilitación. Después de que los vecinos se ilusionaran con la idea del revulsivo económico que supondría para la pedanía, se produjo los excesos del propietario que no se ajustó a la licencia, las denuncias ante Costas y la orden de ésta de paralización con una elevada multa al propietario. Ya me he perdido y no sé en qué trámite burocrático se encuentra, salvo que a fecha de hoy nos encontramos con una mole en ruinas en primera línea de playa que ni la tiran ni la reforman, ¡Los vecinos están contentos¡
El tercer problema que ya no es heredado sino sobrevenido es el del edificio de Riegos del Progreso, un edificio singular entre sus colindantes donde se hacía la venta de aguas y que no se sabe por qué motivo en el año 1998 dejó de incluirse en el catálogo de Edificios Protegidos. Recientemente la propiedad, con todo su derecho por cuanto tenía licencia municipal, empezó la demolición para la construcción de oficinas u obra nueva y otra vez, por la presión de algunos colectivos que denunciaron la destrucción del patrimonio histórico, consiguieron a través de Compromís, la paralización del derribo. Pero claro como éste ya se había iniciado se tuvo que apuntalar rápidamente para que el edificio no cayera. No pueden imaginar el caos circulatorio que ha originado tener la calle cortada varias semanas y que afecta a los comercios, a los camiones de carga y descarga que suministran productos a restaurantes, supermercados, tiendas de ropa, los residentes no están enfadados, sino lo siguiente. No se olvide además que también los autobuses se han visto afectados por tratarse de una calle principal de la ciudad que está en el centro mismo y que también es arteria de salida.
Por tanto tenemos tres ruinas que están “arruinando” la gestión de tripartito ilicitano. Estamos a poco más de un año de las nuevas elecciones y los partidos que gobiernan en el Ayuntamiento de Elche deberían “ponerse las pilas” para dar solución inmediata a estos tres problemas. La buena gestión desde luego no pasa por paralizar las obras durante el resto de la legislatura, sino por su resolución caso a caso, y todos los partidos que gobiernan deben recordar que se presentaron con un programa electoral donde algunos de estos temas ya figuraban. También hay que resaltar que cuando un partido socio del gobierno de coalición se dedica a poner la zancadilla a otro, el resultado final también le afecta.