BENIDORM. La facturación anual de las plataformas de comercialización de alojamientos turísticos descendieron 12 millones en Benidorm y 18,6 millones en Alicante respecto al año anterior. El confinamiento de la sociedad, la reducción de la movilidad y como consecuencia la disminución al mínimo de operatividad de las aerolíneas han provocado que los flujos de turistas hayan quedando prácticamente congelados, sobre todo, a nivel internacional. Una situación de gran complejidad que ha generado un impacto sin precedentes sobre los alojamientos turísticos y por supuesto, en la comercialización turística de las viviendas, según los estudios elaborados por Hosbec.
Según revelan los datos de la herramienta MarketMinder de Airdna, la media anual de propiedades turísticas en Benidorm durante el año de 2020 fue de 1.954, ligeramente inferior al total recogido en 2019 (-2%). Teniendo su mayor número de propiedades activas en el periodo comprendido entre los meses de junio a octubre. La oferta disponible elige en un 66% Airbnb como plataforma preferida de comercialización, seguida en un 22% por Vrbo y un 12% en ambas.
Los datos de ocupación se mantienen a principios de año, pero la llegada de la pandemia provoca que no se vuelva a alcanzar durante el resto del año los valores registrados durante 2019. Esto tiene un impacto directo sobre los ingresos totales recaudados que descienden un 44,3% en relación al año pasado.
El total de los ingresos recaudados durante el año 2020 se cifran en 15 millones, siendo las casas enteras las que más recaudan representando un 99% del total. La facturación anual es un claro reflejo de la desastrosa situación vivida desde marzo, ya que se traduce en una pérdida de más de 12 millones de los cuales el 85% se quedan en el camino de junio a octubre.
La tarifa media diaria (ADR) alcanza sus puntos más altos en julio y agosto llegando a los 104€ de media en propiedades completas. En el caso de las habitaciones privadas noviembre es el mes que más se encarece a 50€ la noche, seguido de octubre y agosto
Respecto a los destinos próximos a Benidorm, se observa como las tarifas de viviendas más caras se encuentran en La Nucía (144€ de ADR) seguidas de Calp y Altea con 127€ y 126€ respectivamente. En cuanto a los mayores ingresos mensuales medios por vivienda disponible se dan en Calp con 1.041€ de RevPar mensual.
La ciudad de Alicante ha contado con una media anual de viviendas turísticas durante el año de 2020 de 3.177, con un descenso del 12%. Las casas enteras, que representan la mayoría de estas propiedades, cuentan con mayor disponibilidad de viviendas en el mes de julio (2.564), observándose a partir de este mes una caída paulatina hasta diciembre con 2.142 propiedades activas. Airbnb triunfa como plataforma de comercialización con un 85% de la oferta frente a un 6% de Vrbo y un 9% que se encuentra en ambas.
Respecto a los datos de ocupación al igual que en Benidorm, el año empezaba con buen pie manteniendo prácticamente los datos del año anterior tanto en casas enteras como en habitaciones privadas. Sin embargo, a partir de marzo los datos no logran superar las ocupaciones mensuales registradas en 2019 hasta el mes de diciembre. Para ambos tipos de propiedades turísticas, el dato más álgido se anota en agosto con un 68% en el caso de las casas enteras y un 52% en las habitaciones compartidas.
El año 2020 dejan más de 19 millones de ingresos totales, nada más y nada menos que un 49,3% menos que durante el ejercicio anterior, lo que supone 18,6 millones de euros menos que en 2019. La facturación anual cae en picado, con pérdidas llamativas como las de los meses de verano (de junio a agosto) en los que se pierden casi 10 millones de euros respecto al año pasado.
La tarifa media diaria (ADR) alcanza su punto más alto en agosto llegando a los 92€ en el caso de las casas enteras y 27€ en las habitaciones privadas. Datos que coinciden con los meses de mayor recaudación de ingresos y ocupación durante 2020.
Finalmente, respecto a la ventana de reservas oscila entre los 43 y 83 días, realizándose el mayor volumen de reservas en todos los meses en la semana previa al viaje (0-6 días antes). Este último dato esta totalmente asociado a la incertidumbre generada por la pandemia y al sometimiento de cambio constante.