VALÈNCIA. (EFE) El número de jubilaciones anticipadas ha caído entre enero y julio un 7,63 % interanual, después de que en 2022 haya entrado en vigor la reforma de las pensiones que incentiva que se retrase unos meses la jubilación anticipada voluntaria y fija que el alta a la jubilación sea mensual en lugar de trimestral.
En este contexto, el 57 % de las jubilaciones anticipadas voluntarias hasta julio se ha retrasado dentro del trimestre, aumentando la cuantía de la pensión respecto a la normativa anterior, de acuerdo con los datos de la Seguridad Social incluidos en sus presupuestos para 2023.
En total, entre enero y julio se produjeron 67.581 nuevas altas anticipadas en el sistema de pensiones, el 7,63 % menos que en el mismo periodo del año anterior, de las que 35.683 (3,32 % menos) se corresponden con jubilaciones anticipadas voluntarias a las que se aplica un coeficiente reductor.
La jubilación anticipada se puede pedir voluntariamente hasta dos años antes de cumplir la edad legal de jubilación, pero la reforma de pensiones penaliza con mayores coeficientes reductores a quienes accedan en los meses 24 y 23 antes de la edad legal, mientras que a partir del mes 22 la reducción es menor, con lo que conviene retrasar dos meses los planes de jubilación.
También empeoran, aunque en menor medida, los coeficientes en los tres meses previos a alcanzar la edad legal de jubilación.
La cuantía de la pensiones anticipadas ha sido tradicionalmente superior a las no anticipadas, una brecha que en la última década se ha agrandado debido a la caída del importe medio de las no anticipadas entre 2013 y 2018, con lo que el diferencial ha pasado de unos 200 a unos 400 euros mensuales (1.700 euros frente a 1.300 euros).
De esta forma, las nuevas altas no anticipadas se han alineado a la baja con la media de todas las pensiones de jubilación en vigor.
La modalidad de jubilación demorada, que incentiva económicamente cada año de retraso, ha aumentado un 5 % entre enero y julio en comparación con el mismo periodo del año anterior, hasta un total de 10.187 altas.
De los que ha demorado en 2022, el 41,8 % son autónomos y el 58,2 % son trabajadores por cuenta ajena, lo que supone un aumento del peso de la jubilación demorada en el régimen general, si bien la proporción de autónomos que demoran en función de su colectivo es más del doble que para los trabajadores por cuenta ajena.
La media ponderada de demora para el total de altas es de 2,6 años, aunque a mayor número de años cotizados menor es la demora, de forma que para quienes tienen cotizados hasta 25 años la media es de 3,16 años, mientras que para carreras de cotización superiores a 37 años la media baja a 2,22 años.
Del total de jubilaciones demoradas causadas al amparo de la ley de pensiones de 2021, el 86,6 % ha optado por aumentar el porcentaje de la pensión un 4 % por cada año demorado y el 13,4 %, por la cantidad a tanto alzado.
Quienes han elegido el cheque único han recibido una media de 6.841 euros por un año demorado, 13.957 euros por dos años y 21.897 euros por tres años, que son los casos más comunes.
No obstante, se han pagado cuantías superiores a 130.000 euros para casos excepcionales (mayoritariamente de trabajadores autónomos) en los que la jubilación se ha retrasado entre 16 y 29 años