VALÈNCIA (EP). El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de València (APV) ha aprobado este jueves, con dos votos en contra, la adjudicación a la empresa valenciana Baleària Eurolineas Marítimas S.A. de la construcción y explotación de la nueva terminal de pasajeros en el Puerto de València, con una inversión global público-privada que ascenderá a 100 millones y con la previsión de que comience a operar en 2025.
Así, lo ha señalado el presidente de la APV, Aurelio Martínez, tras la reunión del Consejo de Administración, que se ha prolongado por más de dos horas y en el que ha admitido ciertas "disensiones" entre los consejeros.
No obstante, ha resaltado que finalmente se ha dado la aprobación definitiva, --tras retirarse del último orden del día--, lo que supone "una excelente noticia para la ciudad" ya que supondrá una inversión global cercana a los cien millones de los que la naviera aportará 37 millones de euros y la APV aportará otros 61,8 millones para el acondicionamiento de la parcela y rehabilitación del antiguo astillero, adecuación de atraques de Espigón del Turia y Muelle Grada y Fondo, entre otras obras.
Ha detallado que esta infraestructura se adjudica por un plazo inicial de 35 años prorrogables a 50 en la "mejor ubicación" posible para facilitar el tránsito de pasajeros entre el Muelle de Poniente y el Muelle Perfecto Palacio, en la zona anteriormente ocupada por el astillero de Unión Naval de Valencia, que contará con aproximadamente 100.000 metros cuadrados. Ahora falta por determinar con el Ayuntamiento cómo accederán vehículos y peatones a la terminal desde la Marina.
Martínez ha explicado que la APV está finalizando la redacción de los proyectos constructivos, por lo que se prevé el comienzo de ejecución de las obras en aproximadamente 14 meses en el caso del Muelle Perfecto Palacio, 18 meses del Muelle de la Grada. De este modo, se prevé que pueda entrar en funcionamiento en 2025.
Al respecto, el director general de la APV, Francesc Sánchez, ha explicado que se ha desestimado una alegación que cuestionaba si podía adjudicarse la terminal en esta ubicación dado que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana aún no ha resuelto si la ocupación de este espacio del Grupo Boluda debe acometerse "vía rescate o caducidad" porque en cualquiera de las dos vías "no hay ninguna duda de que la APV dispone de estos terrenos".
Del mismo modo, también se ha rechazado otra alegación sobre la omisión del requisito ambiental porque, ha señalado, "esta actuación no está afectada por la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de 2007 encargada para la ampliación norte al estar en la zona 1 del puerto y en aguas abrigadas". Por ello, "no le afecta el debate de si está DIA está en vigor o no y, según la ley de evaluación ambiental, no requiere de ninguna una DIA ordinaria ni simplificada".
Martínez ha resaltado al ser la terminal "más moderna de España y Europa se equipará con la mejoras tecnología de sostenibilidad" en la línea con el objetivo de la APV de ser alcanzar el equilibrio energético en todo el Puerto en 2030. De este modo, funcionará con cero emisiones contaminantes, apostará por la economía circular y contará con un espacio para la dinamización cultural. Así, la nueva terminal producirá el 100% de la energía eléctrica necesaria en sus propias instalaciones y será de origen renovable: fotovoltaica, eólica, hidrógeno renovable o biocombustible.
Además, todos sus muelles estarán equipados con red de suministro eléctrico a los buques atracados, facilitando así parar los motores y sus emisiones cuando estén de visita en València, reciclará el 100% de los residuos que genere en una planta de biometano que se construirá expresamente para este fin; y tratará los residuos de los buques y los propios del edificio para obtener biogás.
Todas estas medidas se complementarán con sistemas de control y gestión centralizada de las instalaciones, sistemas inteligentes de consumos, iluminación con tecnologías LED, sistemas de cargadores eléctricos a instalar en parkings y un sistema de seguimiento de la huella de carbono.
De este modo, ha recalcado que esta terminal de pasajeros será una infraestructura "modélica en sostenibilidad ambiental y social, accesibilidad y nuevas tecnologías" y "se convertirá en un referente para el entorno del Puerto de València, generará valor añadido a la fachada marítima y prestará servicio a la ciudad y la ciudadanía".
Así, estará destinada a atender las líneas regulares de pasajeros nacionales e internacionales, entre los que actualmente ya operan líneas entre València y Baleares y Argelia, -con operativas y espacios separados e independientes-, así como tráfico de cruceros y de carga rodada o "ro-ro" (plataformas o vehículos que acceden a los barcos con sus propios medios). Por ello, dispondrá de cuatro atraques, permitiendo uno de ellos la escala de barcos de hasta 360 metros de eslora y otro muelle de al menos 250 metros de longitud y se construirá un pantalán central de 215 metros para el atraque de ferris.
Además, las operativas para tráfico de pasajeros regulares y cruceristas estarán separadas y con espacios diferentes. El objetivo es "liderar" el tráfico de personas y empresas entre la península y las Islas Baleares, con un compromiso de la futura terminalista valenciana de dar servicio a 370.000 pasajeros el primer año a ferries de líneas regulares y cruceros y hasta 472.000 en el quinto año. Al respecto, ha vuelto a demandar a Generalitat y Ayuntamiento que marquen el límite de cruceristas óptimo que puede acoger València al día para que la APV tenga una base para "ordenar los amarres y las concesiones".
Para la gestión de los cruceros, Balèaria incorporará la experiencia de Global Ports Holding (GPH), que aportará todo su know-how al proyecto y su compromiso con una oferta de cruceros más sostenible y de menor impacto ambiental.
Martínez ha destacado que la APV ya ha acondicionado parte de la parcela del antiguo astillero del Puerto de València, donde se han mantenido los cuatro elementos del antiguo astillero catalogados por la Cátedra Demetrio Ribes de arqueología industrial de la Universitat de València como piezas de valor histórico artístico. En concreto, se trata del depósito de agua, la grada de construcción de buques, dos grúas y las naves más emblemáticas.
De hecho, ha señalado que ya se ha restaurado el histórico depósito de agua de la antigua Unión Naval de Levante que desde hace unos meses luce el nombre de 'Port de València' con los colores corporativos de la administración portuaria (azul y blanco) para dar mayor visibilidad al nombre del puerto, tanto desde tierra como desde el lado mar.