taller artesanal junto al mercado central

La vuelta al mundo del 'know-how' cervecero: De Toronto a Skopje y destino en Alicante

Un empresario macedonio importa su modelo de producción artesana creando la marca 'La Al1cant1na', con fábrica propia y tres restaurantes 

24/01/2021 - 

ALICANTE. El futuro es el pasado. Valga esta afirmación para definir el ADN de la nueva marca de cervezas artesanas made in Alicante. Y para que no haya duda de su origen, se la ha bautizado como La Al1cant1na, un naming para diferenciarse, y quizás para ayudar al algoritmo de Google a encontrarla en internet.

El pasado prevalece en la elaboración cervecera, visto como tradición y respeto a los ingredientes naturales -malta, agua, lúpulo y levadura- "siempre a través de un proceso en el que prima la autenticidad y el sabor". Este credo lo suscribe Pane Temov, nacido en Skopje -Macedonia- y alma mater de este proyecto.
Asociado con su compatriota Dime Spasov, Juan Pablo Cozzani (argentino) y Wendy Niklewicz (polaca), ha abierto recientemente el Taller de Cerveza Artesanal en Capitán Segarra, a un paso del Mercado Central.

Justo enfrente del taller está uno de sus bares, Cantina El Colectivo, reconocible por su concepto de 'taproom' o espacio donde las cerveceras sirven sus propias cervezas junto con tapas creativas, catas y maridajes.
La inversión alcanza un segundo restaurante de mismo nombre en la playa de San Juan, mientras sus socios suman un tercer El Colectivo en el cercano municipio de la Vila.

El titiritero que vino del frío

Antes de recalar en la capital de la Costa Blanca, Pane suma un recorrido trufado de experiencias, una vida de puro nómada. Su álbum profesional empieza en Italia, como titiritero. Colabora en un programa de la TV nacional Rai 3 junto al showman Piero Chiambretti, un José Luis Moreno transalpino. Aunque en su caso es Temov quien articula a los Rockefeller, Macario y similares. Pese a la buena acogida, sus expectativas viajeras no cesarían ahí.
De Italia cruzó el Atlántico hasta Boston, continuando con sus marionetas. Nuevos retos como artista callejero le llevaron de la ciudad de Massachusetts hasta Toronto. Año 2004. Aquí empieza su etapa como cervecero.

"El invierno en Toronto es extremo y tuve que buscar otro trabajo para ir tirando durante esos meses". El titiritero dejó de tiritar arrimándose al calor de una fábrica de cerveza artesanal, en pleno downtown de la urbe canadiense. "Allí aprendí a fabricar cerveza. Y allí me enamoré de este producto que está muy vivo, y que puede tener una personalidad muy compleja a partir de una receta con solo cuatro ingredientes".

El flechazo le duró ocho años en Toronto, espacio en el que explotaría otra faceta profesional: "Sabía fabricar cerveza y tenía experiencia en espectáculos en la calle, así es que me lancé con un festival", rememora.

Creador de cerveza… y festivales

Pane lió una buena con el Buskerfest en Toronto, un festival que años más tarde exportaría a su Skopje natal. Se lo pidió el alcalde, nada menos. Y después le encargaron otro festival, el Vinoskop. Con pocos años a sus espaldas, el Buskerfest Macedonia se alzó como el mayor festival de arte callejero de la región de los Balcanes. Acróbatas, bailarines, magos, músicos y malabaristas procedentes de Australia, Canadá, Argentina, Polonia, Italia, Nueva Zelanda, EE.UU., Alemania o Japón daban rienda suelta a su energía creativa durante 10 días.

Ya de vuelta a la capital macedonia, nuestro nómada particular hizo valer su experiencia como empresario cervecero: abrió una fábrica artesanal y un par de restaurantes que subieron como la espuma de su cerveza. Ahora, la historia se repite de nuevo. El know-how de elaborar craft beer llega a Alicante  tras dar una vuelta al mundo, a lo Phileas Fogg.

Covid-19 y las cifras de consumo por los suelos

Los gestores de esta nueva marca apostaron a caballo ganador en 2019: tanto España como Alicante ofrecen enormes posibilidades de consumo, de experiencias dirigidas tanto al turista como al residente habitual.
Según las cifras de la entidad Cerveceros de España, el consumo de cerveza en España superó los 41 millones de hectolitros en 2019. Esta cifra nos sitúa como el cuarto país productor en la Unión Europea, justo detrás de Alemania, Reino Unido y Polonia. La cerveza machaca al vino, en este sentido, con 11,5 millones de hectolitros consumidos el mismo año.

"En España el vino tiene más tradición, hay más cultura sobre esta bebida, más conocimientos de los procesos, de las viñas", explica Pane Temov, matizando que "el consumo de la cerveza sí es sobresaliente, y es fácilmente relacionable al buen clima, al estilo de vida de la gente, que le gusta salir y reunirse en los bares o en las terrazas".

Ahora, recién estrenado el 2021, el frenazo originado por la crisis de la covid es el obstáculo a salvar. En palabras de Jacobo Olalla, director general de Cerveceros de España, "al cierre de la hostelería durante el estado de alarma y posterior reapertura limitada, se suma el descenso del turismo y de la actividad económica", lamenta en el último informe anual publicado por la citada entidad.

Una visión realista de la que no escapa prácticamente ningún sector. Vacas flacas sine die: "La situación no es fácil para nadie, el asunto del COVID ha acabado cerrando los bares", evidencia el cervecero macedonio. De momento, y hasta nuevo aviso -previsto para el 31 de enero-, su vía de ingresos se resume en la venta de cerveza directa en el mismo Taller.

Confianza ciega en el producto

Como los viejos surfistas, los responsables de La Al1cant1na esperan su ola buena. En pleno centro de Alicante, en una zona que otrora fue conocida como la Ruta de la Madera (por la gran presencia de cervecerías y pubs), la factoría artesana sorprende.  Te da la bienvenida un cartel de corte clásico, bien visible, acompañado de unos barriles al aire.
Más abajo, casi como una hornacina esperando a sus peregrinos, surge un escudo del Hércules CF, rodeado de cerámica verde y roja. Puertas adentro destaca la decoración industrial: tuberías, cubas y tanques fermentadores inox se entremezclan con grafitis, banderas y anotaciones con tiza que otorgan un toque descarado.

A pesar del bicho, hay vida en el Taller de La Al1cant1na. En la factoría, Pane se pone el traje de alquimista. Supervisa y respira. Por ese orden. De repente, se acerca a un saco de cebada, coge una muestra y se lo acerca a la cara. Lo mira, lo huele. Y lo cata. Sonríe, tras un rápido golpe de mandíbula.  Satisfecho, ofrece el saco a los presentes. "¡Venga, es muy bueno!", apremia en un castellano incipiente, con ganas de dejarse oír. "Aquí empieza nuestra historia, la que queremos contar con La Al1cant1na", añade, mostrando otro puñadito del cereal.

Enfrente, un Goliath muy, muy poderoso. La cerveza industrial y sus producciones de cifras mareantes, sus campañas de marketing de seis ceros y su implantación centenaria. "Somos totalmente compatibles", apunta Pane. No cree que la cerveza artesanal "sea lo bueno" y la industrial "lo malo". En este punto, tira de argumentos: "Frente al proceso de fabricación natural de cualquier artesana, la pasteurización elimina las propiedades nutritivas de la cerveza", considerada como un alimento por su fermentación. El pan líquido del antiguo Egipto. El pasado es el futuro, nuevamente.

La cultura craft no es una moda, remarcan desde La Al1cant1na, poniendo el acento en el aroma y el sabor. Su ideario viene impreso en cada una de sus botellas: "Taller de producción de cerveza artesanal natural, fermentada en frío y sin filtrar, sin colores ni sabores artificiales ni conservantes. Cerveza natural 100 % sin pasteurización".

Su carta de presentación es nítida. Ingredientes de calidad, seleccionados, respeto al proceso de fermentación milenario y, sobre todo, un  "buen sabor", alienta su productor principal, agregando que las craft beers no añaden gas (CO2) y suelen ofrecer "mejor resaca", afirma mientras guiña uno de sus ojos azules.

¿Y qué opinión tienen por este taller del resto de cervezas artesanales de Alicante y provincia? "Las conocemos, las hemos probado y personalmente me gustan, aunque La Al1cant1na es diferente". Se acerca la puesta de sol y ya es la hora de bajar la persiana por hoy. El cierre de los bares y restaurantes ha caído como una losa. Aún así, en el Taller ya piensan en una nueva inversión. Son una start up muy viajada, y ahora ultiman la incorporación de una nueva solución para el embotellado de sus productos. De momento, van con la Pilsner (rubia), Weiss (trigo), Porter (negra) y la icónica IPA (lupulada y ligeramente amarga).

En el horizonte, con la mascarilla bien subida, Pane Temov sigue ilusionado: "Tengo muchas ganas de que otros restaurantes y tiendas gourmet conozcan La Al1cant1na, incluso de estudiar la creación del Buskerfest aquí. Hay que seguir, como dice un dicho que me han enseñado hace poco, que me encanta. Adelante como los de Alicante".

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