TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

La importancia de una empresa de servicios

30/03/2020 - 

Es la primera vez que la humanidad se encuentra en esta situación tan extraordinaria, en la que millones de personas estamos encerrados en nuestros hogares. A día de hoy, ya todos los países más y menos desarrollados somos conscientes de que nos hemos de proteger frente al enemigo que no es ninguno de nosotros sino un bicho en forma de corona que se ha convertido en el Rey del mundo. Quién nos lo iba a decir, ¿verdad? Que un ser tan insignificante, microscópico fuera a dirigir nuestras vidas, las de países gobernados por dictaduras, democracias de izquierdas y de derechas, parece una sinrazón pero resulta que es la realidad más real que tenemos ante nuestros ojos todos.

Se nos dice que hemos de protegernos frente a él para mantenernos en vida y eso es precisamente lo que hacemos pero eso también significa que hemos de seguir realizando no sólo las funciones vitales propias del ser humano sino también las sociales, aquellas que consumen gran parte de nuestro día a día como es la de trabajar.

Sí esa palabra “trabajo” que nos hace esclavos de nuestro tiempo pero que sin la cual no podremos seguir viviendo mucho tiempo. Por ello, hoy tras una semana de encierro en casa queremos seguir trabajando para poder hacer que la rueda de la economía siga rodando, ahora mismo gira muy lentamente pero si se para del todo ya no será solo el virus el que nos matará a todos sino el hambre. De momento, las empresas que venden productos han ralentizado e incluso paralizado su maquinaria de producción ante el cierre de los comercios en los que se compran productos como la ropa, el calzado, vehículos, etc. y la compra online de estos artículos, salvo los de primera necesidad, se puede posponer. Ahora no podemos pensar en adquirir este tipo de productos y resulta lógico pero sí podemos consumir servicios y ellos, serán los que puedan evitar que esa rueda se pare del todo.

Como empresa de servicios siempre he sentido que el esfuerzo por vender un servicio era muchísimo mayor que el de vender un producto porque éste se puede palpar, tocar, oler, ver: un zapato, un bolso, una camiseta, una mesa, un perfume, es decir, los sentidos hacen parte del trabajo comercial que ayuda a que se produzca esa venta; pero en el caso de los servicios únicamente cuando se consumen es cuando podemos valorar si cumplen nuestras expectativas o no y es cuando realmente les damos valor. Esa es la dificultad de su venta y también su desafío, pero hoy en este mes de encierro que nos queda por delante siento que por fin le ha llegado el papel protagonista que tanto merece, y que los servicios son clave para que la economía no se derrumbe.

Expertos economistas hablan de que es muy probable que el colapso de las principales economías desarrolladas vaya seguido de un colapso de los mercados emergentes para el 2021, creando una conmoción de la oferta sin precedentes. Se espera que la eurozona entre en recesión en los próximos meses y en EE.UU. se espera un descenso del 3% y esto parece ser sólo el comienzo de una economía mundial que ya venía desacelerando en el 2019. La tendencia es frenar el movimiento, no sólo del virus sino de la actividad económica (cancelación de congresos, eventos, viajes de todo tipo, …) en pro de la salud pública pero como empresas no podemos permanecer quietas y esperar que los gobiernos de los diferentes países nos vayan a salvar la vida de nuestras empresas. Ellos deberían eliminar (no aplazar) el pago de impuestos a las empresas durante el periodo de crisis para evitar un aumento masivo del desempleo y un dominó de quiebras pero sabemos que no será así por lo que lo único que nos queda es seguir trabajando y colaborando entre todas nosotras. Por ello, las empresas de servicios que tenemos la oportunidad de seguir trabajando desde casa, gracias a las nuevas tecnologías sin contagiar a nadie y hacer que esa rueda siga girando debemos colaborar entre todas. Hoy se precisan de servicios de asesoramiento fiscal, laboral, mercantil, psicológico, terapéutico, traducciones, etc., ayudemos a las empresas de producto para que estén preparadas mejor que nunca a seguir vendiendo productos cuando se abran sus comercios. Creo que es nuestro deber como empresarios.

Verónica González, CEO de Trayma, empresa asociada a Jovempa

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