ALICANTE. La gestión de la insolvencia se está revelando como una de las estrategias clave en la supervivencia empresarial en aquellas pymes que han visto menguado su volumen de negocio y una contracción de sus ventas. Según un estudio realizado por Crédito y Caución, en 2021 es posible que España sea el país de la Eurozona con mayor crecimiento de la insolvencia empresarial. En concreto, y aplicado al año presente, este estudio revela que existe un aumento del 30% colocándose como séptimo país del mundo con un mayor incremento.
La reestructuración empresarial y mediación
"La gestión de la insolvencia es en sí una respuesta desde diferentes ámbitos jurídicos, para plantear soluciones que eviten una crisis más profunda en la relación y créditos con proveedores y acreedores de todo tipo", explica María Marín, abogada y socia de Aquami Abogados y consultores empresariales.
Esta situación de crisis debe ser gestionada de forma consensuada entre diferentes partes, para poder llegar a acuerdos que permitan proteger la empresa, con el objetivo de que no se paralice la actividad creando una crisis mucho mayor a la existente, esto hace necesario atajar la sangría en el momento más temprano, cuando todavía no está totalmente presente.
Marín también apuntaba sobre estas crisis que "en Aquami hemos ayudado a algunas empresas en sus malas rachas, propiciando salidas extrajudiciales y haciendo un programa preventivo de preparación del posible concurso de acreedores, para que si este sucediera poder garantizar la continuidad del negocio y el empleo".
¿Qué hacer ante esta situación?
La situación de crisis por la llegada de la insolvencia suele dejar al empresario totalmente desamparado sobre la relación con sus acreedores. Básicamente la insolvencia puede no ser fruto de una mala gestión, los factores externos como hoy es la crisis sanitaria y los cierres forzosos de negocios con la consecuente bajada de la actividad, hacen que ninguna empresa este en el sector que este se salve de este mal actual.
Acciones financieras
La insolvencia viene derivada de la falta de tesorería, puede que la compañía cuente con bienes raíces, pero estos habría que convertirlos en “liquido” que aumente la tesorería, antes de tenerlos en cuenta para afrontar deudas en una etapa temprana.
Por lo tanto, la primera de las acciones que se han de tomar es la planificación de la deuda contraída y para ello se suele hacer un aplazamiento de la deuda tributaria y de seguridad social, también la defensa del crédito con la negociación y obtención de las garantías o acuerdos necesarios.
Otras responsabilidades
Existen múltiples responsabilidades exigibles a los administradores de las empresas, este capítulo suele necesitar de la aplicación de un código de conducta que evite ocasionar situaciones punibles, para evitar litigios tributarios o penales de los administradores.
Acciones laborales
Se hace muy necesario aplicar medidas que reestructuren la plantilla con la visión de no detener la producción, pero ajustando la estructura de gasto a la situación actual. Suelen aplicarse medidas de flexibilización a la plantilla para reducir jornadas, así como el cierre de unidades productivas que se haya detectado que pueden ser menos rentables en este contexto. Lógicamente los expedientes de regulación también se hacen necesarios, por el bien del conjunto de empleados.
Momento de relanzar la empresa
"En Aquami somos empresarios y consultores de negocio, aportando el valor necesario para salir de la crisis reforzados, mientras el equipo legal se encarga de poner las vías de solución a los múltiples problemas que aparecen en esta situación", dice Marín. Una correcta gestión de la insolvencia puede ser el detonante para algunas empresas, que consiguen ajustar sus estructuras de gasto y salir de este bache con un negocio mucho más optimizado y competitivo que esté preparado para afrontar los retos del “nuevo cliente” cubriendo mejor las necesidades de los nuevos mercados que aparecen tras una crisis como la que vivimos.
