ALICANTE. El encaje del centro de congresos promovido por la Diputación y el Ayuntamiento de Alicante entre los muelles 7 y 9 del Puerto de Alicante queda lastrado entre la burocracia administrativa y la falta de interlocución entre instituciones a la espera de que pueda trazarse al menos su proyecto básico. O como mínimo, de que se conozcan los parámetros básicos del edificio que se pretende construir, como su altura y su volumetría. Por lo pronto, la Autoridad Portuaria no ha podido avanzar en la tramitación de los expedientes que resultan necesarios para modificar tanto el Plan Especial del Puerto como las Delimitaciones de Usos y Espacios Portuarios (DEUP) al no conocer qué superficie concreta y qué dimensiones podría ocupar ese futuro complejo, en el que se pretende dar cabida al centro de congresos y al futuro centro operativa de Suma (el organismo tributario de la Diputación).
Así lo pusieron de manifiesto este jueves tanto el presidente de la Autoridad Portuaria, como su director general, Juan Antonio Gisbert y Carlos Eleno, tras reiterar que se prevé tramitar en paralelo los dos cambios en la planificación portuaria para acelerar su aprobación. Como ya ha informado este diario, el visto bueno a la modificación de la DEUP corresponde al Ministerio de Movilidad (antes Fomento), mientras que el ajuste del Plan Especial requiere del aval de la Generalitat. En principio, se prevé que la reformulación de las dos planificaciones pueda prolongarse durante un plazo de dos años, como también se apuntó a finales del mes de abril, cuando se dio a conocer la iniciativa.
Entre tanto, también sigue sin despejarse cuál podría ser la participación definitiva de la Generalitat en el proyecto. El propio presidente de la Diputación, Carlos Mazón, apuntó este jueves que todavía no había tenido respuesta de los interlocutores del Consell para poder mantener un encuentro en el que se pudiese conocer cuál sería el grado de implicación de la administración autonómica en la ejecución del centro de congresos. Y el conseller de Política Territorial, Arcadi España, apuntó, por su parte, que se pretendía mantener un encuentro previo con la Autoridad Portuaria para tener una primera información oficial sobre la propuesta, a partir de la manifestación de interés sobre la concesión de uso de los muelles 7 y 9 que la Diputación y el Ayuntamiento registraron en abril. En esta línea, tampoco se ha concertado todavía la reunión de trabajo entre el Ayuntamiento y la Generalitat para definir su posible implicación en la financiación de las obras.
Así, el impulso del centro de congresos sigue limitado a la negociación del convenio entre Ayuntamiento y Diputación que permitirá la constitución del consorcio encargado de su promoción y a la recopilación de las experiencias desarrolladas en la construcción de otras infraestructuras similares. En ese proceso, ya se ha producido una primera visita al centro de congresos de la ciudad de Málaga para conocer su experiencia y sus funcionalidades, como informó este diario.
Ahora se pretende extender esa labor de búsqueda de posibles referentes con otra visita a las instalaciones del centro de congresos de Cartagena, con el que el futuro complejo de Alicante compartiría su ubicación junto al mar. El centro cartaginés, conocido como El Batel, fue diseñado por los arquitectos José Selgas y Lucía Cano a través de la convocatoria de un concurso internacional de ideas. Su construcción destaca por su inspiración marinera y el uso de materiales que simulan una piel de plástico translúcida que permite el paso de la luz natural en sus espacios internos. Las obras del edificio se iniciaron en el año 2004 y comenzó a funcionar en 2011 tras un desembolso próximo a los 64 millones. Dispone de nueve salas, la mayor de las cuales cuenta con capacidad para albergar eventos de hasta 1.400 personas.
Así, la pretensión de las áreas de Infraestructuras y de Arquitectura de la Diputación, bajo la batuta de Javier Gutiérrez y la próxima incorporación de José Ramón González de Zárate, es concertar un próximo encuentro institucional con sus gestores para conocer su modelo de funcionamiento y la versatilidad del edificio con el fin de importar sus aciertos a los futuros proyectos de los centros de convenciones de Alicante y Elche.