por amor al arte / OPINIÓN

Isabel Díaz Ayuso

3/05/2020 - 

La semana ha sido de antología, un rugido contra toda proporción. Pura justicia poética con los riders acurrucados bajo la lluvia en el Partenón. Que son la prefigura de lo que viene. Encantador fue lo de Teodoro García Egea apuntando con su dedo acusador al cráneo prefrontal de Pablo Iglesias. Tampoco hay que desmerecer la entrada triunfal del grupo popular en el Congreso en plan entre Los hombres de Harrelson, Los Ángeles de Charlie y La Casa de Papel. Sin duda, la más rumbosa y pretenciosa es Cayetana Álvarez de Toledo. Con ese aire que se me da, la forma de mirar, andar y despreciar por el peso de su altísima capacidad intelectual y autoestima. Y la presión arterial de su sangre azul. Que la hace levitar.

Pero la ganadora trumpista a la virulé con esa chulería castiza de entremés de zarzuela es Isabel Díaz Ayuso. Que en IFEMA tuvo el cuajo de despedir a los sanitarios voluntarios en pleno 1º de Mayo. Si te he visto no me acuerdo. Esta señora vestida de paciente viuda y decadente de Sigmund Freud se ha comido con patatas fritas hasta la mascarilla y los guantes de José Luis Martínez Almeida y Pablo Casado juntos. Genial fue el truco que le hizo en un food truck a la contrariada Begoña Villacís a la que le puso a jugar a pía señora de la caridad. Que pasen los periodistas y le dais algo de comer. Reparto de bocadillos de calamares a la romana con all-i-oli para el desembarco normando de asesores y militantes populares. Eso sí, la culpa del amontonamiento la tuvieron los comunistas mandados por Pablo Iglesias chillando como becerros: “¡sanidad pública!”, a lo Irene Montero o Lilith Vestyngre. Dels pecats del piu, Nostre Senyor s’en riu.

Luis Barcala confinado en sí mismo. Cuando lee esto piensa -pues mira que tú, juancarlosegoconcéntrico- que está sólo. Menos el cuerpo de guardia de C’s, todos los grupos, incluso los de Vox -qué simpáticos- han votado al unísono para que se estudie el difuso tráfico del PGOU de la época Díaz Alperi y Sonia Castedo. Donde él -el alcalde- figuraba de guapo oficial y caballero. Compromís, Unidos Podemos y los socialistas están cuajando al fin una oposición propositiva. Pensada con alternativas para toda la gente. Sin dejar nadie atrás. Mari Carmen De España salió de la oscuridad de su celda en el pleno telemático y en una salmodia gregoriana tildó al líder socialista Francisco Sanguino de “Inspector Gadegt”. Qué nivel, Maribel.

Pedro Sánchez sale en la tele y nos desescalaY desfasa. Ha sido empezar a hablar el jefe de gobierno y a media España se le ha puso cara de perro abandonado, niño perdido en la gasolinera y a la otra de recién divorciado exprés a la chino - japonesa. Después de haberme leído a conciencia desde las Sagradas Escrituras hasta los Papeles del Mar Muerto -aquí quedaría de cine Marilyn Monroe cantando Thank’s Mr, President. For all the things you’ve done– por fin me he enterado exactamente del mensaje de El Gran Líder. Y eso que he seguido religiosamente todas las comparecencias y aprendido -devuélveme el rosario de mi madre, el vermú y quédate con todo los demás- literalmente todas las sesiones de les Corts Valencianes, el Congreso, hasta las del Senado. Y las sucesivas y superdivertidas e interminables ruedas de prensa. Cada vez soy más Pedro Sanchista. Mea culpa. Soy un vicioso de la nueva normalidad. Y de la distancia social. Eso sí, no tanto como el policía local de Benidorm atacando como un lobo malayo a un transexual.

King Jong-un reaparece. Donald Trump quiere regalarle la vacuna contra el virus a la empresa Gilead que fabrica el Remdesivir. Mientras acusa a China para ganar las elecciones de noviembre, lanza a los ultraliberales, libertarios, normativistas, ultranacionalistas de Nozick, a asaltar a mano armada el Capitolio de Michigan. Malú saca la canción Tejiendo alas para decir que va a tener una niña. Madonna tiene anticuerpos. Ruina total de l’all tendre de Xàtiva. Hay que respetar a los muertos. Pero coincidiendo con que la Audiencia Nacional devuelve bienes a la familia de Cotino, Monseñor Cañizares, con su larga capa roja, declara que el ex jefe de la policía es un “mártir de la fe”. Amor de madre. Aunque la que me trae loquito -bueno, no tanto como nuestra vice-alcaldesa super Mari Carmen Sánchez- es Mónica Oltra.

Y es que después de lo de las residencias de mayores me anda errática birmánica así como tirando balones fuera y niños con el agua y el cubo a la vez, perdida como el maletín suizo de Juan Carlos I y arremetiendo a tota virolla contra la industria del turismo de masas. Un servidor prefiere a las kellys. Pero, se siente, uno no, no es del Bloc. ¿Qué hará Toni Mayor, bloquero de pura raza, guardián de las esencias y de la isla del tesoro y, a la vez, presidente de Hosbec? ¿Y Joan Baldoví? No me conteste ahora, hágalo después de la publicidad. Mercadona empieza mañana la jornada semanal de cuatro días. Hoy es el día de la madre.

Ximo Puig destaca en España -a parte del lehendakari Íñigo Urkullu- por afrontar y anticipar la crisis con una política integradora y creativa. Puede que presidencialista, pero dialogante. Firme, pero con corazón. El Botànic no corre peligro. Rubén Martínez Dalmau no para de cambiar a sus altos cargos. Peleas de niños. Toni Cantó inventa maniobras de distracción para debilitar a los suyos. Isabel Bonig es un obstáculo para la carrera celestial de Carlos Mazón. Aunque si la menciono es porque tiene un fan amigo mío, rojo perdido y de CC.OO., Javier Blasco Espinosa que la ama profundamente. Sí, a lo bestia. Hay que cultivar la amistad. Especialmente hoy que me estáis todos más relajaditos. Cantemos al amor de los amores.

El Mundo Alicante se ha reinventado el periodismo sin periodistas. El País se encripta. Parece que el futuro no son las Pirámides sino el universo digital como Alicante Plaza.

Inma De La Concepción me abraza, me besa, se ríe y me lanza desde lo alto al pozo hondo. El Ángel Azul. De repente cae el cielo sobre Berlín. Vivimos en una cueva que hoy es un palacio. Mi nunca bien ponderado ni pagado Herr Direcktor desde lo alto del satélite me chilla: más política. Le adoro. Grita como mi madre.

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