VALÈNCIA. Dolor, depresión, ictus, fibromialgia y potenciación muscular son las principales áreas donde actúa la neuromodulación percutánea, la técnica que ha permitido a Ionclinics hacer viable su modelo de negocio: desarrollar y fabricar desde la Comunitat Valenciana dispositivos médicos que permiten al paciente una mejora de su dolencia sin prácticamente dolor ni efectos adversos.
Todo nació hace 10 años, cuando la radiotelevisión pública valenciana cerró sus puertas y dejó sin trabajo a más de mil personas. Entre ellas se encontraba un operador de cámara, Josep Oliver, actual CEO de la compañía. Oliver y otros dos compañeros afectados por el ERE de Canal 9 decidieron invertir de forma conjunta sus ahorros en proyectos empresariales.
Estos tres emprendedores arrancaron cuatro proyectos diferentes entre los que se encuentra un localizador de enfermos de alzheimer, un sistema de ahorro de agua en viviendas, y la fabricación de ropa interior de bambú. Oliver recuerda esta última idea con una sonrisa nostálgica, ya que llegaron a vender 600 prendas fabricadas con este vegetal. Fue una “aventura brutal”, apostilla.
¿El cuarto? Ionclinics, un proyecto que llegó después que un fisioterapeuta les propusiera fabricar un dispositivo para el tratamiento de tendinopatías, que luego el propio profesional comercializaba en cursos de formación. Oliver hizo clic tras conocer el formato de venta de este producto y decidió poner en marcha un primer curso propio, que se desarrolló en Málaga. “Cuando volví de hacer el curso les dije a mis socios que ni bambú, ni Alzheimer, ni nada de nada, que nos íbamos a centrar 100% en este proyecto, y hasta hoy”, asegura el CEO de una empresa que ha experimentado un crecimiento “descomunal” tras la pandemia.
El primer producto, lanzado en 2015, estaba elaborado según las necesidades de este fisioterapeuta. Es por ello que Ionclinics aprendió de este primer producto, pero empezó a trabajar en un modelo desde cero que respondiera a las necesidades de todos los facultativos. El objetivo era obtener una certificación médica que les permitiera la comercialización, y fue ahí cuando llegaron los problemas. Certificar el producto para uso médico “fue el primer choque mundial contra una pared” recuerda Oliver. El CEO de esta compañía reclama mayor formación para que los emprendedores sanitarios conozcan cuáles son los requisitos antes de desarrollar nuevos productos.
Tras año y medio de desarrollo consiguieron la certificación y empezaron a vender el producto, junto al que regalaban la formación. Esta estrategia de venta les permitió convertirse en líderes del sector en España. El producto final pretende que los pacientes puedan recuperar la elasticidad y la actividad normal de los tendones, en especial en deportistas de alto nivel. Mediante una aguja de acupuntura se pinchan los tendones para más tarde aplicar una técnica que permite activar el tendón de nuevo. Tras este proceso, el fisioterapeuta puede trabajar con el paciente unos ejercicios que permiten mejorar la elasticidad de los tendones. Para ello existe una máquina específica desarrollada por Ionclinics.
No obstante, el campo de la fisioterapia tiene un problema para el emprendimiento y es que esta área está mucho más avanzada en España que en el resto de países, por lo que los desarrollos no se pueden comercializar a nivel global. Tras darse cuenta de ello, en Ionclinics decidieron trabajar la técnica de la neuromodulación percutánea, que “pincha al lado de nervios para generar una serie de cambios de enfoque para el dolor y la potenciación muscular”.
Esta técnica, explica el CEO de la compañía “tiene aplicaciones clínicas en el campo del dolor, la psiquiatría, la neurología y rehabilitación, es decir, campos médicos abiertos a nivel internacional”, por lo que ya no existe la limitación de crecimiento internacional que se tenía con la fisioterapia. La compañía pasó por momentos críticos a nivel económico durante el desarrollo del producto, ya que tardaron dos años en conseguir el certificado médico y no recibieron financiación externa. “Nos hemos financiado exclusivamente con el trabajo de la empresa y la pequeña aportación que hicimos los socios en un principio”, explica Oliver.
En la actualidad desde Ionclinics se encuentran inmersos en un proyecto que parte de una técnica de neuromodulación cerebral que sólo afecta sobre el área del cerebro donde se necesita generar un cambio, y que tiene “contraindicaciones mínimas”. “A alguien que no le funcione la técnica prácticamente no va a tener ninguna contraindicación y al que le funcione le va a ofrecer un cambio en la calidad de vida muy grande”, asegura Oliver sobre una técnica cuyo nivel de eficacia ronda entre el 60 y el 80%. Este producto cuenta con neuromodulación invasiva (EPTE y NMP) y no invasiva (tDCS) para trabajar de forma integral el sistema nervioso.
La nueromodulación cerebral “redibuja las vías neuronales para restaurar una dolencia o restaurar algo que no está bien dentro del cerebro”, explica Oliver, quien añade que se trata de una técnica “muy evidenciada y que ha venido para quedarse”. Además, desde la empresa se incide en que, con el nuevo producto y el nuevo enfoque médico, sí se tiene la capacidad de llegar a otros países. Es por ello que Ionclinics se encuentra en proceso de captación de distribuidores en mercados estratégicos, así como de formalizar acuerdos de investigación en organizaciones extranjeras.
Al mes de obtener la certificación de este producto, llegó otro ‘handicap’ para esta compañía valenciana, la Covid-19. Les salvó “un buen trabajo” en materia comercial, que les permitió contar con más de cien reservas del producto antes del inicio de la crisis sanitaria. A partir de mayo volvieron a la actividad y comercializaron los productos reservados. “Pegó un boom y empezamos a vender de una manera descomunal, algo que nunca habíamos visto”, añade el CEO de la empresa.
“El crecimiento ha sido muy grande desde que conseguimos la certificación del producto. Todos los años hemos ido incrementando el nivel de facturación en torno a un 30% más o menos”, expone Oliver, que asegura que el incremento en facturación se ha reinvertido en la empresa.
Oliver asegura que la empresa ha encontrado “una barrera grandísima” para poder vender productos a la administración pública debido a la “gran burocracia” que existe tras este proceso. Es por ello que, en la actualidad, la empresa se financia casi en su totalidad por la venta a clínicas privadas. “Pero vamos a llegar. Lo tenemos muy claro”, añade respecto a si Ionclinics tiene pensado que sus productos se usen en los centros sanitarios públicos españoles.
Ionclinics también aspira a entrar en el sector público de otros mercados, como es el caso del brasileño, donde han conseguido la certificación sanitaria para su producto. Oliver cree que con la ayuda del comercializador será posible integrarse en la sanidad pública brasileña. Además, la compañía mira hacia otros mercados como México, Estados Unidos (a largo plazo), y el resto de Europa, donde “sería sencillo” poder comercializar sus productos al contar con el marcado CE.
La compañía ha recibido ayudas del sector público a partir de proyectos de innovación reconocidos por la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI) y por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) y financiados con fondos europeos. El último, concedido por el CDTI permitirá llevar la ténica de la neuromodulación cerebral a los hogares sin necesidad de la intervención presencial de un facultativo.
El dispositivo, desarrollado con inteligencia artificial y que prevé estar desarrollado en 2024, estudiará la realidad del paciente y aplicará la técnica prescrita por el médico. Esto permite que el usuario pueda recibir el tratamiento sin necesidad de acudir a un centro médico. Oliver destaca que para esta ayuda no ha sido necesario obtener un aval externo, sino que se han respaldado “con los recursos que genera la empresa por ella misma”.
Desde la compañía aseguran que todo el personal y empresas colaboradoras están en la Comunitat Valenciana, salvo algunas piezas que tienen que adquirir en otros mercados “porque aquí no hay capacidad para poder encontrarlas”. Por ello, apuesta por un mayor apoyo de la administración que permita “impulsar” más empresas como Ionclinics. Si esto se produjera, “el tejido industrial crecería”. “Además encima es un sector tecnológico con patentes, con un potencial muy grande, y que puede aportar riqueza a la Comunitat”, asegura Oliver.
“Tenemos la predisposición del profesional para poder integrar esto en el sistema público, pero no nos encontramos con el apoyo institucional”, lamenta Oliver. El CEO de la compañía considera que el esfuerzo en ayudas para la innovación debería ir acompañado por un apoyo administrativo que permita que los productos “realmente innovadores y disruptivos en el tratamiento complejo de muchas patologías, lleguen al profesional”.
El futuro de la empresa pasa por “cuidar” los tres cimientos de la empresa: desarrollar la neuromodulación, potenciar el mercado nacional, e impulsar la internacionalización de la empresa. Oliver reconoce las limitaciones financieras para poderen otros mercados desde cero, pero confía en el aval científico y en su equipo para conseguir expandir el modelo de negocio de Ionclinics con éxito. “La proyección de crecimiento de la empresa es muy grande”, apostilla el CEO de la compañía.