ALICANTE. El Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante, presidido por Rafael Ballester, ha propuesto a los representantes políticos e institucionales una cooperación comprometida con la gestión inteligente y con unos objetivos bien definidos. En este sentido, Ballester sugiere aprovechar el reto climático y demográfico y la digitalización como oportunidades de progreso y crecimiento de nuevos sectores económicos, además de reforzar nuestros motores económicos clásicos, propiciando así un sistema económico más diversificado y sólido. Así de contundente se ha manifestado durante la presentación del estudio “Situación social de la provincia de Alicante” en el que se analiza la evolución demográfica, la renta, la formación y el mercado laboral durante los últimos años, analizando especialmente la influencia de la gran crisis de 2008. Rafael Ballester ha destacado que “con información de este tipo, se pueden desarrollar políticas activas, tendentes a mejorar nuestras capacidades allí dónde exactamente sea necesario y a reducir los riesgos de colapso social que determinados colectivos están sufriendo”.
A juicio de Ballester, “el resultado de esta gestión inteligente debe tener como objetivos el empleo de calidad, ayudar a las empresas a crecer en tamaño, cualificar la formación de nuestros estudiantes y trabajadores, reforzar y potenciar los proyectos ligados a la innovación y a la economía digital, afrontar la transición energética derivada del cambio climático, construir condiciones que nos permitan asumir el reto demográfico, planificar y ejecutar racionalmente las infraestructuras (agua, movilidad, energía) y servicios (sanitarios, asistenciales, seguridad) que necesitamos para que la economía alicantina soporte los retos del futuro y siga siendo un puntal para la nación, pero mejorando nuestros propios indicadores de renta y calidad de vida”.
Ballester explica en que este sistema debe ir acompañado de una “financiación pública justa y suficiente, y una colaboración público-privada leal y eficiente, sin prejuicios y con la debida supervisión, elementos que sin duda deberían contribuir a mejorar la calidad de vida del conjunto de ciudadanos de nuestro territorio”.
Para el presidente de Ineca, “la pandemia económica está requiriendo, y va a requerir, la máxima atención de los poderes públicos para garantizar que los próximos meses nuestras empresas, autónomos y trabajadores puedan superar lo peor de la crisis. Y por eso, toda la inversión que hagamos para salvar nuestra economía será, sin duda, devuelta y amortizada socialmente a medio y largo plazo, ya que para asumir los retos propuestos anteriormente debemos resolver los problemas que han surgido y surgirán de esta emergencia. Tenemos a una gran parte de nuestras empresas y trabajadores de sectores estratégicos en la UCI y hemos de hacer lo máximo para que salgan de ella con salud suficiente y puedan seguir ejerciendo su actividad sin secuelas y con renovados bríos, pues sin estos ingredientes será difícil construir ese futuro que anhelamos”.
Ballester ha insistido en que el fenómeno protagonizado por la Covid-19 se ha erigido como la gran tormenta perfecta que está generando importantes problemas coyunturales, algunos de ellos derivados directamente de las medidas adoptadas para hacerle frente. Otros, impulsados por nuevos cambios en modelos de consumo y producción de bienes y servicios que se han acelerado ante esta situación. Una crisis de oferta y demanda en determinados nichos de nuestra economía que está afectando seriamente la estabilidad de muchos proyectos empresariales, sean maduros o noveles, y con ello, al empleo y la renta de las personas. Algunos de estos problemas coyunturales desaparecerán, cuando la normalidad se instale, de nuevo, entre nosotros. En cambio, otros, contribuirán a agravar los problemas estructurales y a agrandar la brecha que la provincia de Alicante presenta, respecto a otros territorios en materia de financiación, capacidad de generación de empleo, y renta per cápita.
Rafael Ballester ha insistido que, precisamente por la situación en la que nos encontramos ahora, hay que estar preparados, y estudios como el que hoy se ha presentado son especialmente importantes, pues nos ofrecen una visión panorámica y muy ilustrativa de aspectos muy destacados de nuestra realidad socioeconómica, que sin duda deben ser considerados en los planes de futuro, ya sean de reconstrucción, recuperación o impulso de la economía.
El estudio de la situación social de la provincia de Alicante nos ofrece una batería de datos muy relevadores en materia de dinámica poblacional, educación y capital humano, mercado laboral, renta y pobreza. Lo hace de una forma muy didáctica, con preguntas y respuestas que tienen en cuenta la influencia en estas variables de la crisis de 2008 y su diferente impacto en las comarcas y municipios que componen la provincia de Alicante y comparando la situación provincial con la autonómica y nacional, pues esto nos permite valorar nuestro nivel al respecto.
Ballester ha puntualizado que “la radiografía no nos deja bien parados en algunos aspectos. Es cierto, que la provincia de Alicante está en puestos elevados en diferentes rankings a nivel nacional e internacional. Somos líderes en turismo residencial y hotelero, en aportación al PIB nacional, en población nacional y extranjera (cerca del 30% de extranjeros mayores de 65 años residentes en España lo hacen entre nosotros), en estrellas Michelín, en playas con banderas azules. Pero también lo es que estamos por debajo de la media en financiación de infraestructuras y servicios públicos, y en niveles de renta y pensiones, o por encima en niveles de pobreza y riesgo de exclusión social, o en desempleo, especialmente entre jóvenes, mujeres, o parados de larga duración, sector este que representa en nuestra provincia casi el 50% del total. De ahí que estemos ante un estudio con información relevante para afrontar los retos de la nueva situación, y que nos recuerda que no debemos descuidar de dónde partimos, pues ello constituye una guía orientativa de cuáles son nuestras principales debilidades y amenazas”.
Para Mónica Martí, coautora del informe junto a Carmen Ródenas, el estudio conforma una perfecta radiografía de la provincia en referencia a los grandes núcleos analizados: demografía, formación, renta y mercado laboral. Este análisis es una fantástica herramienta para ver las proyecciones y ajustar las políticas activas de las administraciones.
Dentro del primer bloque, se analizó, entre otros aspectos, la pirámide poblacional proyectada por el Instituto Nacional de Estadística para el año 2033. En este aspecto revela que para el año 2033, la población aumentará un 10,6% mientras que en España y la Comunidad Valenciana no crecerá más del 5%. Martí ha explicado que lo preocupante es que el INE hace descansar este crecimiento diferencial en el aumento muy destacado de la población de 65 y más años, dando lugar a una pirámide invertida y una tasa de dependencia del 41,7%. Este es un dato importante de cara a la dotación de servicios sanitarios y sociales suficientes para este grupo de población. Y también puede ser una oportunidad empresarial para cubrir este espacio que difícilmente podrá ser ocupado al cien por cien por las administraciones públicas.
La educación-formación de los alicantinos también ha sido uno de los bloques analizados para conocer la proporción del nivel alcanzado, así como su comparativa con el mercado laboral. Martí también hizo hincapié en el nivel de estudios en curso de la población de 16 años y más y el nivel máximo de estudios alcanzado – 3 trimestre de 2019-. La provincia presenta una intensidad relativa menor en los niveles de estudios superiores tanto en la población que se encuentra en formación como en la ya formada. “No resulta tranquilizador que un tercio de la población de la provincia haya alcanzado un nivel máximo de estudios relativamente bajo, esto es, hasta la primera etapa de educación secundaria o similar” ha apostillado la autora del estudio.
El mercado laboral ha sido otra de las secuencias estudiadas por las profesoras Ródenas y Martí. Con la recuperación económica iniciada en 2014, el empleo en la provincia de Alicante crece significativamente, incluso por encima del conjunto español. Si bien, a pesar del aumento notable de la ocupación en la provincia de Alicante, tanto las tasas de ocupación como las de empleo son siempre más bajas en Alicante que en el resto de las áreas analizadas. Desde la perspectiva poblacional, este peor resultado podría explicarse, entre otros motivos, por las diferencias en los niveles de formación de la mano de obra o por la importancia que puede alcanzar las personas autoexcluidas (como es el caso de los denominados NINIs).
El estudio también revela que las tasas de paro son más elevadas en la provincia de Alicante en relación con las otras áreas geográficas en el periodo analizado. Al ser un periodo de recuperación económica las tasas de desempleo se reducen pero ese descenso es menor en la provincia de Alicante. Finalmente, por lo que se refiere al paro de larga duración, observamos nuevamente un peor resultado. En este sentido, se detecta una relación directa entre la formación de la población y el empleo, lo que provocaría, en parte, que los malos resultados de empleabilidad estén relacionados con la menor cualificación de los trabajadores.
La respuesta final a la pregunta de si es posible conocer a nivel subprovincial cómo se distribuye la renta y, por tanto, los niveles de pobreza y exclusión social en la provincia de Alicante, es que el sistema de medición y monitorización requiere más inversión para incorporar variables singulares de nuestro territorio que hoy no están siendo consideradas, por lo que el dato resultante queda desdibujado. En este sentido, Martí ha hecho hincapié en completar las estadísticas de renta con la población extranjera, ya que la provincia de Alicante posee una cuarta parte de los extranjeros residentes en España mayores de 60 años, cuyas pensiones son gestionadas en sus países de origen pero consumen en Alicante.