ALICANTE. La Fundación Lucentum encara su segunda temporada en LEB Plata (tercera si contamos la última bajo la denominación de la SAD), y ha optado por un borrón y cuenta nueva para otro curso baloncestístico tras el frustrante final de la pasada temporada. El hombre que había comandado el renacimiento de la entidad en Alicante, Kuko Cruza sería destituido en el último tercio del curso pretérito tras un ascenso a EBA y un primer año en Plata llegando a semifinales de Play Off de ascenso. Una vez asumida la eliminación en postemporada, ya bajo la batuta del granadino Miguel Ángel Zapata, tocaba plantearse de nuevo los objetivos y el camino en la tercera categoría del baloncesto español.
El primer paso fue renovar a Zapata, un entrenador "de la casa", que repite como coach lucentino después de que el club confiara en él una vez acabada la era Cruza. Su confirmación el frente de la Fundación vendría acompañada de una profunda renovación de la plantilla de LEB Plata, en la que solo repite Jon Ander Aramburu del pasado año. El donostiarra fue la apuesta por la continuidad dentro de una revolución en la cual hay que nombrar también a Miki Ortín, jugador alicantino de la base del Lucentum, que sigue abriéndose paso, compaginando el filial de Nacional con el LEB Plata.
A menudo se suele personificar en Guillermo Rejón, último fichaje lucentino, el potencial y buen trabajo realizado por parte de la dirección deportiva encarnada por Miguel Médicis durante el verano, pero la labor realizada por la directiva va más allá. Se vuelve a apostar por un bloque con jugadores nacionales, que conocen la categoría, y que aúnan experiencia y juventud. En este sentido, toca destacar fichajes como el de Carles Marzo, jugador proveniente de Óbila Baloncesto, y que encara su séptima temporada en Plata. El barcelonés fue proclamado mejor base de la competición la pasada campaña, y ayudó a forjar la imagen de equipo duro de roer de los abulenses, un conjunto realmente complicado de superar el curso anterior.
Desde el club castellanoleonés, Marzo llegaría acompañado de dos jugadores como Álvaro Lobo y Luka Nikolic. El escolta madrileño se destapó en anotación el pasado domingo ante Zornotza con 20 puntos, y a pesar de sus problemas en los isquios que le han lastrado en el arranque del curso, promete ser uno de los destacados desde el perímetro. Es precisamente una de las virtudes de su compañero de viaje serbio. Nikolic es un interior de 24 años con experiencia en España, tanto en Oro como en Plata. Combina la lucha, anotación interior y rebote con una muñeca que le permite abrirse, mover defensas, y convertirse en una amenaza desde fuera.
El perímetro cuenta con otros hombres como Álvaro Martín, otro de los bases del equipo, y jugadores de contrastada experiencia en categorías superiores como Adrián Méndez. El murciano cumple 23 años en dos semanas, y ya sabe lo que es tener minutos en LEB Oro, concretamente con el conjunto balear de Bahía San Agustín. El de Murcia se reparte minutos con Paco Solsona, un gallego muy alicantino, de apellido ilustre, y al que la EBA ya se le quedaba pequeña la pasada campaña en Benidorm, donde promedió 24.2 de valoración. Otra de las sorpresas, ya en el apartado de la anotación, es el buen arranque de Mike Balogun. Promediando 10 puntos por partido, el escolta llega desde la Universidad de Arkansas Tech con la doble nacionalidad nigeriana y estadounidense.
Por dentro, más allá del citado Nikolic y del renovado Aramburu, encontramos a dos de los pilares de Zapata. Uno de ellos es Dionte Ferguson, un jugador que llega tras arrasar en Liga EBA con Agustinos Leclerc, y que cuenta como Balogun con pasado en NCAA, defendiendo los colores de la Universidad de South Alabama. El estadounidense promedió en León el pasado curso 19 puntos por partido, y 10.5 rebotes por encuentro, siendo uno de los interiores destacados de la categoría a pesar de no llegar a los dos metros de estatura.
Y sí, toca hablar de Guillermo Rejón. El fichaje que trasciende lo deportivo, que refresca recuerdos de tiempos mejores, y que supone, por supuesto, un salto de calidad que se siente más allá de la cancha. No ha tenido el madrileño un verano fácil, ya que su no ascenso con Ourense a ACB el pasado curso, supuso en él un mazazo del que se intentaba reponer trabajando en Alicante en busca de resolver su futuro. Promediando 8.8 puntos por partido, y casi cinco rebotes, no es difícil imaginar el impacto de Rejón en el inicio de campaña, donde se enfunda el traje de director de juego cuando es necesario.
Son buenos los mimbres de un equipo que tiene como objetivo el ascenso a LEB Oro, y más teniendo en cuenta la llegada de HLA Grupo Hospitalario como patrocinador principal, además de otros sponsors que repiten de años anteriores como Meridiano. Y es que tras muchos años de peregrinar por el desierto en busca de inversión privada (a pesar de estar en ACB), la directiva que encabeza Toni Gallego ha llevado a cabo una verdadera ruptura con el mal endémico de la dependencia de fondos públicos, una seña de identidad de los equipos de nuestra tierra, que ha supuesto en parte uno de los motivos de la ruina social y económica en la que el deporte alicantino se encuentra sumido.
Los de Zapata tendrán en Granada el principal rival en LEB Plata, además de equipos como Óbila Baloncesto y Sammic Iraurgi, que han arrancado el curso a buena velocidad, y comparten liderato con nazaríes y alicantinos con un récord de 6-2. La Fundación Lucentum, eso sí, se ha llevado dos sustos en forma de derrota, y ambos en el Pabellón Pedro Ferrándiz. El primer ante Xuven Cambados, equipo que arrancó el año de forma meteórica y que lleva semanas en bajada, y Ciudad de Valladolid, otro ejemplo de intentar recuperar el baloncesto en otra plaza histórica del deporte de la canasta. Con el primer puesto como meta, objetivo que no se dice en voz alta por el Centro de Tecnificación, el conjunto alicantino es uno de los favoritos, y se encuentra en buena disposición de recuperar más todavía la grandeza del baloncesto en nuestra tierra.