VALÈNCIA. Francesc Felipe ya ha tomado el relevo de Jose Luis Moreno en la Dirección Adjunta de Audiovisuales en el Institut Valencià de Cultura (IVC). Durante los primeros días, ha mantenido diferentes reuniones con el sector profesional para presentar el proyecto con el que ganó el concurso. El documento, con el título "A les pantalles!" condensa sus propuestas para el periodo 2022-2027 y aborda todos los ámbitos de actuación, que incluso busca ampliar a través de una Oficina de l'Audiovisual.
Sobre su nombramiento y sus proyectos, Felipe responde a las preguntas de Culturplaza.
- ¿Cómo están siendo estos primeros días de adaptación? ¿Ya has mantenido tus primeras reuniones con el sector?
- Muy bien, tenía muchas ganas de reunirme y explicar mi proyecto al sector. He empezado una ronda con las asociación. Queda alguna pendiente, pero en general el feedback es positivo y ahora toca recoger las propuestas y las aportaciones que tiene el propio sector.
- ¿Te es ajena la polémica que hubo por parte de las asociaciones de productoras sobre el jurado del proceso del que saliste ganador?
- Creo que es normal que las diferentes entidades pidan estar en las comisiones. Lo veo con naturalidad.
- Uno de las grandes propuestas de tu proyecto es la creación de la Oficina del Audiovisual. ¿Qué va a aportar a todo lo que ya funciona?
- La creación de la Oficina es absolutamente necesario para ayudar al sector y acompañarlo en la internacionalización. Pero también en la creación de un lobby del sector de cara al resto del Estado. La Oficina es una de las estructuras que propongo en el proyecto y creo que será decisivo en el paso que debe dar el sector en el ámbito estatal e internacional.
- ¿Pero cómo va a funcionar? ¿Tendrá personal propio del IVC? ¿Funcionará como una film office? ¿Cómo será su día a día?
- Está por determinar aún su funcionamiento. Está en fase de propuesta, por lo que no te puedo concretar cómo será ni cómo se desarrollará la Oficina.
- En todo caso, ¿qué objetivo inédito abarcará? ¿O simplemente servirá para coordinar lo que hay?
- No, tiene que servir para hacer más de lo que hay. La Plataforma de Internacionalización tiene una propuesta de 10 proyectos anuales en todos los ámbitos de la cultura, y eso, para la situación en la que se encuentra el audiovisual valenciano, es insuficiente. Tenemos que hacer más e ir a más mercados, festivales, tenemos que acompañar a las productoras y los creadores que están acudiendo a laboratorios internacionales. El objetivo de la Oficina es que ese acompañamiento se haga desde el Institut Valencià de Cultura, tal y como hacen otras autonomías o el ICAA.
Esto necesita unas estructuras que vayan más allá a las que ya hay, porque con lo que tenemos ahora mismo no estamos dando la respuesta necesaria en el contexto en el que está el sector. No estamos en 2015, hemos pasado de pantalla. Y tenemos que evolucionar nuestras políticas. Y esta es una demanda del sector.
- Las film offices funcionan a nivel local y provincial; por otra parte, Turismo ha creado un ente similar a nivel autonómico, ¿el IVC se debería hacer cargo de estas estructuras?
- En mi proyecto propongo que el IVC se haga cargo de la coordinación de las diferentes políticas del audiovisual que desarrollen todas las instituciones, ya sea Ciudad de la Luz, las universidades, y las film offices también. Por eso en el proyecto hay varias propuestas de convenios.
- ¿Está el IVC de espaldas a esta segunda vida de la Ciudad de la Luz? ¿Debería tener un papel más activo?
- Yo propongo un convenio con Ciudad de la Luz para coordinar las acciones que vamos a poner en marcha para el sector audiovisual junto a la puesta en marcha del complejo. Creo que lo importante es que empecemos a entendernos entre las distintas políticas públicas. Es una propuesta concreta, que es la del convenio, que además es la fórmula más estable para este tipo de colaboraciones para armonizar las distintas instituciones.
- Vienes de dirigir Promercat. ¿Qué va a pasar con este evento?
- Promercat continuará. Mi propuesta es que las personas que lo estaban desarrollando siga y se refuerce con nuevos equipos. Es muy interesante todo el desarrollo de mercados en València, como Docs, Weird Market, o La Cabina… Esta eclosión es muy buena noticia, y mi propuesta para Promercat es que no se quede en el ámbito lingüístico valenciano, sino que explore el iberoamericano, que es un espacio con el que nuestro territorio tiene muchas conexiones, por ejemplo con México.
- Decías antes que el audiovisual valenciano “ha pasado de pantalla”. ¿Cuál es tu radiografía? ¿En qué pantalla está?
- No me quiero extender mucho en la pantalla anterior, pero venimos de una televisión pública cerrada, una Ciudad de la Luz cerrada, unos recursos al audiovisual mermados… Está claro que no estamos en ese escenario: la tele lleva funcionando unos años, la dotación de las ayudas al sector es la más importante desde su creación, y políticas dirigidas a que haya más mujeres dirigiendo se ha materializado en proyectos como los de Amparo Climent, Elena López Riera o Avelina Prat. O el aumento de la producción general gracias a las instituciones públicas. Los objetivos que se marcaron entonces se están cumpliendo, y ahora estamos en condiciones de entrar en cierta normalidad dentro de nuestro audiovisual, que es una situación en la que no estábamos antes.
- ¿Cuál es el ancla para seguir avanzando?
- Creo que es importante que reforcemos las estructuras del propio Institut Valencià de Cultura para dar apoyo al sector en los mercados y los festivales, y que podamos constituir un lobby del sector audiovisual valenciano.
- À Punt está muy presente en tu proyecto, pero no sé si recoges las críticas de las productoras ante ciertas polémicas. ¿Crees que está cumpliendo su objetivo de dinamización del sector?
- Lo primero es que la televisión pública tiene que tener un presupuesto que se adecúe a la realidad de otras radiotelevisiones del Estado. Sin presupuesto, difícilmente tendremos una televisión pública que responda las demandas del sector. Por otra parte, À Punt lleva pocos años en marcha, y por lo tanto, hay que ser exigentes, pero también hay que ser conscientes de las dificultades que está teniendo para llegar a todos los sectores de la sociedad valenciana. Debemos acompañarles para que cumples sus objetivos con el sector.
- ¿Entonces eres optimista con la relación de À Punt con el audiovisual?
- Sí, creo que el año pasado ya hubo un cambio en la apuesta por el sector, pero hay que profundizarla mucho más. No estamos en una situación ideal. Pero también depende del presupuesto que tenga. Se están haciendo apuestas en la ficción, como Desenterrats o Després de tú, pero también tiene que haber espacio al error. No podemos pretender que todo sean aciertos. Y la televisión también tiene que ir acompañada, el sector tiene mucho que aportar al futuro de À Punt.
- ¿Tienes calculado cuál es la falta de personal que necesita cubrirse y cuánta gente más hace falta para hacer realidad tu proyecto?
- Estamos haciendo un estudio conjuntamente con los compañeros del IVC para calendarizar y priorizar las plazas que hace falta cubrir. No solo hay que crear plazas nuevas, es que hay otras que están por cubrir desde hace tiempo. Les he pedido, específicamente, que me cuantifiquen las necesidades y que ordenen las urgencias, teniendo en cuenta también las estructuras que propongo en mi proyecto. Porque hay que tener en cuenta que no nos podemos conformar con el funcionamiento actual. Vamos a ir más allá y para eso necesitamos más personal del que queda por cubrir.
- Si hay urgencias de plazas de nueva creación, ¿se está abriendo la puerta a más externalizaciones?
- Yo diferencio en mi proyecto las estructuras de servicio público, que no pueden externalizarse porque forman parte del funcionamiento esencial del IVC (exhibición, conservación, etc.); y luego, hay una serie de políticas en las que propongo la colaboración —por ejemplo— con otras direcciones generales de la Generalitat, que son explorables porque son igual de legítimas como la cobertura de las plazas propias, que también se tiene que hacer. Confiarlo todo a cubrir las plazas no ha dado resultados satisfactorios hasta ahora, así que toca diversificar para llegar a otros ámbitos, sin dejar de tener en cuenta qué es un servicio público básico que no se deben externalizar. El resto, serían colaboraciones a través de convenios, que es el modelo más estable y perdurable.
- El archivo es el organismo que se encuentra en una situación más crítica por la falta de personal. En tu proyecto hablas de impulsar y cubrir esas plazas. Pero, ¿cómo se puede, además darle un impulso?
- El archivo es el primer punto de mi proyecto. De hecho, es lo único que quedará, es el legado de nuestras políticas. Por eso, creo que es importantísimo que lo tengamos claro desde la política pública. Yo ya estoy trabajando con los compañeros del archivo el asunto de la cobertura y la priorización de las plazas. Es esencial. Pero también es importante resaltar que el archivo hace falta divulgarlo. Lo que no se conoce, es imposible de querer. Y ahí hay tesoros que, cuando los promocionas, la conexión con la sociedad es inmediata. Por tanto, lo que propongo es hacer exposiciones, catálogos, hacer uso de las redes sociales. Es importante conseguir los recursos para poner en marcha la digitalización y conservación de los fondos, pero también hay que difundir el patrimonio con el que contamos.
También propongo la inclusión de videojuegos y multimedia. En primer lugar, porque son patrimonio audiovisual y tenemos la obligación. Y por otra, porque puede romper esquemas. Los videojuegos tendrán presencia en la divulgación, en las ayudas, en la promoción, en Cinema Jove… Va a funcionar como una pata más del audiovisual.
- Proyectas un acuerdo con À Punt para —por ejemplo— impulsar un biopic de Vicent Andrés Estellés. ¿Tiene el Institut Valencià de Cultura que determinar hasta ese punto el contenido de una producción?
- Bueno, de hecho ya se ha hecho. El documental de Joan Fuster es una colaboración entre el IVC y À Punt para su creación. Yo lo que propongo es que, para las celebraciones singulares, tengamos un calendario previsto. Tenemos que celebrarlo todo. En el Año Berlanga, dejamos de lado a Lola Gaos… Esto no puede pasar. Hay que conmemorarlo todo, así que hay que establecer unos criterios y promovamos documentales, pero también animación o ficción. Estellés es un ejemplo: en 2024 será su centenario, así que ahora es el momento de preguntar si queremos hacer algo. Sobre todo porque, hasta ahora, el audiovisual nunca ha planteado ninguna conmemoración del poeta.
- Ya, pero ¿en qué punto aparecen las productoras con las ideas creativas? ¿Habrá un concurso de ideas o se elegirá a dedo una productora de prestigio?
- Bueno, supongo que tendrá que haber una llamada por parte de À Punt a productoras para hacerse cargo. El objetivo, para mí, es sobre todo planificar y tener un calendario de todo lo que hay que celebrar y que no caigamos en injusticias históricas con ciertos personajes.
- Se están dando los primeros pasos para crear cursos de cine a través de la Universitat de València, pero tú propones directamente un Grado en Cinematografía y varios másteres. ¿Esto sería el siguiente paso o una medida complementaria?
- Sí, son complementarios, pero (aunque están claras las dificultades) tenemos que aspirar al horizonte de que este territorio tenga una escuela de cinematografía, con un grado y másteres en especialidades. Más que nada, porque los vamos a necesidad: a medida que impulsemos el audiovisual, necesitaremos a gente formada para realizar los oficios. Así que tenemos que formar a la gente, y que no se tenga que ir a otros territorios.
- Hablas en varias ocasiones en tu proyecto de impulsar el cine en valenciano a través del subtitulado, por ejemplo. ¿Tiene que ser la dirección adjunta del audiovisuales una herramienta más de la política lingüística de la Generalitat?
- Bueno, la cultura es una herramienta transformadora de la sociedad, ya sea en el campo en la inclusión, en el tema del género, de los derechos LGTBIQ+, y también de la lengua. Tenemos que ser conscientes de estos ámbitos y lo que puede aportar la cultura. El audiovisual es una herramienta potente para el prestigio y el reconocimiento de la lengua. No es el objetivo del IVC (que tiene como misión el audiovisual, no la lengua), pero sí es un eje transversal.
- Se están resolviendo las ayudas al audiovisual en la segunda semana de diciembre. ¿Qué se puede hacer para que no ocurra esto?
- Evidentemente, esta es una de las situaciones a mejorar. Creo, y así se lo he propuesto al sector, que las bases que se han aprobado de este año deberían tener continuidad en el 2021 y mi objetivo sería publicar la convocatoria en marzo o abril del 2023. Y las mejoras que se tengan que hacer, porque siempre se tienen que hacer, se vayan trabajando a lo largo del año y que se vean reflejadas en la convocatoria de 2024 para evitar tener que estar justificando a final de año, porque además implica dificultades para participar en otras subvenciones y eso no puede ser. El cine valenciano también tiene que ser competitivo en otros ámbitos de ayudas.
- Hay cierto debate sobre la valencianidad del audiovisual, a partir de los grandes rodajes que compiten en las ayudas o en los Premis Berlanga pero son co-producciones con relativa afectación al sector local. ¿A quién tiene que defender el IVC?
- A todos. Nosotros tenemos que llegar a todos los mercados y todas las tipologías de cine, sin excluir a ninguna. Tenemos que tener un mercado nacional y otro propio.
- ¿Crees que al audiovisual valenciano le cuesta dar el salto al escenario estatal?
- Es importante reforzar las producciones locales, pero también las de ámbito nacional e incluso internacional. Evidentemente en el ámbito nacional nos hace falta un lobby, por eso la Oficina del Audiovisual va a ser clave para tener esa presencia.
- La Acadèmia Valenciana de l’Audiovisual es una asociación privada pero nació a la calor del IVC. ¿El camino es más autonomía o más apoyo del Institut?
- Es muy buena noticia que tengamos una buena noticia que ahora tengamos una academia y unos premios propios. Es necesario que esta labor continúe. Como también es necesario que desde el IVC la reforcemos para que puedan llegar a sus objetivos. Habrá que apoyarles más y que la Acadèmia participe en aquello que le vayamos ofreciendo. Es muy importante que exista y ha de caminar en aglutinar, cada vez más, al sector.
También es importante reforzar la academia española, y que aumenten los académicos valencianos que deciden quiénes son nominados y ganan los Goya. Para ser lobby también tenemos que ser más.
- Más allá de que allá sido el proyecto ganador, una vez lo has puesto en común con Abel Guarinos, director general del IVC, o con responsables de la Conselleria, ¿te han transmitido que todo lo que propones en tu proyecto es realista?
- Yo creo que es realista, sí. De hecho, se han quedado fuera algunas ideas porque no las he visto tan viables. Es realista, y sobre todo necesario. Ojalá pueda rescatar proyectos que he dejado fuera en un posible futuro proyecto. Pero en todo caso, yo lo veo todo posible, y ahora se está valorando la materialización de las acciones y se están calendarizando. Hace falta ordenar cuáles son más urgentes y cuáles no lo son tanto.
- Cuando fuiste elegido, la prensa destacamos que habías sido asesor del exconseller Marzà de 2015 a 2019. ¿Tienes miedo de que se te lea como un perfil más político que gestor?
- Eso es una cosa que, cuando acepté ser asesor, ya entendí que podría pasar. Pero la gente que conoce mi currículum, la gente que me conoce, sabe perfectamente cuál es mi perfil como gestor. Los productores me conocen desde hace décadas. No me quita el sueño. Forma parte de mi experiencia y era consciente, cuando acepté en ese momento, de lo que podría suponer, pero en ese momento pensaba que era lo que requería en el cambio que significaba ese 2015.
- Jose Luis Moreno tenía muy buena sintonía con el sector. ¿Es un reto para ti mantenerlo?
- Sí. Totalmente.
- ¿Cuándo se van a notar los primeros cambios en la dirección adjunta?
- Espero que durante el primer trimestre del año ya tengamos anuncios y habrán materializado algunas propuestas, como el adelanto de la convocatoria de ayudas.