Amadorio en una imagen de archivo. Foto: PEPE OLIVARES. MARINA BAIXA. El Consorcio de Aguas de la Marina Baixa apuesta por las energías verdes para la producción de los próximos años. El plan de inversiones aprobado por la entidad contempla la construcción de siete plantas fotovoltaicas así como pequeñas centrales hidroeléctricas en los siete municipios y puntos intermedios. Una forma de ahorro y coste energético en un momento crítico por la subida de precios que ha experimentado el Consorcio, y la población en general, desde hace un año.
De este modo, el primer proyecto de gran calado está en la Vila Joiosa. Según explica el director técnico del Consorcio, Jaime Berenguer, será una instalación con una potencia de 75 kW. Con ello, se espera recuperar el 30% del consumo energético para regantes. La intención es que este año se construyan dos instalaciones fotovoltaicas más. La otra pata de la inversión en energías limpias pasa por las centrales hidráulicas. En La Nucía entró en funcionamiento la primera, que está en marcha desde octubre y obtiene una compensación energética de 10.000 euros. En términos generales, entre la hidráulica y la solar, el Consorcio estima que se podrán ahorrar en torno a los 500.000 euros anuales.
Además, uno de los proyectos más ambiciosos están en el embalse de Guadalest. Este embalse es el que mayor consumo eléctrico supone para la comarca. Hay que tener en cuenta que si no fuera por las estaciones de bombeo y los pozos de lugares como el Algar, estaría prácticamente vacío porque solo se llenaría al 25% con recursos propios.
Como adelantó Alicante Plaza, el objetivo es crear una planta solar flotante sobre el embalse. Sin embargo, Berenguer explicó que están pendientes de que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) desarrolle la normativa para este tipo de instalaciones y poder continuar con su tramitación. El camino será largo, después tendrá que pasar el filtro de Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica para su estudio de integración paisajística.
Al margen de las inversiones en energías verdes, el Consorcio considera necesaria la creación de nuevos vasos de almacenamiento que incrementen la capacidad de recogida en episodios fuertes de precipitaciones. Evitando de este modo que se pierda este recurso que en otros periodos escasea.
En la actualidad, el Amadorio está al 44,15% de su capacidad, según el informe realizado el 3 de abril. Por su parte, el de Guadalest está al 70,34%. Lo que se traduce en unos 16 hectómetros cúbicos almacenados. Esto supone un ligero incremento de un 4,85% con respecto a enero. A la ecuación se suma que en enero se registró una subida del consumo de agua por encima de la media de los últimos diez años.
Con todo, los datos reflejan el invierno seco y cálido que ha tenido la provincia de Alicante. Así, Berenguer advierte de la necesidad de la lluvia en abril y mayo. Es más, si el 2023 fuera finalmente un año seco, 2024 entraría en un periodo de sequía. Por lo que la lluvia se hace más necesaria que nunca.
La esperanza está en que después de un invierno cálido, el resto venga con precipitaciones. Precisamente, el año pasado en el periodo comprendido entre marzo y junio cayeron 900 litros por metro cuadrado, la mitad de lo recogido entre mayo de 2022 y marzo de 2023. En aquel momento se perdieron 92 Hm3 por no tener suficiente capacidad de almacenaje. Un recurso que habría servido para abastecer a la población en los meses siguientes.
