Elche, lo difícil viene ahora 

El pacto de gobierno en Elche se firmó esta semana en la plaza de la Ermita de Santa Ana en Valverde. Pablo Ruz y Aurora Rodil, con buena sintonía desde siempre y más desde el día 28, sellaron el acuerdo con un documento de 11 folios que recoge, junto a algunas frases tópica de declaración de voluntad de trabajar por el bien de la ciudadanía, los principales compromisos adquiridos por el PP en la campaña electoral y aquellos que confluían también con lo que Vox proponía.

La firma en una pedanía y la cesión de la concejalía de Partidas Rurales a Vox no ha sido fácil. El partido Popular tiene en el camp d’Elx una masa fiel de voto que supera a los demás partidos en las 30 pedanías. En algunas los dobla.

Vox  ha ganado terreno estos comicios también ahí. Y saben que es un nicho yermo para los socialistas y sobre todo Compromís y por lo tanto, donde más posibilidades de recortar distancias tienen con sus nuevos compañeros de viaje.

Por eso dudo que haya sido fácil para Pablo Ruz soltar esa concejalía y por eso creo también que a pesar de todo,  ayer en la comparecencia tras la firma Ruz matizó que cada uno de los concejales del gobierno local tendrá a su cargo una o dos pedanías. Son 14 concejales y 30 pedanías, aunque algunas con muy poca población, otras con mucha, y en total casi 44 mil habitantes, el doble que municipios como Crevillent o Santa Pola, más que Villena, El Campello o  Denia).

No solo eso sino que prometió dar a las pedanías cierta autonomía de gestión a través de la creación del Reglamento de Distritos que intentará descentralizar la acción de gobierno e incluso, está firmado en el documento, con presupuesto propio.

Ahí va a estar la clave del cumplimiento de estos compromisos y sobre todo de cómo lo van a ejecutar. Los pedáneos son elegidos por el alcalde, pero se puede cambiar la forma de designarlos o habrá que ver cómo se articula o reparte la designación entre los socios de gobierno.

Otra patata caliente es la creación de la concejalía de Familia, insignia de Vox, que incluye según explicó Aurora Rodil,  mayores e infancia, embarazadas y familias numerosas y el derecho a la vida. Ella asumirá el área y dijo que por su profesión, médica de familia, conoce muy bien todos estos asuntos. Sería una concejalía que debe dotarse de recursos económicos y poner en marcha de cero y estás competencias están ahora mismo incluidas, la mayoría de ellas, en Bienestar Social aunque también en Política de Mayores, Sanidad o Igualdad. Habrá que ver si se desviste un santo para vestir otro, (guiño guiño),  o si se duplican servicios o cómo acaba organizado todo esto.

Y por supuesto, el buque insignia del PP,  la bajada de impuestos. Los populares aún no han detallado con la incorporación Vox al gobierno local, qué competencias llevarán los suyos. Esta parcela antes estaba clara y definida antes de, pero no sabemos cómo va a afectar con la nueva configuración.

El compromiso por escrito del PP y Vox  es de una bajada general del 3% de todos los tributos municipales… “que sean susceptibles de reducción”. El nuevo edil que asuma gestión financiera debe hacer números y lo primero saber la situación de partida. Ya se ha quejado esta semana Pablo Ruz de que no tiene los datos aún. Tienen que trabajar con lo que hay y con modificaciones presupuestarias y empezar ya a preparar sus primeros presupuestos para aprobarlos en noviembre. Otro tetrix con el que van a tener que lidiar, aunque con una situación muy diferente a la que tuvieron la otra ocasión en la que el PP gobernó en Elche, en plena crisis económica y con restricciones y topes impuestos desde la unión Europea. Esta vez no habrá excusa.

Conseguir la alcaldía, como se dice con la fama, no es lo difícil, lo difícil viene ahora.