ELCHE. Cariacontecido se encontraba Sebastián Beccacece la noche del domingo y no es para menos. La derrota encajada por el Elche a manos del Huescadeja a su equipo en una situación muy comprometida de cara a la clasificación para el 'play-off' de ascenso a LaLiga EA Sports. Es verdad que un triunfo en Anduva el viernes acompañado de un par de resultados favorables en otros campos durante el fin de semana puede devolver a la finalización del mismo a los franjiverdes sus opciones de cerrar la fase regular entre los seis primeros, pero mucho tendrán que mejorar con respecto a las dos últimas jornadas.
Probablemente por eso y porque ahora no va a echar balones fuera cuando se trata de repartir culpabilidades (no lo ha hecho en toda la temporada), el preparador rosarino arrancaba su comparencia de prensa del domingo pidiendo perdón a los aficionados, aunque chirriaba un poco la puntualización que hacía respecto a aquellos que les habían apoyado, por mucho que fuera justa la referencia expresa a la 'Grada de Animación-1923': "No hemos estado a la altura de aquellos que nos han apoyado [...] quiero agradecer a la Grada de Animación su respaldo, han alentado durante todo el partido y sido muy respetuosos", señalaba Beccacace antes de hacerse "responsable" de la derrota y exculpar a sus jugadores, de los que decía que "se han entregado al máximo".
Eso sí, el entrenador franjiverde se molestaba cuando se le interpelaba sobre si había valorado su renuncia al cargo, al tiempo que se reafirmaba en su apuesta, dejaba claro que se mantiene decidido a 'morir' con las botas puestas: "Quien genera la ilusión, si luego no la concreta es también responsable de generar la desilusión y yo lo asumo, pero vine a unir, a construir y seguiré por ese camino, con compromiso y entrega [...] la fe la sigo teniendo, la fuerza ni hablar y nadie que quiera generar polémica la va a tumbar [...] mañana sale el sol, nos levantaremos e intentaremos conseguir lo que creo que merecemos", señalaba con vehemencia.
Beccacece no encontraba explicación a lo que le estaba sucediendo a su equipo o, mejor dicho, la encontraba demasiado fácil para su gusto (y el de todos a los que como a él les dolía la derrota): "Sufrimos momentos puntuales, situaciones que no tiene mucha explicación, nos meten goles desde 25 o 30 metros, el segundo de ellos es un golazo", decía antes de dejar claro que "el rival también juega", que "los goles que recibe el equipo son cosa del juego" e incluso reconocer que alguno de los tantos encajados (el tercero) podía haber sido consecuencia de su apuesta táctica.
"Yo quiero que el equipo protagonice y por ahí encuentre la solidez; nos quedan tres partidos para terminar como realmente merece", añadía el técnico, que explicaba (a su manera cuando las cosas vienen mal dadas, es decir, no de las mejores formas) que la sustitución de 'Tete' Morente por Arnau Puigmal en el tramo final había respondido a que está apercibido de suspensión y que de cara a la cita con el Mirandés del próximo viernes no quería incrementar la lista de sancionados que ya engrosa Mourad (quien vio la quinta amarilla este domingo, pero estuvo muy cerca de ver dos y ser expulsado), aunque la realidad es que el futbolista cedido por el Almería acumula participaciones anecdóticas, tiene la oportunidad de jugar solo los últimos compases de muchos partidos.
