DÉNIA. Los empresarios de la Marina Alta están más que preocupados por la falta de infraestructuras y los escasos pasos que se dan para realizar obras de calado que permitan la llegada de turistas con más facilidades o el transporte de mercancías para las empresas establecidas en la comarca, así lo ha explicado el presidente de la Asociación Multisectorial de la Marina Alta (Multisecma), Juan Fernández, que entiende que, entre otras obras el tren de la costa es fundamental para garantizar el turismo en las próximos años en la comarca.
El tren de la costa es lo que lleva quitando el sueño a los emprendedores desde hace décadas, pero también llevan décadas reclamando más suelo industrial, ante la carencia de espacio en los polígonos de la zona y la fuga de empresas a poblaciones de otras comarcas, donde sí hay este tipo de superficie y existen mejores conexiones con vías de alta capacidad como la AP-7.
El tranvía no es suficiente
La propuesta de un tranvía entre Dénia y Gandia no convence, ya que la ven como un servicio parar unir poblaciones del entorno, “no sirve para enlazar Dénia directamente y de forma competitiva con Valencia o Alicante”, que es algo necesario para el turismo y los negocios, ha agregado el presidente de Multisecma). Fernández ve el futuro con desconfianza y entiende que esta la línea férrea es “imprescindible para el turismo actual y de los próximos años”.
Fernández ha sido claro y ha explicado que el tren de la costa es la “garantía del turismo que está por venir”, el de todo el siglo XXI. El empresario se muestra poco esperanzado ante la construcción de esta infraestructura, que debe ejecutar el Ministerio de Transportes. Ha reconocido que pasan los años y “no hay pasos firmes para construir la línea, desde que hace décadas se cerró la última conexión con Gandia”.
La necesidad del tren
El tren será un factor muy favorable para el turismo de la Marina Alta y permitiría llegar a Madrid, por ejemplo en trenes de alta velocidad. De hecho, ha recordado que hasta Gandia llega un Alvia, un tren que circula a velocidad de AVE hasta Valencia y que llega a la Safor en modo convencional: “Si tuviéramos línea de tren a Gandia, este Alvia podría llegar a Dénia y tendríamos tren no sólo a Valencia, sino a Madrid”.
Fernández ha puesto el este ejemplo para explicar porqué entiende que el turismo de la Marina Alta se la juega con el tren de la costa: “Es necesario que se habilite, cada vez la gente tiene menos coches. Muchos jóvenes están concienciados de que es más sostenible el transporte público y no disponen de vehículos. Esta tendencia va al alza y si los políticos no trabajan y crean el tren de la costa vamos a poner en peligro el turismo de la Marina Alta de las próximas décadas, sin duda alguna”.
Tasa turística
El turismo tiene otras amenazas, como ha precisado Fernández, que preocupan mucho al sector. “La tasa turística nos hace temblar. Entre los empresarios hay verdadero miedo que este tipo de pago ponga en jaque las visitas a algunas zonas de la Marina Alta. Las zonas más turísticas siempre tendrán visitantes, pero si existe la tasa turística en alguna localidad eso afectará de forma negativa a la comarca”.
Pero hay otros problemas que impiden a los empresarios desarrollar su labor. “Siempre hay trabajas que no nos dejan trabajar en paz, tenemos que estar más pendientes de pedir permisos y trámites administrativos que de nuestros propios negocios, de dar empleo y generar riqueza en la Marina Alta”, ha sentenciado Fernández.
Trámites ante la administración
El empresario ha reconocido que él y sus compañeros están cansados “de la carga administrativa” que tienen que soportar. “No es solo que las administraciones tarden en dar licencias o permisos, que también; es que cada vez salen nuevas normativas que nos obligan a tramitar más documentos; adaptarnos a normas con el papeleo que todo eso conlleva. Al final estamos más tiempo pendientes de este tipo de cosas que de nuestros negocios. Eso nos resta tiempo y, por tanto, competitividad al no poder estar los equipos centrados en desarrollar su labor”.
Sobre esto ha puesto varios ejemplos: “Nos piden certificados de todo tipo y eso ocurre de forma periódica. Uno de los últimos casos ha sido el certificado energético. Este tipo de gestiones nos restan tiempo de trabajo y al final tenemos que sacarlas adelante entre los equipos, por lo que alguien tiene que dejar de hacer su función para afrontar estas imposiciones administrativas”.