ALICANTE. El Banco Sabadell celebrará su junta general de accionistas el próximo 26 de marzo en el Auditorio de la Diputación de Alicante (Adda) por tercer año consecutivo desde que en 2017 decidiera establecer su sede social en la capital alicantina por la inestabilidad política en Cataluña.
Los accionistas del banco tendrán que dar su visto bueno a la gestión del consejo de administración en un ejercicio complicado, en el que la entidad ha mejorado su beneficio hasta 768 millones de euros una vez amortizado el impacto de la venta de carteras de ladrillo tóxico que marcó el ejercicio anterior, pero en el que los inversores lo han castigado duramente en bolsa.
La convocatoria de la junta se ha publicado este lunes en el Boletín Oficial del Registro Mercantil, e incluye un orden del día en el que se contempla, en su tercer punto, valorar y aprobar si procede el reparto de un dividendo de 0,04 euros por acción, en aplicación del resultado del ejercicio 2019. También se votará el nombramiento de Mireya Giné Torrens como consejera independiente a propuesta de la Comisión de Nombramientos.
Como ha contado Alicante Plaza, el Banco Sabadell se ha desprendido en los últimos ejercicios de la mayoría de los activos tóxicos, hasta reducir su exposición en 17.000 millones entre 2016 y 2019. No obstante, la presentación de los resultados de 2019, con un beneficio de 768 millones de euros, no tuvo el efecto deseado en los inversores, y el banco se deslomó nada menos que un 14% en bolsa.
Oliu tendrá que defender ante unos accionistas muy críticos en las últimas juntas la gestión del consejo en un ejercicio donde los analistas consideran que la evolución de ingresos ha sido peor de lo esperado, y en la que la entidad sigue cotizando por debajo del nivel de 'penny stock'.