El bar de la isla de Benidorm sortea la polémica: abre una nueva temporada más
El bar de la isla de Benidorm sortea la polémica: abre una nueva temporada más
SANTANDER/ALICANTE (EP/MG). El restaurante de la isla de Benidorm y la acumulación de basura en el sector central de la bahía de Alicante. Estos dos puntos del litoral de la provincia han recibido la condecoración de bandera negra que cada año otorga el colectivo Ecologistas en Acción. En total, la organización ecologistas ha concedido 48 banderas negras en este 2019 a lo largo de todo el litoral, la mayor parte por vertidos de aguas residuales y la mala depuración.
Según el informe anual que se ha presentado este jueves en Santander, de las 48 'Banderas Negras' que otorga el colectivo -dos a cada provincia española, más Ceuta y Melilla, una de ellas por casos de contaminación y otra por mala gestión ambiental-, un total de 15 corresponden a vertidos de agua, el 31% del total. Por problemas de urbanismo y otras construcciones se han concedido 9 banderas (el 19%), las mismas que a las zonas industriales, mientras que los puertos y cruceros concentran seis (el 12%), como también los casos de erosión costera (11%). Igualmente hay dos 'Banderas Negras' por basuras (4%) y una por otras actividades (2%).
La coordinadora del informe, Clara Megías, ha subrayado que, al igual que en 2018, los mayores problemas están relacionados con vertidos de aguas y su mala depuración, si bien el litoral español tiene otros "problemas graves" como la erosión costera, acumulación de basuras, ampliaciones portuarias indebidas, masificación de cruceros, ampliaciones urbanísticas amparadas por la Ley de Costas, infraestructuras "que no corresponden con la realidad medioambiental de los entornos" y zonas industriales que dañan al medio ambiente y que son "puertas giratorias de gobiernos", entre otras.
Así, Megías ha recordado que en 2018 la Unión Europea sancionó a España con 12 millones de euros por zonas de aglomeración; así como que Greenpeace contabilizó ese año más de 90 impactos por vertidos. Todo ello genera problemas de salud pública y del ecosistema principalmente en zonas de Andalucía y las islas, cuya población se multiplica por tres debido al turismo.
Según Ecologistas, las actividades realizadas por el propietario del restaurante la Illa de Benidorm desde hace decenios, han afectado muy negativamente al entorno de este enclave único en la provincia de Alicante". La denuncia realizada en 2016 ante la Fiscalía por parte de la asociación Costa Blanca Marine, pone de manifiesto claramente el incumplimiento de los más básicos principios legales de ordenación urbanística y ambiental. "La existencia de esta infraestructura supone un impacto grave para la calidad ambiental de la isla, y debería ser eliminado en su totalidad", zanja el informe de las banderas negras.
En su opinión, "debería ejecutarse un plan de recuperación ambiental y paisajista para que la Isla de Benidorm pase a ser un refugio de la fauna y la flora mediterránea amenazada, elaborando una evaluación de capacidad de carga de visitantes, que visiten la isla por sus valores naturales realizando actividades sostenibles con la protección de sus valores naturales".
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La zona denunciada por Ecologistas en Acción es el sector central de la bahía de Alicante, con una longitud de unos cuatro kilómetros, en el que destacan dos puntos por contaminación de residuos sólidos: la Playa de San Gabriel de tipo urbana y la Playa de Agua Amarga, de tipo rural. Según el colectivo ecologista, "en comparación a muchos otros sitios de la costa de Alicante, las evidencias de aguasresiduales en esta playa, registran cantidades muy elevadas y además son frecuentes durante todo año. En 2018 se contabilizaron 245 bastoncillos del oído en primavera y 134 en verano, en solo unos pocos transectos de 100 metros, algo totalmente inusual en el resto de playas de la provincia. Es posible que estos vertidos provengan de un caucede agua temporal (Rambla o Barranc de les Ovelles) que aporta a la playa residuos, sobre todo después de las lluvias".
Otras evidencias encontradas en esta playa -añade el colectivo ecologista- "son las toallitas húmedas o los tampones y sus aplicadores que son vertidos al retrete, junto con los innumerables bastoncillos de plástico que acaban llegando al medio marino cuando el sistema de depuración de la zona no funciona adecuadamente". A juicio de Ecologistas en Acción, la ampliación del puerto hace que haya una menor circulación de la masa de agua que se encuentra frente a la playa, esto, con las elevadas temperaturas en verano y la aportación de nutrientes que debe recibir este sitio desde tierra, hace que hayan blooms de microalgas que pueden ser perjudiciales para los usuarios dela playa". Por ello, advierte que si no se ponen soluciones ante estos problemas, quizá deba plantearse la opción de prohibir el baño en dicha playa, o al menos, que se informe a los bañistas del peligro al que se exponen".
La segunda zona que destaca en contaminación es la playa de Agua Amarga. En esta zona también hay evidencias de aguas residuales,s in embargo, los ítems más numerosos están relacionados con la pesca desde costa y con los usuarios, así como los residuos provenientes de la construcción, denuncia Ecologistas en Acción.