El pasado jueves, el compañero Ximo Aguar explicaba en un interesante análisis cuáles eran las opciones y las vías que tenía el líder del PPCV, Carlos Mazón para ganar a Ximo Puig. En resumidas cuentas, había tres ideas bases: sumar todo el voto dual posible; es decir, que el elector eligiera la papeleta del PP tanto en las locales como en las autonómicas; la ola nacional, o el vuelco local propiamente dicho.
Para lograr el objetivo de vencer en muchos municipios, o al mejorar ostensiblemente los resultados de 2019, el PP de Carlos Mazón está activando otra vía, aunque sea soto voce. Visto que la fusión con Cs no es posible y que además Feijóo dijo que el PP lo que quería eran los votos del PP, y nos lo cargos, los populares han iniciado una estrategia silenciosa de desestabilizar a los cargos de Ciudadanos sin anunciar su incorporación al PP con el objetivo de que la formación naranja no llegue a recomponerse. Huelga decir que la formación de Inés Arrimadas se lo ha puesto muy fácil: mientras la cacareada refundación no llega y la estructura está en stand by, ya hay constancia de pactos de silencio entre cargos locales de Cs y el PP para que la formación naranja no comparezca en mayo de 2023, o si lo hace, que sea con una oferta inútil, que ni siquiera sea capaz de rentabilizar la gestión allí donde ha estado gobernando, bien con el PP bien con el PSOE.
Además, el retorno (o posible retorno) de viejos militantes del PP también está trabajando en esa función. El PP de Carlos Mazón busca, en buena lógica, la reunificación del voto del centro-derecha para acercarse o mejorar los resultados, cuando menos, de hace 8 años. En esas se está, por ejemplo, en Dénia; eso se ha conseguido en Villena, y es posible que pase en otras localidades en los que Cs le arrebató muchos votos a las candidaturas populares. El nombramiento de Miguel Ángel Salguero como alcaldable del PP de Villena es la avanzadilla de lo que pasará en el resto de la comarca del Vinalopó, allí donde en el que PP no gobierna o cosechó malos resultados. Lo veremos en Elda, Petrer o Novelda, donde los actuales portavoces o presidentes locales pasarán a mejor vida y serán sustituidos por candidatos (quien sabe si mejores) que al menos garanticen la reunificación de voto. La salida de Pachi Pascual de Cs San Vicente invita a ello, y la gran incógnita es saber qué pasa en el resto de municipios de L'Alacantí, a excepción de aquellos en los caracteres personales hicieron imposible el acuerdo o la gobernanza, También qué pasa en los municipios en los que se ha compartido equipos de gobierno como Calp y especialmente en Alicante.
Así que la chita callando, Mazón está consiguiendo su objetivo que no logró por la vía de la fusión, pese a que lo intentó. Cuando Cs intente reaccionar, es posible que no quede ni el apuntador. O sólo queden los irreductibles. Ahora, por no quedar, no queda ni sede provincial.
Si hay fichajes, los veremos en las listas, o en las candidaturas. Pero desde luego lo que sí es evidente es que el PP, al menos, en Alicante sí que tiene intención de empoderar a determinados cargos de Cs con el objetivo de que la marca no comparezca en mayo de 2023. Esa es la fusión silenciosa que está llevando a cabo Carlos Mazón. Veremos si le alcanza para lograr una de las ideas-base que expuso el amigo Aguar: el voto dual en las locales y autonómicas. Deberá acertar con los alcaldables, pero lo que sí es probable es que tenga un oponente menos. El objetivo es que Cs no llegue, o no comparezca.