ALICANTE. En la mitad de su carrera profesional, el notario de Pinoso, Miguel Prieto Escudero, acaba de publicar su nuevo libro Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio), parafraseando el lema del notariado español Nada antes que la fe (nihil prius fide). Para el autor, es una obra autobiográfica y no de autoayuda, pero sí de superación, donde ha querido plasmar, de forma muy realista, la visión fracasada de un opositor a notarías tras once años de intentos frustrados, pero con un final feliz.
Miguel Prieto está muy orgulloso de ser notario de la localidad alicantina de Pinoso desde hace doce años. Después de su paso por Mondoñedo (Lugo) y Es Mercadal (Menorca), en 2008 encontró en Pinoso su verdadera casa. “No hay nada más gratificante para mí que poder servir al ciudadano, poder asesorar a los vecinos y a las empresas de mi pueblo, darles la seguridad jurídica que se merecen y creo que este sentimiento de servicio público es el que me dio fuerzas para lograr aprobar mi oposición”.
Y es que tras once años opositando, Prieto consiguió aprobar en junio de 2002 y todavía ahora, tras diecisiete años de profesión, no se cree que pudiera conseguirlo. “Para mí la oposición fue un infierno, esquivar el fracaso durante tanto tiempo fue muy difícil, me parece casi imposible haberlo conseguido, fue una etapa muy larga y complicada de mi vida, me quedé aislado y nadie me entendía, donde me rondó muchas veces la idea de dejarlo, me costó mucho recuperarme de cada fracaso y reiniciarme para conseguir mi sueño, ser notario como lo fue mi padre, pero al final lo logré”.
Tras recibir la Cruz de San Raimundo de Peñafort del Ministerio de Justicia el año pasado, distinción al mérito jurídico por ser un magnífico profesional, comprometido con la profesión, con la fe pública y con el derecho, ahora Miguel Prieto Escudero da un paso más profesionalmente en la publicación de este libro, de aconsejable lectura para cualquier opositor que quiera superar el fracaso y no encuentre consuelo para seguir adelante. “Hay gente que como yo lleva años intentándolo y al final consigue aprobar; es muy gratificante poder ayudarles más como preparador psicológico que de oposición, darles fuerzas, para que no se queden ‘enganchados’ como me pasó a mí”, concluye Miguel Prieto.