Rehabilitación de la fachada de un edificio en la avenida de Maisonnave. Foto: RAFA MOLINAALICANTE. La pandemia, el encierro domiciliario de 2020 y las restricciones a la movilidad desde hace un año no han cambiado solo los hábitos de compra de los consumidores (modificando tanto la cesta de la compra como el canal a través del cual se confecciona), sino el propio dibujo del tejido empresarial. Ha habido sectores claramente perjudicados por las medidas sanitarias, como el ocio, la restauración y el comercio minorista, pero otros se han visto beneficiados por dichos cambios de hábitos. El gasto que no se ha realizado en determinados bienes se ha trasladado a otros, impulsado de esta forma la creación de empresas en esos nichos mientras desaparecían en otros.
Así lo reflejan los datos recopilados por el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca) a partir del censo de empresas de la provincia de Alicante en la Seguridad Social al cierre del primer trimestre del año. El dato macro, el número de empresas, ya demuestra que la actividad económica ha recuperado brío tras la tercera ola: hay 56.570 empresas inscritas en la Seguridad Social, lo que supone un 1,9% más que al finalizar el primer trimestre del año pasado (el estado de alarma se decretó a mitad de marzo). Pero además, si se analiza el detalle, se obtienen datos sorprendentes.
"El comercio, la hostelería y la construcción recogen prácticamente la mitad de las empresas que operan en la provincia", explica el director de Estudios de Ineca, Francisco Llopis. "Pero no se han comportado de la misma manera: mientras la construcción registra un aumento del número de empresas inscritas en la Seguridad Social de más del 12%, el comercio apenas crece un punto, y la hostelería por su parte ve cómo desciende un 1,3% el número de empresas". Un comportamiento que plasma en el censo de la Seguridad Social las dificultades que han atravesado el comercio minorista y la hostelería, con cierres totales en dos periodos diferentes y limitaciones de horario y aforo, pero también la oportunidad que se ha abierto para la construcción.
En este sentido, pasar más tiempo en casa por obligación ha tenido dos efectos directos sobre este sector. Por un lado, ha permitido a los consumidores ahorrar el dinero que habitualmente invierten en viajar durante las vacaciones. Por otro, ha motivado que busquen adaptar su hogar para estar más cómodos tras un largo periodo de encierro. La consecuencia es que el sector construcción ha crecido notablemente al sumarse a las constructoras clásicas las especializadas en reformas y rehabilitaciones, hasta redondear ese 12% de incremento. Otro sector que ha crecido en la misma proporción (aunque en términos absolutos es mucho menos significativo) es el de las empresas de climatización, con un incremento de casi el 12%, por el mismo motivo.
En el lado contrario, hay siete sectores empresariales que ven cómo se reduce su nómina de representantes en la provincia. El que más cae es, curiosamente, el de la información y comunicaciones, con un retroceso del 4%. Le sigue el de transporte y almacenamiento, con una caída de casi el 3%, mientras la hostelería (por razones obvias) y otros servicios retroceden casi dos puntos. También caen, aunque menos, la agricultura, el servicio doméstico y las actividades inmobiliarias (esto es, la intermediación), lo que también podría explicarse en las restricciones a la movilidad, al dificultar las visitas a viviendas en venta.
En términos absolutos, eso sí, el sector más numeroso de la provincia sigue siendo el comercio, con más de 13.500 empresas (y un incremento del 1,3%, como se ha dicho), seguido de la hostelería, con 7.800 firmas (y una caída del 1,3% en este caso); la construcción, con casi 6.700 mercantiles (crecimiento del 12,3%); y la industria manufacturera, con 5.450 empresas y un incremento del 4,2% respecto al primer trimestre de 2020.
