ALICANTE. El Registro Mercantil refleja desde hace unos días la operación acordeón que hace justo un año aprobaban los accionistas del Hércules.
Por un lado, la misma consistía en aumentar el capital social en 4.316.105 euros, hasta los 33.120.932, por medio de la capitalización de un préstamo de tesorería de Zassh Tecnológica de 4.264.674,87 euros más intereses (51.430,13 euros, descontada la retención), que respondía al auxilio financiero prestado por dicha mercantil al club en las temporadas 2019/20 y 2020/21 y sin el que no hubiese podido levantar la persiana. Por otro lado, proceder también a una reducción del capital en 31.133.676,08 euros, hasta los 1.987.255,92, al rebajar el valor nominal de los títulos de 1 a 0,06 euros.
La citada reestructuración se llevó a cabo para reequilibrar el capital y el patrimonio neto de la sociedad y no incurrir en la causa de disolución que suponía que el capital social fuera inferior en un 50% al fijado en 2006 por el Consejo Superior de Deportes cuando el primer equipo blanquiazul ascendió por última vez al fútbol profesional: 3.713.706 euros. Al fijarse en 1.987.255,92 euros quedaba ligeramente por encima del 50%.
Ahora bien, no obstante esa reestructuración el patrimonio neto del Hércules seguía (y, aunque falte conocer el resultado del ejercicio pasado, nada hace suponer que no lo vaya a seguir siendo) negativo e inferior a la mitad del capital social, por lo que esa otra causa de disolución no se ha regateado, continúa ahí: las pérdidas acumuladas 30 de junio de 2022 ascendían a 66.932.395,82 euros, las reservas a 14.564.751,47 y el capital social a 33.120.932 (tras el citado aumento de 4.316.105 euros), de tal forma que el patrimonio neto era de -23.339.289.24 euros. De las anteriores sumas varió solo la del capital social con la reducción de los 33.120.932 a los 1.987.255,92 euros, pero no el resto y, en consecuencia, el patrimonio neto siguió (y seguirá) siendo negativo, el Hércules estando en causa de disolución.