ALICANTE. El próximo 21 de diciembre los accionistas del Hércules tendrán que aprobar (o no) unas cuentas que no están auditadas, después de que el club haya decidido prescindir de los servicios de un auditor que las revise.
Vaya por delante que esta decisión, como destacan desde el Hércules, está amparada por el artículo 263 de la Ley de Sociedades de Capital, que exime al club de la obligación de contar con un auditor por su volumen de negocio y número de empleados; el problema es que lo anterior era así también en ejercicios precedentes y no se había optado por una medida tan drástica que, entre otras cosas, contribuía a dar un imagen de orden y transparencia de una mercantil que adeuda varios millones de euros a administraciones públicas y particulares tras tres concursos de acreedores.
La realidad es que tras esta decisión encontramos las estrecheces económicas que atraviesa el club y es que el coste que este servicio ha venido teniendo para la entidad ha ascendido a nada menos que 7.600 euros en la temporada 2014/15 y a 8.400 en la 2015/16.
La sociedad Auren Auditores, inscrita en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas con el número S2347, había venido siendo la encargada de revisar la cuentas anuales y el informe de gestión esos últimos ejercicios, pero de cara al presente se ha prescindido de sus servicios y no se ha contratado a otro auditor de cuentas.