ALICANTE. El gimnasio 'low cost' Gymgo, que abrió en sus puertas en Alicante hace cinco años, está abocado a la desaparición tras su entrada en concurso de acreedores: el juez acaba de abrir la fase de liquidación de la sociedad, a instancias del deudor (es decir, del administrador concursal de la firma), apenas tres meses después de acogerse al concurso. Gymgo, así, cerrará sus puertas (a menos que alguna empresa la compre durante la liquidación) sin haber arrojado beneficios ni un solo año desde que se inauguró, salvo la cifra testimonial de 2014.
Tal como publicó Alicante Plaza el pasado mes de enero, Gymgo 24 S.L. solicitó el concurso voluntario de acreedores a finales del mes de noviembre ante los juzgados de lo Mercantil de Alicante. Durante estos tres meses el administrador concursal desginado por el juez, el abogado alcoyano Roque Monllor, ha estado recabando las demandas de los acreedores, fundamentalmente las entidades bancarias que financiaron la inversión inicial para abrir el gimnasio y algunos proveedores. La imposibilidad de superar el concurso ha forzado a instar la liquidación de la sociedad. El pasado febrero, el juez de lo Mercantil número 1 de Alicante abría la fase de liquidación, en un auto que ahora se ha publicado en el Boletín Oficial del Registro Mercantil.
Durante los últimos meses, el gimnasio de Alicante (Gymgo tiene otro centro en Alfafar, en Valencia) ha seguido funcionando con normalidad. Esta misma semana mantiene sus puertas abiertas, y se están cumpliendo los horarios de las clases programadas. El centro, que funciona 18 horas al día (de 6.00 a 24.00) y los 7 días de la semana, advierte de que cerrará entre los días 10 y 17 de abril, ambos inclusive, con motivo de la Semana Santa. De momento, las puertas del gimnasio siguen abiertas.
Gymgo solicitó el concurso de acreedores voluntario en noviembre del pasado año, apenas medio año después de aprobar unas cuentas (las de 2015) que arrojaban unas pérdidas de cientos de miles de euros. Detrás de la quiebra, la caída de un 20% de los ingresos de un año para otro y el alto coste de mantener las instalaciones. La deuda a corto plazo de la firma y la recurrencia en los número rojos han impedido amortizar la inversión inicial para abrir el centro y han estrangulado sus finanzas. Según las últimas cuentas, Gym Go cerró 2015 con un agujero de casi 188.000 euros, pese a facturar más de 862.000.
En realidad, Gymgo solo obtuvo beneficios en 2014, cuando facturó más de un millón de euros. Y aún así, ese beneficio fue de apenas 13.710 euros, insuficiente para enjuagar las pérdidas de los ejercicios anteriores. El umbral de la rentabilidad del centro, de esta manera, quedó fijado en ese millón de euros de ingresos, por debajo del cual la firma ha incurrido en pérdidas una y otra vez. Finalmente, en noviembre del pasado año sus gestores decidieron solicitar el concurso para intentar sacar adelante el centro, sin éxito.
La capital alicantina acoge al menos otra media docena de gimnasios similares a Gym Go, cuyo modelo queda en cuestión tras la quiebra de esta franquicia. No obstante, el sector sigue demostrando un gran dinamismo, y el interés de los inversores por introducirse en el mercado del ejercicio físico augura, al menos a corto plazo, la continuidad de la oferta low cost que ha proliferado en los últimos años: centros con salas de musculación, spinning, pistas de pádel o piscinas climatizadas que aceptan socios por entre 20 y 50 euros al mes.