ALICANTE. El Elche hacía oficial este martes los fichajes del delantero Carlos Castro y el extremo Alfred Planas, a los que se unirá este miércoles el central Jesús Olmo. Tres incorporaciones con las que los franjiverdes elevan a siete el número de fichajes en el mercado de invierno, si bien todavía podría llegar un refuerzo más.
A dos días para el cierre de la venta de fichajes de enero, el club del Martínez Valero se ha reforzado, además de con los anteriores, con el portero Edgar Badía, el central Dani Calvo, el centrocampista Karim Azamoum y el delantero Nacho Gil. Huelga decir que el Elche cuenta con que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) no pondrá pegas para tramitar las altas, si bien ni mucho menos el club franjiverde tiene barra libre por parte de la patronal de los clubes (como hizo con Francis en verano, el Elche se ha apoyado de nuevo en el filial a la hora de darle ficha a Planas que llega del Alcorcón en condiciones ventajosa), es decir, sigue siendo necesario aligerar carga salarial (también para no incrementar la necesidad de capital externo).
Hasta la fecha el Elche se ha desprendido de Zotko, Redru y Chuca, a los que se van a unir en las próximas horas Francis Uzoho y Dani Provencio: el primero regresará al Deportivo, que le tiene cedido, mientras que el segundo continuará su carrera en Segunda División B, presumiblemente en el Ibiza, conjunto del grupo IV en el que podría tener su futuro también Benja Martínez si finalmente abandona la entidad: el club quiere que salga pero, además de que el barcelonés ha de querer, su nuevo equipo se ha de hacer cargo de su ficha y eso no es sencillo. El jugador ha descartado al Murcia; el Hércules aparentemente (porque contactos seguían habiendo este martes) se ha retirado de la puja; y el UCAM no está claro que económicamente esté dispuesto a llegar donde quiere el Elche.
Y en cuanto a Jony Ñíguez, el futbolista aceptaría ir al Alcoyano, con el que el club franjiverde tiene apalabrada la cesión (con condiciones asumibles por el conjunto de El Collao), pero hay un doble problema: por un lado, Jony y el Elche han de resolver antes un importante escollo económico que les separa y a la vez les une tanto o más que el propio contrato, no pareciendo que ninguna de las partes esté dispuesta ahora mismo a ceder; por el otro, la llegada del mediocentro ilicitano al Alcoyano está también condicionada a la salida de un futbolista de su disciplina a otro equipo de Segunda División B, operación que también se ha atascado.
