El debate de las primarias del PSPV de Alicante queda en un monólogo de Sanguino

ALICANTE. Como era previsible, no ha habido debate en las primarias del PSPV-PSOE de Alicante para elegir al candidato a Alcaldía. Sólo compareció Francesc Sanguino, el candidato independiente que cuenta con el respaldo de la dirección local y autonómica. Los otros dos contrincantes, Eva Montesinos y Pepe Asensi, como ya anunciaron este pasado martes, no aceptaron las condiciones del lugar en el que se iba a celebrar el debate -la sede del partido, en la calle Pintor Gisbert- y por lo tanto, confirmaron su ausencia. Montesinos y Asensi propusieron, en balde, que el combate dialéctico se celebrara en CCOO, a 50 metros de la sede socialista. Pero nada hizo cambiar el escenario: el comité organizador optó por la Casa del Pueblo, como en otros procesos de primarias.

Tal circunstancia no evitó que el acto se celebrara, aunque más bien se ha convertido en un monólogo de Sanguino. Ante la presencia de más 130 militantes, que era el aforo que tenía la sede, nadie vio el extraño el formato ni echó en falta la ausencia de los otros contrincantes. Es más, por si alguien tenía dudas, la puesta en escena, con moderadora incluida -una periodista, como había exigido José Asensi- sirvió para conocer un poco más los planes de Sanguino, en caso de que sea elegido este domingo como candidato a Alcaldía por el PSPV-PSOE.

Sanguino no se inmutó. Sabía que la opción de estar sólo ante el respetable era muy alta. Y él, como hombre de teatro que es, no desaprovechó la ocasión para ganarse la simpatía de los allí presentes, pese a ser, la mayoría de ellos, miembros del club de fans de la dirección local que lidera Miguel Millana.

Así, como si una obra de Beckett se tratara, pero con más pasión, el también director del Teatro Principal de Alicante expuso los ejes de su programa, que se aplicarían en caso de ser elegido alcaldable. Dijo Sanguino que él se dedicará a aplicar los motivos por los que nació el PSOE y que resumió en tres ideas: empleo, vivienda y convivencia. Antes, no obstante, aprovechó para presentarse. 

Para presentar su carta de méritos antes de llegar a la dirección del Teatro Principal. Pese a ser un independiente, y, por lo tanto, sin carné del PSOE, Sanguino hizo gala de alicantinidad, de su bilingüismo, de su lugar de nacimiento, en la calle San Vicente, y de haber paseado el nombre de Alicante por cualquier sala del mundo en la que ha estrenado un espectáculo teatral. Rememoró su etapa en la Universidad de Alicante, como docente, se vanaglorió de haber contribuido a su modernidad, en los años 90 de la mano de Andrés Pedreño y de haber participado en el proyecto de Universia, también con el ex rector, junto a otros 14 campus y el Banco Santander. Recordó que es miembro del Consell Valencià de Cultura, junto a otros cuatro alicantinos; premio nacional de Teatro, y que ha contribuido a que el Principal sea más público, 171 años después, con la entrada de la Generalitat en el accionariado. 

De haber sido un debate convencional, las palabras derecha, PP, Enrique Ortiz, etc...se hubieran repetido hasta la sociedad. Pero no. Sanguino es hombre de guante blanco. Traslada ideas sin meter el dedo en la llaga. Desgrana ideas, sin responsabilizar a nadie. Bueno, sí. Cita los 20 años de gobiernos del pasado, pero no menciona al PP. Habla de las diferencias entre ricos y pobres, que, a su juicio, se han agradado. Y como medida para reducir distancias, desgrana los tres ejes de su programa.

En primer lugar, crear empleo y atraer el talento que ha abandonado Alicante. Y pone de ejemplo el proyecto del Distrito Digital de Alicante como oportunidad para que los jóvenes alicantinos puedan encontrar un empleo de cerca de casa. Como segunda idea, propone crear un plan de vivienda pública, distribuido por igual entre todos los barrios de la ciudad y que sea intergeneracional. Y como tercera, insiste en la idea de la convivencia. Dejar una ciudad mejor a las futuras generaciones. Y si no hay dinero, como excusa que suelen poner los políticos, Sanguino apuesta por que el político sea creativo, aporte ideas, eficiencia para mejorar la ciudad y la calidad de vida de sus habitantes.