Con motivo del cierre que la empresa Zara ha hecho de su tienda más emblemática en la ciudad, ubicada en el antiguo cine “Capitolio”, se ha suscitado el debate de si ese espacio se debiera recuperar, bien como sede de alguna entidad comercial como pide el Partido Popular, o por el contrario, como ha manifestado el alcalde que opta se destine a una entidad de tipo cultural. Respecto este segunda posición se habla de la ubicación del Rectorado de la Universidad Miguel Hernández, lo que significaría el estrechamiento de la relación entre la universidad y la ciudad. Una cuestión que ya estuvo presente desde los primeros contactos que se tuvieron con la Generalitat para la implantación de estudios universitarios en Elche. Recuerdo que en aquella ocasión propusimos la adquisición de la Casa Palacio de Jorge Juan, lo que significaba también recabar la importancia de tan ilustre personaje y su vinculación con la ciudad.
De otra parte, se defiende que el Capitolio recupere en su nueva apertura una actividad más en consonancia con sus orígenes. El debate en todo caso es oportuno. La sala Capitolio forma parte de la historia de la ciudad, en unos años en los que en esta se llevaron a cabo unos cambios decisivos. El cine Capitolio ha formado parte de la vida de varias generaciones de ilicitanos. A través de sus proyecciones ensanchamos la visión de nuestro estrecho mundo. Personalmente son muchos los recuerdos que albergo de mi infancia y juventud, en las que disfrutábamos de las sesiones de programas dobles. De otra parte, aunque es cierto que en estos años desde la restauración del ayuntamiento democrático, se han llevado a cabo importantes actuaciones respecto a la conservación y restauración del patrimonio urbano y cultural de nuestra ciudad, también lo es que no siempre nos hemos distinguido los ilicitanos por ser lo suficientemente cuidadosos en la conservación de otros muchos elementos de nuestro patrimonio cultural y entre ellos, aquellas salas destinadas al teatro y al cine que son parte de la memoria colectiva. El Gran Teatro que este año cumple su centenario, su adquisición por el ayuntamiento, su restauración y puesta en funcionamiento, es tal vez la única actuación reseñable que en este sentido se ha llevado a cabo; otras salas desaparecieron hace ya muchos años como lo fue el mítico Teatro Llorente y posteriormente el Coliseum. También vimos desaparecer en años más recientes el Avenida; el Alcázar se ha conservado en su tipología, aunque destinado según creo a sala de ocio. Estos son solo algunos ejemplos de las muchas salas que desaparecieron en nuestra ciudad y también en las pedanías del campo de Elche.
El Capitolio ubicado en el lugar en el que se hallaba el antiguo Casino es obra del arquitecto Santiago Pérez Aracil, cuya construcción se inició en el año 1945 y fue inaugurado en el mes de marzo de 1949. Sin duda el cine más lujoso y de mayor “glamur” con el que ha contado la ciudad. A todos nos causaba admiración aquella decoración interior. Gaspar Jaén en su “Guía de l’Arquitectura i l’Urbanisme de la ciutat d’Elx” nos recuerda que aquella rica decoración fue posible por la vinculación que la casa de decoración de Mariano García de la ciudad de Valencia tenía con nuestra ciudad. Además de la proyección de películas, se llevaron a cabo diversas representaciones teatrales, actos sociales de diversa índole, actuaciones musicales entre las que cabe destacar el recital de Montserrat Caballé. El Capitolio fue el lugar en el que se desarrollaron aquellos recordados conciertos patrocinados por la Sociedad Amigos de la Música. El cine Capitolio dejó de funcionar definitivamente en el mes de mayo del año 2003. En la adaptación del edificio para su posterior función comercial, además de la fachada se han conservado parte de la decoración interior, al igual que la abertura de la pantalla de proyecciones.
Desconozco cuál será el destino que se le dará al Capitolio; cualquiera de los aquí expuestos contribuirían a dinamizar el centro de la ciudad. No podemos perder esos puntos referenciales que son parte de la memoria colectiva y una ciudad que quiere mirar al futuro debe hacerlo desde la memoria. No podemos tampoco olvidar el papel que el cine ha tenido en los gustos y el comportamiento de la gente. Personalmente mis preferencias irían en el sentido de que se retomase la vocación con la que nació y fuese un lugar que contribuyese a la potenciación cultural de la ciudad. No se me ocultan las dificultades; no podemos olvidar que el cierre de tantas salas de cine se debió a la ausencia de público; los gustos cambiaron y entre otras cosas se prefirió tener el espectáculo en casa que no vivirlo comunitariamente, pero tal vez los gustos también empiecen a cambiar y los ciudadanos volvamos a sentir la necesidad de disfrutar de la vida ciudadana; creo que, a la dinamización del centro de la ciudad de Elche, puede contribuir sobremanera el fomento de la actividad cultural, lo cual no está reñido con la actividad comercial, sería muy constructivo que pudiera haber un consenso entre los diversos grupos políticos. El debate que se ha originado acerca del destino del Capitolio, debe ser una buena ocasión para pensar y de tomarnos en serio el papel que la cultura en sus diversas manifestaciones debe jugar en la transformación de la ciudad.