La sede del Banco de España en Alicante, en la parte alta de La Rambla.ALICANTE. El Banco de España encuentra el camino despejado para acometer una reforma interna de su sede en Alicante: un edificio emblemático, incluido en la propuesta de catálogo de protecciones pendiente de aprobación, situado en la parte alta de la Rambla. La Concejalía de Urbanismo acaba de aceptar la ejecución de esas obras, presentadas como declaración responsable, tras constatar que se trata de una intervención amparada por los límites de protección que impone el Plan Especial del Casco Antiguo (PECA). Ese es, en la actualidad, el único documento en vigor que podría frenar los trabajos, al no estar aprobado todavía de modo provisional el catálogo de protecciones de la ciudad, en el que se contempla la preservación del edificio con el máximo grado (integral).
Los técnicos de Urbanismo han considerado, igualmente, que no resulta necesario aplicar el protocolo acordado a través de un decreto de instrucción urbanística por el concejal del área, Miguel Ángel Pavón (Guanyar), para elevar una consulta a la Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura con el fin de que se evalúe si la obra propuesta por la delegación territorial del órgano supervisor supone una merma en el valor patrimonial del inmueble. Ese es el procedimiento que sí se prevé adoptar sobre la propuesta de demolición planteada por Hansa Urbana sobre un edificio de la calle José María Py, que también está incluido en el catálogo de protecciones. En este caso, y en todas las propuestas similares en las que sí se contemple una alteración sustancial del inmueble a proteger, se seguirán los mismos pasos: petición de informe de Cultura antes de conceder o denegar el permiso solicitado.
Urbanismo considera que la reforma propuesta en edificio que se pretende proteger está amparada por el Plan Especial del Casco Antiguo al no afectar a su estructura
En el caso del Banco de España, tras el análisis de la actuación propuesta, se habría considerado que esa consulta no resulta necesaria porque, además de tratarse de una intervención que no afecta a elementos clave de su estructura, el edificio en sí no está reconocido como un Bien de Interés Cultural (BIC) y, por lo tanto, tampoco resulta preceptivo el informe de Patrimonio.
El proyecto de reforma planteado por el Banco de España se circunscribe a una completa redistribución de la sala en la que se encuentra la maquinaria dedicada al tratamiento de billetes. De hecho, la intervención se justifica en la necesidad de adaptar esas dependencias a la llegada de un nuevo equipamiento mecánico dedicado a ese fin (al parecer, de mayor tamaño o con características especiales). El presupuesto de ejecución de esas obras supera los 212.000 euros, según las fuentes consultadas.
El inmueble, propiedad del Ministerio de Hacienda y situado en el número 31 de la Rambla, es un "edificio proyectado en los últimos meses de paz republicana" aunque no comenzó a construirse hasta después de la Guerra Civil, según la información recopilada en el catálogo de protecciones. Su construcción se sitúa entre los años 1937 y 1945.
