La exalcaldesa de Gandia, uno de los fichajes de Pedro Sánchez en la última remodelación del Gobierno, tiene el reto de conseguir el consenso para aprobar la nueva Ley de Ciencia e Innovación, así como ofrecer mejores oportunidades para el talento investigador e innovador de nuestro país
VALÈNCIA.- Han pasado seis meses desde que Diana Morant (Gandia, 1980) dejó la vara de mando de su ciudad para incorporarse al Gobierno de Pedro Sánchez como ministra de Ciencia e Innovación. Una noticia inesperada por tener un perfil político poco conocido en la capital de España: «Para mí también fue una sorpresa y solo puedo decir que estoy muy contenta y que espero no fallar al mandato y a la confianza del presidente». Asume «el reto», consciente de que «estamos en un momento importantísimo para la ciencia y la innovación, que van a servir de palanca de transformación de este país que sigue afrontando una pandemia».
Precisamente, los presupuestos de su ministerio para este 2022 son «la mayor inversión en ciencia e innovación de la historia de España», pues se sitúan en 3.843 millones de euros, lo que supone un aumento del 19% respecto a los de 2021 y casi duplica la cifra de 2020. Con ellos, Diana Morant pretende impulsar la nueva Ley de Ciencia e Innovación y mejorar la situación de los científicos e investigadores españoles. «Siento la responsabilidad del cargo, pues ser ministra implica cambiar las leyes, los marcos normativos, y provocar los cambios necesarios que necesita el sistema científico e innovador a día de hoy para responder a las necesidades del país», explica.
Sin embargo, considera que ha llegado al ministerio en el momento idóneo pues «todo está dirigido para producir ese cambio, para que dentro de diez años miremos este momento como el momento en el que se produjeron los cambios necesarios para que este país avanzara a través de la ciencia y la innovación».
Una mirada hacia ese futuro puesta también en los municipios pues el bagaje de Diana Morant dentro del Ayuntamiento de Gandia fue también determinante para que Pedro Sánchez la llamara para formar parte de su ejecutiva. «Esa visión municipal de la política es muy importante, ya que esa cercanía con los problemas de la ciudadanía es fundamental para dar solución a dichos problemas».
—¿En qué estado se ha encontrado la Ciencia y la Innovación española al llegar al ministerio?
— Lo encontré en marcha y eso es muy importante destacarlo, al igual que el trabajo que se hizo desde el Gobierno de España para afrontar una crisis sin precedentes. Un plan de recuperación, transformación y resiliencia dibujado por el Gobierno con dinero del fondo europeo de recuperación. España crece —tenemos veinte millones de personas trabajando en nuestro país, cifras de 2006— y avanza hacia esa transformación necesaria.
—Sí, pero España está por detrás de Europa en I+D. ¿Cuándo será posible equiparar a España con el resto de la zona euro en ese 2% de inversión en I+D?
— España tiene deberes que hacer y debe alcanzar ese 2% del PIB, pero la inversión debe ser pública y privada. Para ello hay que incentivar a la iniciativa privada para que sea más innovadora. Con estos presupuestos históricos estamos trabajando en esa línea y nuestro compromiso es efectivamente llegar a ese 2% junto con las empresas para el gasto de la inversión en Ciencia e Innovación de nuestro país.
—¿Cuándo será posible?
— Está marcado para 2023. Los fondos de recuperación tienen que ser un plan de choque para que se desatasque ese tapón que se hizo de científicos y científicas de nuestro país, que haga retornar el talento que se exilió, que haga que salgan de la obsolescencia el instrumental de los centros de investigación... pero después necesitamos que eso se estabilice y que nuestro país invierta ese mínimo marcado en 2023 para, luego, seguir subiendo en los años sucesivos.
— Lo cierto es que estamos muy lejos de esas cifras
— En realidad, la inversión pública tendría que alcanzar el 0,75% y la privada el 1,25%. Como digo, los presupuestos son históricos y vamos a provocar este cambio cultural en Ciencia e Innovación que confiamos que en 2023 sea una realidad. Y ya hay datos que son alentadores, como que la I+D es uno de los sectores que más ha crecido en número de afiliaciones durante la recuperación de la empleabilidad o que todas nuestras convocatorias para investigación y para innovación estén muy concurridas. Alineándonos todos para hacer que la ciencia y la innovación llegue a todas partes, haremos que sea transformadora y dé oportunidades a la ciudadanía.
—¿Cómo se va a provocar ese cambio?
— A través de la transmisión del conocimiento. España ocupa la posición número 11 en producción científica y en innovación la 30, por lo que uno de los grandes retos es la transferencia desde el conocimiento hasta su aplicación en innovación. Es un trabajo que tenemos que hacer con nuestras empresas y a través de mecanismos distintos, como el plan del CDTI —organismo adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación y promotor de Innvierte— por el cual fomentamos el nacimiento de nuevas empresas de base tecnológica innovadora que vengan del conocimiento.
— Su ministerio está ultimando la Ley de Ciencia e Innovación, ¿cuáles son las principales líneas?
— Esta norma es también un compromiso con Europa para hacer efectiva esa transformación y tiene tres ejes: el primero, mejorar la carrera científica, dibujando un itinerario científico estable, seguro y que sea competitivo con otros países. El segundo es la transferencia de conocimiento, pues es necesario que el conocimiento científico que se traduzca en una aplicación se haga en nuestro país; queremos que todo se produzca y se quede aquí. Y el tercer punto es la gobernanza, que se va a ver reforzada porque la Ciencia no es solo del Estado,;tenemos que trabajar con las comunidades autónomas y mejorar la colaboración público-privada.
—¿Hay una fecha?
— El primer semestre de 2022. Con este segundo texto, más ambicioso y que ha cambiado algunas de las fórmulas de la ley, estamos en un proceso de diálogo abierto con la comunidad científica, los sindicatos, las universidades… Y es así porque es la ley que necesita España y tiene que satisfacer las necesidades de la comunidad científica y de todos los agentes que hacemos Ciencia, incluidas las empresas.
—¿Y ese diálogo también es con el Partido Popular?
— Hay diálogo con todas las fuerzas políticas y el ambiente que se respira en las conversaciones es bueno y positivo; es un ambiente constructivo para llegar a esa ley que necesita la comunidad científica y que, si es buena para la Ciencia, debería ser una ley apoyada.
—Ha comentado que uno de los retos es mejorar la carrera científica. ¿Qué otras medidas van a adoptar tras eliminar los contratos por obra o servicio?
— El contrato por obra o servicio desaparece porque no se adecúa a las necesidades del sistema científico y se sustituye por una figura contractual ajustada a las líneas de investigación. Además, hemos reconocido la tasa de reposición de funcionarios para recuperar esa década con científicos que no han tenido la oportunidad de estabilizarse en el sistema público. Al igual que hay un sistema público de Educación o Sanidad, hay uno de Ciencia que tiene que alimentarse y tiene que ir renovándose conforme lo hagan las necesidades del propio sistema. Además, vamos a seguir considerando al personal investigador y técnico de nuestros centros como personal prioritario a efectos de tasa de reposición.
— Sin embargo, el investigador hospitalario no forma parte de las plantillas de los hospitales. ¿Cuándo se va a resolver esta situación?
— La nueva Ley de la Ciencia y la Innovación incluye como una de las grandes novedades, y de una vez por todas, el reconocimiento del personal investigador de nuestro Sistema Nacional de Salud como parte fundamental del sistema de Ciencia. Es cierto que uno de los problemas de la ley de 2011, y que ahora estamos reformando, es que el gobierno del Partido Popular no la desarrolló y hay cosas que están recogidas en esa norma pero que no se aplican porque no se desarrollaron.
«Es muy probable que el contrato de obra o servicio desaparezca porque no se adecúa a las necesidades del sistema científico»
—La burocracia de la Administración es otro de los grandes problemas.
— Al sistema de Ciencia no le ocurren cosas muy diferentes con respecto al resto del sistema público, que está sometido a leyes tan restrictivas como la Ley de Contratos o la Ley de Subvenciones, que fueron aprobadas en un momento en el que había mucha corrupción y había que luchar contra ella. En ese sentido, estamos trabajando con el Ministerio de Hacienda para ver hasta qué punto podríamos reconocer excepcionalidades a las leyes actuales para la ciencia. Hemos mejorado en algunas cosas, como el elevar a 50.000 euros la cifra tope del contrato menor o cambiado la fiscalización previa por otros mecanismos más fáciles, pero pretendemos introducir más en la nueva ley.
— Esos papeleos son también a la hora de concurrir en las convocatorias.
— Tenemos claro que los problemas y los obstáculos en el sistema de ciencia no los ponen los científicos sino la Administración. El Ministerio de Ciencia cuenta con distintas agencias de financiación (el Instituto Salud Carlos III, la Agencia Estatal de Investigación; el CDTI) por lo que debemos hacer una revisioón de mejora en las convocatorias para evitar la duplicidad de papeles. En ese sentido, el nuevo director del Consejo Rector de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), Domènec Espriu, conoce muy bien los problemas y está dispuesto a dar la sacudida interna que necesitamos para mejorar estas cosas.
— En el campo de la investigación, la presencia de mujeres crece aunque aún no es paritaria, pero en las carreras STEM ha habido un retroceso de la presencia femenina. ¿Qué se puede hacer?
— Las carreras del futuro pasan precisamente por las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática) por lo que no podemos prescindir de la mitad de la población. Hay numerosas evidencias científicas que detallan que las niñas a una edad muy temprana abandonan las asignaturas de ciencias porque consideran que no están hechas para ellas e incluso en carreras como Informática hay solo un 15% de mujeres. Para revertir esta situación Educación ha puesto en marcha un programa para estimular estas asignaturas en las niñas.
— Entonces, ¿el peso lo tiene el Ministerio de Educación?
— La Ley de Educación reconoce que es un problema y tiene artículos específicos para incentivar que las niñas reconozcan en las disciplinas STEM un hueco. Con eso entendemos que cambiaremos el paradigma y que las menores aspirarán a ser una científica, una tecnóloga o una ingeniera. Eso hay que romperlo con referentes nuevos y así lo va a hacer la ley de la Educación.
— Pero el problema es también durante la carrera investigadora o incluso en las empresas privadas.
— No estamos peor que otros países, pero siempre hemos sido un país muy exigente con nosotros mismos, con leyes que deben facilitar la igualdad, y queremos favorecer la igualdad dentro de la Ciencia con una mirada transversal en perspectiva de género en toda la ley para favorecer que nuestras mujeres no sufran ningún tipo de freno o muro dentro de la carrera investigadora.
— El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) para la Salud de Vanguardia se erige como la solución para fomentar la innovación en Salud.
— En mi opinión es el más bonito de todos los planes estratégicos porque va a ser una movilización económica sin precedentes — se prevé una movilización de 1.469 millones de euros— y que tendrá en cuenta la medicina de precisión, aquella por la cual se genera un tratamiento que tiene en cuenta la información del paciente pero también la medioambiental o socioeconómica. Queremos que, una vez obtenida la respuesta a una enfermedad, sea nuestro país quien fabrique la solución y se universalice ese acceso a las terapias avanzadas de la medicina.
— Usted siempre ha tenido una mirada municipalista, ¿qué medidas va adoptar para implantar la innovación en los ayuntamientos?
— Sí, soy una convencida de que el mundo cambiará desde lo local pero también que empoderaremos a la ciudadanía si conoce dónde está el rigor científico. Y la Administración más próxima para ayudar a los ciudadanos son los municipios, que quieren aplicar la innovación a todos sus sistemas, procesos y servicios que se ofrecen. Para ello, dentro de la Red Impulso hemos puesto una experiencia piloto para que los municipios incorporen agentes de la innovación que provoquen ese cambio que les ayude a utilizar los recursos del Next Generation de la mejor manera posible.
«Bielsa y Caballero son dos compañeros militantes que se presentan a la responsabilidad de que el partido vuelva a representar a la ciudadanía»
— Al respecto de la obtención de los fondos europeos, ¿van a reforzar el Programa Cervera de ayuda a los centros tecnológicos?
— Claro; reconocemos los institutos tecnológicos como parte fundamental del sistema de innovación. De hecho hemos puesto en marcha los planes complementarios, un nuevo instrumento dirigido a establecer colaboraciones con las comunidades autónomas para crear sinergias, alinear la ejecución de fondos y establecer prioridades. Además, desde nuestras convocatorias se pide el trabajo consorcial para que el tejido productivo se vea ampliamente representado. En ese sentido, ya los parques científicos y los institutos tecnológicos son redes que han puesto en contacto a empresas distintas que han favorecido esa colaboración.
— No son ayudas directas a ellos...
— Estamos totalmente convencidos de que se van a ver claramente representados en todas estas propuestas y convocatorias que está lanzando el Gobierno de España y que van a tener la oportunidad de trabajar en estos planes complementarios, como puede ser el de Ciencias Marinas en la Comunitat Valenciana.
— Hablando de innovación y territorio, ¿en qué posición se ecuentra la Comunitat en innovación?
— Según el Regional Innovation Scoreboard 2021, la Comunitat ocupa la quinta posición en términos de innovación entre las regiones españolas —es la que más ha crecido desde 2014—. Eso se lo debemos también al compromiso del president Ximo Puig y al Govern del Botànic. Además, el CDTI otorgó más de 750 millones de euros a las empresas de la Comunitat entre 2012-2020.
— Ya que menciona a Ximo Puig, ¿cómo está viviendo la batalla entre Bielsa y Caballero por dirigir el PSPV de la provincia de Valencia?
— Son dos compañeros militantes que se presentan a la responsabilidad de que el partido vuelva a representar a la ciudadanía y vuelva a ser el instrumento que se necesita. Ahora hay mucha unión en el Partido Socialista, como se demostró en el Congreso Federal y en el Congreso Nacional, y espero que el partido salga unido para dar respuesta a la ciudadanía. Confío en que así sea, como lo ha sido en los distintos procesos que estamos acumulando este año.
— Se dice que su nombramiento la sitúa en mejor posición para relevar a Ximo Puig al frente del PSPV y de la Generalitat. ¿Se ve en esa posición?
— Ahora estoy de ministra y no sé qué me deparará el futuro pero todo mi esfuerzo está en hacer bien mi trabajo. Creo que no se puede aspirar a nada más cuando a una le dan la oportunidad de ser ministra de su país y estoy absolutamente centrada en hacer bien mi trabajo. Por otra parte, deseo a los valencianos y valencianas que el president Ximo Puig siga al frente por el fenomenal trabajo que está haciendo en la Comunitat. Se ha convertido en uno de los grandes referentes territoriales de nuestro país, no solo por la gestión de la pandemia sino también por la gestión que hizo de un territorio que estaba absolutamente quebrado al nivel económico y de reputación. Le deseo a Ximo Puig mucho tiempo en la Generalitat.
—En el debate nacional no parece preocupar mucho la reforma del modelo de financiación autonómica. En el Congreso, tampoco. ¿Percibe que está entre las preocupaciones del Gobierno?
— Claramente ha habido un cambio entre un ministro Montoro, que negaba la infrafinanciación a la ministra Montero que la reconoce; de un Gobierno del Partido Popular que no hacía nada para compensar esta infrafinanciación a un gobierno liderado por Pedro Sánchez que en los últimos cuatro años ha invertido un 35% más a nivel presupuestario en la Comunitat Valenciana. A día de hoy la Comunitat, en los presupuestos generales del Estado y en las aportaciones y las distintas transferencias que se hace desde el Gobierno de España, ya está equilibrando lo que se merece por población. Y también ya hay un compromiso del Gobierno para revisar la financiación. Ahora, los partidos defienden cosas distintas en territorios distintos por lo que debemos tener un debate sosegado y reconocer la injusticia que a día de hoy padece la Comunitat Valenciana claramente, pero también otros territorios. Hay que cambiar esa situación a través del diálogo en el Congreso de los Diputados porque allí se votará la nueva ley de financiación.
— Como ministra valenciana, ¿le llama Puig para que le eche una mano?
— Por supuesto que el president sabe que tiene en mí un canal de transmisión, pero le debo decir que Ximo Puig no me necesita; tiene el teléfono del presidente Pedro Sánchez, con quien mantiene una relación magnífica y estrecha. El president Ximo Puig es un presidente muy reconocido por su labor en nuestro país y en nuestro gobierno y tiene a todos los ministros y todas las ministras al tanto de las preocupaciones de la Comunitat Valenciana, que nos preocupan y nos ocupan.
En julio de 2020, Diana Morant fue llamada por Pedro Sánchez para sustituir a Pedro Duque en el Ministerio de Ciencia e Innovación. Una oportunidad para la cual renunció a su cargo de alcaldesa de Gandia, poniendo fin a dos legislaturas caracterizadas por el saneamiento de las cuentas del consistorio, la recuperación de la reputación de la ciudad y la apuesta clara por la tecnología y la innovación. De hecho, fue una de las primeras ciudades en ser una Smart City, lo que le llevó a formar parte de la Red de Ciudades de la Ciencia y la Innovación y de la red Distrito Digital, entre otros proyectos.
Una carrera política que la ingeniera en Telecomunicaciones por la Universitat Politècnica de València inició en 2011 de la mano de José Manuel Orengo, cuando este le cedió el testigo de la secretaría general del PSPV-PSOE de Gandia. Diana Morant, que entonces tenía 31 años, apostó por la política y dejó la empresa privada —trabajó en el departamento de I+D como ingeniera de Desarrollo en la empresa Alhena Ingeniería— para ejercer cuatro años como concejala en la oposición. Fue en 2015 cuando la gandiense logra la mayoría, en coalición con otros partidos, para arrebatar la Alcaldía al Partido Popular liderado por Arturo Torró. Un cargo que compaginó, desde julio de 2015 a mayo de 2017, con el escaño en la Diputación Provincial de Valencia, aunque finalmente lo dejó para centrarse en el proyecto de ciudad que hoy continúa José Manuel Prieto, actual alcalde del municipio de La Safor.
Su consolidación dentro del partido y ese ascenso paulatino quedó reflejado en la presentación de su candidatura en las elecciones de 2019, cuando contó con el apoyo del expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de Ximo Puig. Una relación con el president que aún se mantiene estrecha pues la ministra ocupa el cargo de presidenta del Comité Nacional del PSPV, y por tanto, es una pieza clave para Ximo Puig.
Con su nombramiento como ministra, se puede leer que Ximo Puig tiene el máximo apoyo del presidente Pedro Sánchez y que Diana Morant se sitúa como una pieza clave para el futuro del Partido Socialista y como una de las personas con más proyección dentro del PSPV. Ahora, como ella dice, está centrada en su actual cargo, pero quién sabe qué le deparará el futuro.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 87 (enero 2022) de la revista Plaza