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La ciudad y sus vicios

La Punta: viaje a la zona cero de la Valencia autodestructiva

  • eva Máñez

VALENCIA. Desde La Punta se ve la Ciudad de las Artes y las Ciencias cercanamente lejos, el Ágora al frente, aunque dando la espalda; desde La Punta se ve y se toca Nazaret, sus profundas heridas, su mar amurallado; desde La Punta se ve con proximidad vecinal un skyline multicolor de grúas y contenedores portuarios.

La Punta es una fracción de Valencia con la mala suerte de estar ubicada donde no le convenía, una ración huertana repleta de alquerías (tampoco una Arcadia. "Si ya casi no se trabajaban los campos...", dice Antonio junto a un charco) fulminada letalmente. A La Punta la sentaron en la silla eléctrica pero el engranaje se trabó y el desenlace se volvió tortuoso.

A la tarta se la comieron a bocados. En diciembre de 1994 Autoridad Portuaria, Ayuntamiento (PP), Generalitat (PSOE) y la SEPES, entidad pública del Ministerio de Fomento (PSOE) se conforman en akelarre para trazar la actividad logística de la futura ZAL en La Punta. En diciembre de 1999 se aprueba el plan para reclasificar como suelo urbanizable 716.000 metros cuadrados de suelo de especial protección agrícola. El resto, lo conocido. Espasmos, "una guerra de baja intensidad", la imagen cotidiana de los policías antidisturbios corriendo entre caballones, vecinos desde los tejados lanzándoles coles.

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