Cumbre Internacional en València de la Semana laboral de 4 Días (Fotos: Eduardo Manzana)
VALÈNCIA. La Four Day Week International Summit vino a València para realizar su edición de 2022 a lo largo del 27 y el 28 de mayo. Junto a la visita de importantes rostros políticos, como Yolanda Díaz, o sindicales, como Unai Sordo, el evento acogió en el día de su inauguración la ponencia "Iniciativas empresariales y experiencias sobre la semana de cuatro días". En ella, los portavoces empresariales que ya tienen recorrido en esta novedosa implementación compartieron las claves y resultados de dotar de otra nómina más a sus empleados: el "salario emocional".
La medida tiene ya cierto recorrido mediático, aunque es esta vez en la capital del Turia donde todos los mensajes se formalizaran en actos y eventos albergados en el Complejo deportivo y cultural de la Petxina. Allí Andrew Barnes, fundador de Perpetual Guardian, primera empresa que adoptó este sistema, explicó cómo están respondiendo al "desafío" que aceptaron en 2018 y que les está permitiendo "cambiar la vida de los empleados", para lo que otras tantas sociedades internacionales ya les han solicitado información o ayuda.
Junto a Barnes se encontraban Ana Arroyo, responsable de recursos humanos en Software DELSOL, pionera en España desde enero de 2020; María Álvarez, cofundadora de La Francachela, compañía hostelera funcional bajo este programa; Álvaro García, productor ejecutivo de Hampa Estudio, estudio de animación que sopesa aplicar el fenómeno 4 Days Week; José Luís Poyatos, relaciones públicas de Big Buy, cuyos trabajadores ya han experimentado cierta "flexibilidad horaria"; y Natalia Abril, quien está definiendo estrategias para su implementación en Swapcard.
Gracias a la conducción del evento por parte de la periodista Salut Pedrós, los invitados compartieron con los espectadores la "palabra mágica", que no es otra que "conciliación". Para todos ellos, estudiosos de la cuestión, lograr la materialización pasa por generar mayor fidelidad en sus trabajadores. Para un buen desempeño, "la base es su felicidad", señaló Poyates.
Todos los que pasan una dosis regular de 40 horas semanales en su espacio de trabajo tienen que "estar tiempo con sus hijos" o "acudir a una revisión médica" en algún momento. "¡Y la burocracia!", destacaron entre risas. Si bien Álvarez alegó que es "una política crucial" para mejorar el estado anímico y el funcionamiento de los interesados, "no es ninguna varita mágica".
Pese a ello, el descenso notable en ausencias y bajas laborales que afirmaron registrar las sociedades con semanas laborales de cuatro días era claro: en el caso de Software DELSOL, por ejemplo, bajó en un 28% el absentismo. Y, en algunos casos, como en Perpetual Guardian, los índices de productividad crecieron un 25% respecto a cuando mantenían horarios de lunes a viernes.
Ahora bien, ante este "desafío", ¿qué estrategias sugieren aquellos que ya reportan beneficios tanto económicos como anímicos gracias a la supresión del quinto día de trabajo? Arroyo planteó un escenario en el que juegan diferentes colectivos vinculados a la empresa a los que hay que "convencer". Principalmente, figuras como el CEO o los clientes.
El CEO suele ser quien, por cuestiones presupuestarias, opta por desestimar esta iniciativa de los departamentos de Recursos Humanos de muchas empresas, que se habitúa a "dejar muchas cosas en el tintero". Aún así, la representante de Software DELSOL afirmó que, exponiendo los motivos que compartió en el evento, consiguió que estuviese dispuesto a aprobar el gasto, cifrado en 420.000 euros.
Respecto a los clientes, las compañías tienen que asegurar un "mantenimiento de la calidad" de los bienes o servicios que les oferten. Por ello, en las partidas presupuestarias puestas sobre la mesa en la operación, cabe destacar lo enfocado a la incorporación de nuevos profesionales. "Tengo 30 empelados menos en la empresa cada día", añadió Arroyo ilustrando la necesidad de más contrataciones.
"Mantener la producción es un reto interesante" - compartió García -", pero cada vez es más difícil captar y retener el verdadero talento. Las empresas lo saben y, por ello, están sumergidas en un mar de proyectos y decisiones que contenten al grueso de sus empleados.
Parte de las medidas tomadas para acompañar a la implementación de la semana laboral de cuatro días consisten en el borrado de las horas extra en el calendario del trabajador. Aunque "puntualmente" sí se dan, como en la compañía hostelera de la que forma parte Álvarez.
Como añadido, la posibilidad de que busquen un segundo trabajo en las horas que la medida le libera no es una opción negociable para las direcciones de esta y otras firmas: "El día libre es para descansar". De todos modos, compañías como Big Buy tienen sus propias particularidades.
Aquellos empleados por la empresa donde trabaja Poyates sí tienen permiso para llevar a cabo otros proyectos profesionales, siempre de carácter freelance. Ser autónomo está permitido si es consonante con la labor desempeñada en las "35 o 36 horas" destinadas semanalmente a Big Buy.
Swapcard, además, está adecuando espacios para que los trabajadores se junten entre ellos a lo largo de sus jornadas. Tomar un café, comer o charlar es el primer paso dado por su dirección que, en palabras de Abril, "quiere profundizar mucho más" desde que conocieron la iniciativa 4 Days Week.
Finalmente, la quintaesencia de esta política de creación de sinergias entre los trabajadores y las compañías es tan básica como hacer que los salarios se mantengan tal y como son, según dejó claro la portavoz de La Francachela, y, así, dar esquinazo al posible 'no' de los principales afectados por esta cada vez más sonada novedad en el ámbito laboral.
