VALÈNCIA. La rebaja del listón electoral del 5% al 3% para entrar en Les Corts es un tema recurrente sobre el que los partidos valencianos han discutido -y mucho- a lo largo de dos legislaturas: la pasada y la actual. Como el Guadiana, aparece y desaparece por momentos, especialmente cuando la cita en las urnas se aproxima. Y con el horizonte electoral divisándose el 28 de mayo, el debate ahora ha vuelto a ponerse encima de la mesa y a generar filias y fobias entre los partidos de Les Corts.
Las posiciones de cada formación, grosso modo, han sido claras desde el inicio, salvo la de Ciudadanos: Compromís, PSPV y Unides Podem a favor, mientras el Partido Popular siempre se ha opuesto a modificar la Ley Electoral Valenciana en este sentido. Los naranjas que ahora lidera Mamen Peris tendieron la mano para reformar la norma en el mandato pasado pero se opusieron sorpresivamente en el momento de la votación, a pesar de defenderlo en su programa electoral. Un golpe de timón inesperado para el resto de partidos con los que habían estado negociando la letra pequeña de la reforma. Desde entonces se han mantenido en el 'no'... hasta ahora.
La tendencia pesimista que marcan las encuestas a Podem ha promovido que los grupos parlamentarios del Botànic -y Presidencia de la Generalitat, con Ximo Puig al frente en particular- hayan mostrado especial interés en revivir la ley para tratar de sacarla adelante, a pesar de que los plazos para que lo consigan son ajustados. El objetivo principal es lograr retener el Ejecutivo autonómico a pesar del descalabro que todo apunta a que sufrirá la formación morada.
Con estos mimbres, el cambio en la dirección de Ciudadanos y su proceso de refundación parece que han servido para que el partido naranja cambie -de nuevo- de opinión y esté ahora dispuesto a negociar una reforma para bajar el listón electoral (principal cambio que planteaba la modificación de la norma, entre muchos otros). Un viraje en el que también podría haber influido la tendencia que los estudios demoscópicos marcan que vivirá Cs en las próximas elecciones autonómicas con la posibilidad de quedarse sin representación. Viento a favor que desde el Botànic no quieren desperdiciar.
Así, fuentes parlamentarias del partido de Peris consultadas por este diario aseguran que el grupo está dispuesto a apoyar la modificación legal. De hecho, tanto desde el PSPV como desde Ciudadanos admiten conversaciones en este sentido, especialmente tras la reunión entre Peris y Puig la pasada semana.
La disposición, eso sí, ha generado una fuerte división a la interna entre los naranjas, pues al menos tres de los 13 diputados con los que cuentan -salen a colación especialmente Luis Arquillos y Patricia García- no están de acuerdo en apoyar una reforma legislativa de este calado a la que llevan cerca de siete años oponiéndose. Tal vez alguno más. Un rechazo que otros parlamentarios ponen en duda que vaya a traducirse en una ruptura de la disciplina de voto si el debate llega a introducirse en un pleno de Les Corts (tendría que ser, teóricamente, en la última sesión ordinaria de esta legislatura prevista para los días 22 y 23 de febrero o, en su defecto, en el 'pleno escoba'). La situación, ocurra lo que ocurra –existe escepticismo en que esto fructifique realmente–, ha provocado el enésimo enfrentamiento dentro del grupo, ya que hay quien considera que Peris está vendiendo votos cuando no controla el grupo.
Cabe recordar la reforma de la Ley Electoral Valenciana y las enmiendas de cada partido fueron ya votadas en una comisión parlamentaria. Los cambios planteados por el tripartito no salieron adelante porque requerían de un apoyo de dos tercios. Sin embargo, con el hipotético y complicado apoyo de Ciudadanos, si ahora se introdujese en un pleno estaría más cerca de salir adelante: esto es, si en el mejor escenario nadie rompiese la disciplina de voto en el partido de Peris, supondría que la reforma sumaría un total de 65 votos a favor. Faltaría solo uno para validarla. Y he ahí el voto de la discordia.
Desde que los naranjas se mostraron dispuestos a negociar la modificación legal, todas las miradas se posan en los diputados no adscritos que pudieran inclinar la balanza en un sentido u otro: aprobar o rechazar y enterrar definitivamente la reforma de la LEV. En estos momentos existen seis diputados no adscritos: cinco ex de Cs y una ex de Vox. Jesús Salmerón, Sunsi Sanchis, Cristina Gabarda, Vicente Fernández y José Antonio Martínez. Junto a ellos, Rebeca Serna, ex de Vox.
Por el momento, algunas de las posiciones que adoptarán estos diputados están claras: Salmerón, candidato del PP en el Ayuntamiento de Gátova, se opondría a la propuesta, como también lo haría Fernández, que uno de los motivos por los que abandonó Cs fue porque estaba en contra de negociar la rebaja del listón electoral. En la misma orilla se situarían Sunsi Sanchis y, en teoría, Rebeca Serna, hacia la que también Ciudadanos parece mirar. Pero existen dudas de qué harían Martínez y Gabarda llegado el momento del debate, dos votos que en ahora mismo ambos bloques buscan atraer.