Ciudad de la Luz adjudica a Gas Natural su suministro eléctrico a la espera de Bruselas

ALICANTE. El complejo audiovisual alicantino de Ciudad de la Luz, pese a llevar cerrado varios años (desde que una resolución de la Comisión Europea declaró ilegales las ayudas del Consell al complejo y forzó a abandonar la actividad audiovisual), ha vuelto a contratar el suministro eléctrico para el año 2017. El complejo, que depende de la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV) que dirige Antonio Rodes, está pendiente de la respuesta de Bruselas a la última propuesta del Consell: la de ejecutar una 'dación en pago' de las instalaciones a la Generalitat para dar así por recuperado el dinero público que se destinó a su construcción y a subvencionar los rodajes.

El conseller de Hacienda, Vicent Soler, señaló recientemente durante una visita a Alicante que el Gobierno autonómico tiene "buenas vibraciones" sobre la decisión final que adoptará la Unión Europea sobre el futuro de Ciudad de la Luz, porque "las informaciones informales" que están llegando desde Europa permiten "intuir" que se ha producido un cambio de postura de las autoridades europeas respecto a "la desconfianza que tenía Bruselas sobre lo que hacía el Gobierno de la Generalitat". "Hemos demostrado que el nuevo Consell hace las cosas de manera diferente y que es de confianza", aseguró.

Esas "buenas vibraciones" están aún por concretar, y en el Consell no se atreven a aventurar el destino final de las instalaciones. "Es difícil pensar en un tema cuando todavía no sabes la solución, cómo acabará", defendió Soler. La idea, en cualquier caso, es "utilizarlos de manera polivalente en muchos aspectos y poner en valor unos edificios y, sobretodo, una localización envidiable". Pero la administración autonómica no puede aún hacer planes definitivos porque no saben cómo terminará el litigio en Bruselas. Lo que es evidente es que la Comisión Europea no permitirá que se haga cine en Alicante. Pero en cualquier caso, sea cual sea el uso definitivo del complejo, necesitará encender la luz.

Por este motivo, la empresa pública Ciudad de la Luz S.A.U. ha tenido que sacar a licitación el suministro eléctrico para el año 2017, pese a desconocer aún la fecha en la que las instalaciones volverán a estar operativas y para qué. Según el anuncio de adjudicación, el contratista que se encargará de iluminar la Ciudad de la Luz durante el año 2017 será la empresa Gas Natural, que presentó la oferta más ventajosa económicamente para las arcas públicas.

El Consell licitó el suministro por 289.982 euros, con impuestos incluidos. De las dos ofertas recibidas, la de Gas Natural Comercializadora S.A. fue la más baja, aunque la puja estuvo muy reñida: la mejora de la adjudicataria respecto a su competidora fue de apenas 2.000 euros. Así, el consejero delegado de Ciudad de la Luz S.A.U., Miguel Mazón, sancionó el acuerdo de adjudicación a Gas Natural el pasado miércoles: el servicio se prestará por 275.076 euros (15.000 euros menos que el importe de licitación) para un año. El contrato tiene que formalizarse dentro del plazo de quince días siguientes a la adjudicación, por lo que se firmará antes del 3 de marzo.

Ciudad de la Luz abrió sus puertas en 2005, año en el que acogió tres rodajes. 'La Dama Boba' fue la cinta que estrenó las instalaciones. Gracias al acuerdo entre el Consell y el productor Gerardo Herrero, el complejo registró una gran actividad en sus primeros años, con el rodaje de entre 8 y 10 cintas al año en sus inicios. Aunque la mayoría fueron cintas españolas, Ciudad de la Luz acogió también producciones internacionales. En 2008 logró una gran repercusión con el rodaje de 'Astérix en los Juegos Olímpicos'. El último rodaje que se llevó a cabo en el complejo alicantino fue el de la oscarizada 'Lo Imposible', que recreó el tsunami del sudeste asiático en el plató acuático de los estudios, en 2012. Poco después llegaría la resolución de la Comisión Europea (en ese momento el comisario de Competencia era el socialista español Joaquín Almunia) que estimaba la denuncia de los estudios londinenses de Pinewood, competidores de los alicantinos, y obligaba a cesar la actividad y devolver las ayudas públicas recibidas.