Casa Juana o por qué una buena cocina siempre llena los restaurantes

SAN VICENTE DEL RASPEIG. La primavera toca a la puerta y San Vicente, antigua Floreal del Raspeig, empieza a despertar. Pasear por las calles adoquinadas de su pequeño casco antiguo y sentarse en una de sus terrazas bajo el sol es uno de esos regalos que hacen de este final de invierno algo más fácil. Su calle Mayor, donde antaño se ponía el mercadillo los domingos, ahora se ha convertido en un acogedor pasaje peatonal en el que se alternan naranjos y locales con encanto. En una de sus antiguas casas, frente a los ficus gigantes de la Plaza del Pilar, se encuentra Casa Juana, un restaurante regentado por gent del poble que ha conseguido hacer más acogedor si cabe este rincón de la ciudad más cuidadosamente urbanizada de Alicante.

Un bagaje de más de treinta años precede a esta estupenda cocinera, Juana Gordillo, y a su hijo Óscar: quince regentando el restaurante de la gasolinera del Maigmó y, antes, otros quince en la cafetería del Cardiovascular. La gente de aquí los conoce bien porque el hospital ya nunca fue el mismo sin ellos y en el Maigmó siempre han sido ese hallazgo desapercibido y honesto que los montañeros agradecen tanto. Por eso abrieron en octubre y la respuesta ha sido apabullante: lleno a diario “de clientes fieles y mayores, que son los más exigentes”, señala Óscar, que agradecen comerse una buena olleta, un cocido o una migas con embutido de Baza como las que se hacían antes. El secreto: buena mano con las recetas tradicionales y la selección de vinos, productos de proximidad y precios generosos (diez euros el menú diario y veinte el de fin de semana). Todo ello hilvanado con la gracia y la humildad que distingue a esta familia desde siempre. Y con mucho trabajo. 

Juana es una de esas mujeres que merecen un 8 de Marzo solo para ellas. Ha criado seis hijos entre fogones y no sabe lo que son las vacaciones, “el año pasado me tomé una semana y a los tres días estaba de vuelta, porque no me hago a estar quieta”. Le pregunto cómo ha hecho para combinar la maternidad y el trabajo y me dice que llevándoselos con ella “¿Qué iba a hacer?” Eso me pregunto yo y si es justo que por esa razón dejara de llevar la cafetería del Hospital Casdiovascular, porque la gente rumorea que la presencia del carrito con el bebé fue decisiva para que se decidiera excluir la contrata de una cocina admirable. Pero, mira, no hay mal que por bien no venga. 

Ahora su hijo Óscar se esmera por potenciar todavía más la oferta de Casa Juana, prepara noches de vermú para la primavera y catas de vinos, siempre poniendo en valor lo mejor de las pequeñas producciones de Alicante y Valencia. Este jueves, 9 de marzo, a las 20:30, presenta la primera cata- maridaje con caldos de la Bodega Vicente Gandía (El Miracle, el Puerto Alicante o el Bo) y tapas de algunos de sus platos habituales como boquerón en adobo, pimiento relleno de bacalao, gurullos, albóndigas fritas y croquetas de jamón o boletus: todo impresionante. Una buena excusa para conocer de primera mano su gastronomía y los buenos vinos de nuestra tierra.