Unos operarios trabajan en el pozo de Lucifer, en la Vall de Laguar.CALP. El Ayuntamiento de Calp quiere adelantarse a los efectos que pueden llegar en los próximos años derivados del cambio climático y ha puesto en marcha un plan para garantizar el suministro de agua potable en la población. El último pleno municipal aprobó el Plan de Adaptación al Cambio Climático, elaborado por Aguas de Calpe, empresa que gestiona el servicio. Entre las medidas más importantes destaca la remodelación de la desaladora, con 1,6 millones de euros.
El documento elaborado por la empresa prevé años de sequía, el aumento del nivel del mar y una mayor salinidad del agua. Por todo esto, desde el ejecutivo local se han tomado dos decisiones: ampliar la capacidad de la desaladora, para que tenga mejor rendimiento, no para que trate más agua, y crear otro pozo en el área de Lucifer, en la Vall de Laguar.
Estas dos medidas serán “clave” para poder garantizar el suministro en los próximos años, como ha precisado el concejal de Urbanismo, Juan Manuel del Pino, que ha explicado que desde el gobierno local “quieren adelantarse” a los problemas, ya que en estos momentos todo indica “los periodos de sequía serán más prolongados”.
En estos momentos, Calp se nutre de agua del pozo de Lucifer, para el cual se creó en 2014 una mancomunidad formada por Calp, Murla y la Vall de Laguar, donde está ubicado el lugar de extracción de agua. “Este pozo sirve buena parte del agua que necesita Calp, pero hay periodos en los que es necesario poner en marcha la depuradora, con el coste que ello conlleva”, ha indicado el edil.
Por este motivo, el Ayuntamiento ha pedido una subvención a la Diputación de Alicante para hacer sondeos en el entorno de Lucifer y dar con otro punto donde haya agua con el fin de crear un nuevo pozo que mejore y garantice el suministro en los próximos años. “Si tuviéramos dos pozos habría mayor seguridad hídrica y la depuradora podría reservarse para momentos puntuales. Hay que tener en cuenta el elevado gasto energético de esta instalación y también hay que intentar reducir el consumo”, ha agregado el edil.
Pero a todo esto se suma el proyecto de remodelación de la desaladora de Barranc Salat, donde hay prevista una inversión de 1,6 millones de euros. “Ya tenemos esta cantidad reservada”, ha agregado el concejal, y se confía en que el proyecto salga en breve a licitación. “La obra tendrá un plazo de ejecución de un año, por lo que en 2024 podría estar finalizada la actuación”.
Del Pino ha precisado que la iniciativa de la desaladora “no es para tratar más agua”, sino para preparar la instalación para que lo haga de forma “más eficiente”. La idea es cambiar el tipo de filtros y renovar las instalaciones de desalado. “Los estudios dicen que cada vez el agua será más salina y por tanto hay que reforzar el sistema de trabajo para poder hacer potable el agua, ya que de lo contrario este recinto perdería efectividad”, ha explicado.
De forma paralela, Del Pino ha indicado que Calp ha barajado en los últimos años la creación de una segunda desaladora, pero que, de momento, se va a trabajar para garantizar el servicio en los próximos años con un nuevo pozo en Lucifer, si se halla agua, y con el refuerzo de la desaladora.
