ALICANTE. El Hércules cierra otra jornada más como líder del Grupo III de la Segunda División B, pero lo hace firmando un empate ante un Castellón que llegaba como colista al Rico Pérez. En las sucesivas líneas que completan éste artículo de opinión no voy a hablar de ultras infrahumanos. Váyanse bien lejos y no vuelvan, por el bien de las personas que decidimos ser civilizadas, y que no sentimos la necesidad de que nos emborronen la cara en una fotografía tomada en un estadio.
La falta de gol del equipo de Planagumà comienza a no ser una coincidencia puntual, o un hecho de mala suerte, que se sucede partido tras partido. El tercer empate del conjunto herculano llega ante un equipo que ya va por su segundo entrenador (y que tiene pinta de ir a por su tercer míster), y lo hace con un tanto logrado de penalti. Además, en términos globales, queda la sensación de que Falcón da demasiados puntos últimamente. El guardameta andaluz volvió a ser determinante para los alicantinos. El árbitro dejó también su influencia sobre el juego, con tres expulsiones, dos de ellas a Emaná y Juanjo Nieto. La del camerunés deja pocas dudas, pero la del lateral es bien diferente. El Hércules recurrirá, y hará bien.
Volviendo a la faceta ofensiva, creo que poco más podemos pedir a un Carlos Martínez diferencial en una categoría como la Segunda B. Sus últimos cuatro cursos en el escalafón de bronce se saldaron con cuentas goleadoras siempre por encima de los diez tantos, con un máximo de veinte dianas en su último año antes de emigrar de tierras españolas. El argumento goleador se le cae al Hércules en su acompañante. Emaná no ha disfrutado de una continuidad útil desde el inicio de temporada, con problemas físicos constantes. Además, cerró el duelo ante el Castellón con una expulsión más que merecida, al levantar el pie a la altura de la cabeza del guardameta blanquinegro, entrando precisamente en el área pequeña.
No sé si a Carlos Fernández se le espera, ya que Planagumà ha optado en los últimos duelos con Juli como acompañamiento de Martínez en la punta. En éste sentido, y si los números del camerunés no mejoran, y su repuesto en la plantilla no está a la altura, bien haría Portillo en buscar refuerzos para la posición de nueve en el mercado de invierno. Teniendo en cuenta lo complicado que es mejorar la faceta del gol en una ventana ya de por sí difícil como es la de enero. Emaná debe dar un paso adelante, o prepararse para que el club mueva ficha en una demarcación crucial.
Después de doce partidos las casualidades se van evaporando. Que el Hércules sea el sexto equipo menos goleador del Grupo III no es motivo de suerte (o de mala suerte). Se genera peligro, pero no se acaba de rematar. Por el contrario, la eficiencia defensiva está más que contrastada en un equipo que puede presumir de ser el menos goleado del grupo. Solo el San Fernando y el Murcia mejoran a los alicantinos, con cinco tantos en contra, y le Ponferradina iguala el guarismo blanquiazul. Ante el Castellón, el Hércules jugó con su pareja de centrales suplente, y nadie hubiera notado grandes diferencias. A Pol ya lo conocemos de sobra, y Álvaro Pérez se confirma como una alternativa más que válida para la categoría. Otro acierto entre los jóvenes.
Me sigue dejando muchas dudas el despliegue físico de Juli. Planagumà parece tener claro la necesidad de dosificar al alcoyano en los minutos finales, y sin ir más lejos, fue el primer cambio del catalán recién rebasada la hora de juego. Solo completó el partido ante el Atlético Levante, con derrota para los alicantinos, y entró desde el banquillo en cuatro ocasiones, para ser sustituido en hasta siete ocasiones. Los 37 años de Juli son relevantes en este dato, aunque su derroche físico durante los partidos también es destacable.
Veremos la evolución del equipo, con un complicado duelo el próximo fin de semana. Derbi ante un Alcoyano en horas bajas, que va circundando las últimas plazas de la tabla, siendo decimocuarto en la clasificación. Que al Hércules no se le da especialmente bien El Collao es un hecho, pero este año parece que el equipo es capaz de adaptarse a situación muy diferentes a las del Rico Pérez, y en Alcoi no tendría por qué ser de otra forma. Los de Mir suman dos derrotas consecutivas, ambas sin marcar, y la última vez que ganó en casa fue en la primera jornada, ante el Barça B. Además de Mir, una pléyade de seis exherculanos esperan a su antiguo equipo el próximo domingo, otro de los datos que asusta a propios y extraños.