BENIDORM. El brexit sigue siendo uno de los principales focos de atención para el sector turístico. Las reservas han bajado en verano pero esperan que con la solución que pueda llegar en los próximos días pueda desatascar la situación y relanzar las ventas. Así lo destacaron los expertos este jueves durante las jornadas realizadas en el Ayuntamiento de Benidorm donde se analizaron las consecuencias de la incertidumbre que ha creado la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Aunque todo depende de si el abandono se hace con un acuerdo o no, ya que la situación varía según el caso, las reservas de vuelos y paquetes turísticos ya se han visto afectados con la caída de un 3% de ventas con respecto al mismo periodo del 2018. Como ya adelantara en su momento el presidente de los hoteleros de Hosbec, Toni Mayor, el motivo no es otro que las alertas que hacen los medios sensacionalistas británicos aconsejando que salgan de viaje después del 29 de marzo, fecha prevista en la que se sabrá si hay acuerdo o no para su salida.
En el encuentro organizado en Benidorm por Turisme Comunitat Valenciana, Hosbec, el Ayuntamiento de Benidorm, Turespaña, Visit Benidorm y la Cátedra de Estudios Turísticos Pedro Zaragoza Orts de la Universidad de Alicante tuvo la participación de Álvaro Ramírez, socio especialista de Pérez Llorca Abogados; Javier Piñanes, director OET Londres; Tomás Melgar, director del aeropuerto de Alicante; de Industry Lead Travel and Hospitality GFK, Susana de la Peña, y el CEO de Mabrian Analytics, Alex Villeyra.
Ramírez repasó las afecciones que tendrá para España y el turismo en las dos situaciones: con acuerdo o sin él. En el caso de que fuera una salida acordada, afectaría al sector con una recesión en el consumo, la depreciación de la libra, el aumento del coste de los pasajes… Pero sin acuerdo, además perjudicaría a la facilidad de acceso al país, en los derechos de británicos residentes y en las conexiones aéreas.
Para Piñanes, los datos negativos tienen más de una vertiente. Es el caso de la quiebra de Monarch, que dejó a España con 1,5 millones de asientos menos, aunque se recuperó unos meses después cuando lo asumieron otras compañías.
Comparando los datos de enero 2018 con 2019, en la Comunitat ha bajado un 13,1% el número de turistas y un 3,1% el gasto medio. Pero "podemos estar muy contentos con estos datos", dijo Piñanes, al mismo tiempo que advertía de otros problemas que tiene el mercado británico: escasa rentabilidad, estacionalización, apuesta solo por el sol y playa y desconocimiento del interior.
En cuanto a las reservas, en España ha subido un 2% para 2019, sin embargo, contando solo los datos de verano ha caído un 3%. No obstante, indicó que hay 700.000 asientos más, es decir, un 11% más que hace un año. En relación a la Comunitat, también caen las reservas pero el número de asientos sube en 100.000. "Estamos en un momento bueno de aperturas de nuevas rutas: hay contención en las reservas, pero si se van despejando las incertidumbres del brexit habrá un relanzamiento", concluyó Piñanes.
Pero además de la quiebra de Monarch, también salió a relucir las consecuencias que ha tenido para el destino de España el repunte de lugares como Turquía después de la caída que sufrió con la inseguridad. En este sentido se pronunció Susana de la Peña, quien destacó que las reservas habían subido un 13% en Turquía, mientras que en España había caído un 3%.
Para Piñanes, ha habido una buena voluntad entre los gobiernos de España, el británico y la UE en caso de no haber acuerdo, para el que han creado un paquete de soluciones. En cuanto a visados, no se necesitaría para estancias de menos de 90 días. Por lo que respecta a los controles fronterizos, sí que será necesario el pasaporte, lo que añade incomodidad al viaje. El 30 de marzo de 2020 es el plazo para que los viajes en avión no se vean afectados. Y habrá nueve meses para sacarse el carné de conducir de España para los residentes.