El alcalde de Alicante, Luis Barcala, en su primera comparecencia pública tras la noche del 28M. Foto: EP ALICANTE. El alcalde en funciones de Alicante, Luis Barcala, se mantiene firme en sus planes de formar gobierno en solitario tras los comicios del 28M. Así lo ha reiterado este jueves, en su primera comparecencia pública tras la noche del escrutinio electoral (la presentación de una réplica gigante de un guerrero de Xi'an), en la que ha incidido en que la confección de su candidatura ya se diseñó con la intención de disponer de los perfiles necesarios para asumir la gestión municipal sin contar con aliados, al tener expectativas de lograr una mayoría lo suficientemente holgada.
En esta línea, ha persistido en no contemplar la opción de un hipotético pacto de gobernabilidad con Vox (que obtuvo 4 representantes tras el recuento de votos) y ha señalado que su pretensión es abrir una ronda de contactos con los representantes de las otras cuatro fuerzas que tendrán presencia en la próxima corporación (PSOE, Vox, Compromís y Unides per Alacant) para tratar sobre la investidura, aunque su toma de posesión no está condicionada a la suma de votos de ningún otro partido. Pese a no disponer de la mayoría absoluta que le proporcionarían 15 concejales (el PP obtuvo 14), no existen posibilidades reales de que pueda prosperar una candidatura alternativa a la suya, por lo que podrá retener la vara de mando como aspirante de la lista más votada.
Además, también ha señalado que su voluntad es seguir recurriendo al diálogo en busca del consenso sobre las grandes decisiones, entre las que ha citado los presupuestos municipales. De hecho, se ha referido a la experiencia en los dos últimos mandatos al recordar que al llegar a la Alcaldía, en abril de 2018, pudo aprobar los presupuestos de 2019 pese a contar con solo 8 concejales. En ese momento, pudo contar con el respaldo de los cinco representantes de Guanyar (la plataforma electoral liderada por Esquerra Unida con respaldo externo de Podemos), tras alcanzar un pacto sobre la ejecución de inversiones a futuro con cargo a los remanentes presupuestarios del ejercicio de 2018.
Los presupuestos de los años 2020, 2021 y 2022 planteados por el bipartito que conformaron PP y Cs tras los comicios de hace cuatro años contaron con la anuencia de los dos ediles de Vox y, alguno de ellos, también del PSOE y Compromís. No obstante, esa tónica no se ha mantenido en la propuesta de planificación económica de 2023, en la que Vox ha supeditado su voto a favor o abstención a la retirada del proyecto de implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). De ahí que la aprobación de las dos modificaciones de crédito sobre las cuentas prorrogadas de 2022 y los nuevos presupuestos de 2023 sea uno de los primeros grandes retos a los que los populares tendrán que enfrentarse tras la constitución de la corporación, prevista para el próximo día 17 de junio.
En principio, Barcala ha insistido en su pretensión de mantener un canal de comunicación abierto con todos los grupos políticos. "Voy a reunirme con todos los grupos de la oposición. Por respeto institucional hay que mantener esas reuniones. Una de las cuestiones que voy a pedir es el apoyo a la investidura, a todos", ha apuntado. Así, tras referirse a la negociación de las cuentas de 2019, ha añadido que "si a estas alturas puede haber duda de mi intención de consensuar las grandes decisiones de Alicante o mi capacidad para llegar a grandes acuerdos, creo que eso es absolutamente gratuito".
De ahí que haya reiterado que estará "abierto" a todos los grupos políticos con representación en el consistorio. "Sea en presupuestos o en grandes temas de la ciudad, habrá el diálogo que ha habido hasta ahora y quedará a la voluntad de los otros grupos el apoyarlo o no", ha sostenido. "El diálogo y el consenso siempre ha sido una máxima desde que llegué a la Alcaldía con ocho concejales, el mandato pasado en coalición con Ciudadanos y ahora en solitario. No importan los resultados, es la forma de actuar lo que ha determinado toda la gestión que se ha hecho", ha zanjado.
