ALICANTE. Una pseudogalería clandestina de arte contemporáneo juega a esconderse por las calles de Alicante. Para entrar no es necesario formar parte de la élite alicantina, reservar entradas o disfrutar de un pase vip, solo hace falta desbloquear su ubicación (con ingenio o con suerte) y ser amante del arte. Esto es todo lo que pide su dueño, encargado o director (llámenlo como más les guste), Juan Navarro, quien confiesa el secretismo que envuelve la localización: "Nosotros no somos una galería, un museo o una sala de exposiciones, por lo que la idea es escondernos para evitar que ocurra como en las inauguraciones de las galerías, a las cuales va todo el mundo y en realidad el arte le importa, más bien, a poca gente, lo que la convierte en un evento social más que en un intercambio de conocimientos e ideas en relación al arte".
La Peluquería, que así se llama este lugar de experimentación artística, inauguró el viernes, 10 de mayo, su nueva exposición Alicántropo, una muestra colectiva que une las piezas de los distintos autores y autoras a través de "la reflexión sobre cómo la ciudadanía está perdiendo espacios públicos porque están siendo ocupados por los turistas y sus fiestas, lo que convierte a Alicante en una ciudad cualquiera debido a que está perdiendo su patrimonio cultural", critica Navarro. La exposición, que se podrá visitar hasta el 25 de mayo, ha nacido de "una convocatoria artística que quiere reflexionar sobre cómo se ha ido transformando la provincia de Alicante y, en concreto, la ciudad en los últimos años debido al turismo de masas, la gentrificación, la corrupción política y las políticas urbanísticas", explica el director de la sala.
Como todo arte que merezca esa palabra debe despertar sentimientos y sensaciones. En este caso, la idea reside en concienciar a los visitantes de la exposición al tiempo que se crea una conversación sobre las heridas que abre el turismo masivo en la ciudad y las cicatrices que luego quedan: "Lanzamos esta convocatoria para generar un poco de debate y reflexión sobre el asunto. Además, estaba dirigida a artistas que habían tenido contacto con la provincia, porque aunque se trata de un fenómeno que está aconteciendo en todas las ciudades europeas y prácticamente del primer mundo, en Alicante tiene especificidades, las cuales queríamos que estuviesen presentes en las obras", revela Navarro. 27 fueron los artistas que se presentaron, de los cuales, siete han sido escogidos para formar parte de esta exposición que incluye "ilustraciones, fotografías, documentaciones de intervenciones en el espacio público, vídeo arte...", como enumera.
El exceso de turistas y las políticas urbanísticas que se impulsan parece que están favoreciendo una contradicción, la evolución en negativo de la ciudad y es que el director de esta pseudogalería enuncia que "estamos promoviendo un turismo que no es sostenible desde el punto de vista ecológico, ya que prácticamente no queda un solar en Alicante por construir, lo que tiene una deriva medioambiental preocupante". Debido al uso turístico de los edificios del centro muchos ciudadanos se están viendo obligados a dejar la zona para habitar la parte superior de la ciudad, un éxodo que detalla Navarro: "Los alicantinos ya hemos abandonado ciertos puntos porque son inhabitables. De Alfonso el Sabio hacia abajo es territorio para turistas y nosotros, los ciudadanos, hemos ido hacia arriba, pero ahora la zona del Mercado está empezando a ser un poco inhóspita y parece que nos vamos a tener que ir a la Plaza de Toros y para arriba".
Este no es el primer proyecto que se lleva a cabo en La Peluquería -un nombre que se debe a la anterior ocupación laboral del local-, ya que la sala se estrenó con la exposición de unas fotografías "relacionadas con la religión y su contraposición con la ciencia alrededor del mundo", comenta Navarro. Una muestra que empezó a trascender y "parecía que había un nuevo lugar artístico en Alicante, porque existen muy pocos espacios en la ciudad que se dediquen a la difusión del arte contemporáneo", reivindica. A partir de ahí, la sala ha recibido exposiciones "de todo tipo", según matiza, "como una convocatoria que quería reflexionar sobre el cambio climático, las causas y las consecuencias, a la cual se presentaron 50 propuestas internacionales" o la anterior exposición, donde la autora, Teresa Marín, recreó un entorno "para representar el estado de emergencia continuo en el que vivimos", recuerda.
Pero no solo de exposiciones se nutre la sala, ya que constituye un lugar artístico donde la música también tiene cabida, con los conciertos dirigidos por el músico y artista audiovisual Jorge Burillo. Y es que La Peluquería "supone una especie de laboratorio de experimentación artística", tan abstracto que Navarro sigue sin tener claro qué es, ya que asegura que cuando empezaron no sabían hacia dónde se dirigirían: "Hemos puesto un espacio, lo hemos escondido y lo hemos dotado de unas pequeñas reglas del juego, dejando que la gente interesada en el lugar haya ido jugando", aclara.