Ángel Franco: "¿Yo secretario general del PSOE de Alicante? Se me pasó el arroz en el año 2000"

ALICANTE. Aunque algunos le atribuyen unos poderes omnipotentes, deja claro que no tiene el poder de leer conciencias. Ángel Franco (Almanza, León, 1945), viene con sus votos preparados para celebrar sus bodas de oro en el PSOE con una libreta roja en la que pone "Socialistas". Con casi ochenta años, demuestra más vitalidad que muchos chavales de veinte, aunque durante la entrevista presume de estar viviendo una segunda juventud que le ha devuelto a cuando tenía veinticinco años. Pese a ello, a pesar de que tenga energías renovadas, muchos piden un cambio en la agrupación socialista de Alicante, una higiene orgánica que el destino parece invocar con un olor a lejía que amenizó toda la conversación.    

— Cincuenta años de militante del PSOE… ¿Qué recuerdos se te vienen a la cabeza?  

— Para mí lo más importante de estos cincuenta años, es recordar cómo estaba España cuando me afilié al Partido Socialista y como ahora se ha convertido en una nación vanguardista. Por eso me preocupa la actitud de la derecha, que tiene un pie en la democracia y otro pie en la dictadura. Me viene a la cabeza el tiempo en el que estaba en la Universidad, como luchábamos contra la libertad. No puedo olvidar tampoco la construcción del PSOE en Alicante… Me siento orgulloso de haber contribuido a hacer todo esto posible, de poner mi granito de arena.

— Se está hablando ahora del decreto no aprobado por el gobierno de Pedro Sánchez, que iba a traer una subida de las pensiones y la gratuidad del transporte público, además de otras prerrogativas que favorecen a los nacionalistas. Por un lado, el PP no ha dado su brazo a torcer asumiendo, quizá, un mal menor y, por otro lado, el PSOE compactando todas esas medidas en un batiburrillo en lugar de hacerlo aparte…

— El PSOE haga lo que haga le va a parecer mal al PP, no son un partido de construcción si no de destrucción. No tienen un proyecto para España. No es la primera vez que votan en contra de la revalorización de las pensiones y de la gratuidad del transporte público. Son víctimas del relato en el que el PSOE no ayuda a la gente, y cuando los socialistas proponemos ayudar a la ciudadanía ellos tienen que dar la espalda para ser fieles a ese discurso partidista. No me extraña que mantengan ese mensaje, la culpa de no haber aprobado ese decreto es del PP, no creo que la prerrogativa llevara cosas tan terribles como para no haber aceptado la votación. Llevan diciendo años que España se iba a romper, y no se ha roto, hemos conseguido que los secesionistas acepten las reglas del juego de la democracia española, están en el parlamento compartiendo tablero con el resto de formaciones. La derecha ha convertido la casa de la democracia y del diálogo en una putrefacción.

Cada vez que Pedro Sánchez sale de España se le admira, es un referente mundial, y la derecha no lo soporta, no acepta tampoco los resultados electorales, el sistema parlamentario español. No asumen que el poder está representado por la voluntad de la ciudadanía. España tiene una gran influencia en el mundo, no por las armas sino por las ideas. Me gustaría ver que el PP está del lado de los demócratas y no de los pre-fascistas. Los socialistas nos preocupamos de los problemas de la gente, mejoramos la vida de millones de ciudadanos, como la de los pensionistas que pueden ver como se sube su pensión ante la mejora de la economía, pero al PP le parece mal.

— ¿No crees qué las medidas de las pensiones y de la gratuidad del transporte público eran suficientemente importantes como para que tuvieran un decreto propio?

— Ya se ha votado de manera exclusiva y el Partido Popular siempre ha votado en contra. Llevan toda la legislatura diciendo que tienen que echarnos, poniendo palos en las ruedas. Ahora se alían con Junts cuando hace un año se manifestaban para criticar la amnistía… No quiero disculpas, las pensiones se han liquidado porque el PP ha votado en contra, y todo lo que sea mejorar la vida de la ciudadanía tendrá su rechazo.

— Al principio hacíamos memoria de tus bodas de oro como socialista… ¿no te has planteado nunca dejarlo todo y abandonar la política de forma definitiva? ¿no te cansan tantos años de cuitas políticas, manejar los hilos del socialismo alicantino?  

— Yo no manejo ningún hilo. Estoy aportando mi experiencia, mi sabiduría, si se puede decir eso. En esta vida hemos venido a vivir en plenitud, a devolver lo que a uno le han dado. Quiero contribuir a que nuestro mundo sea un poco mejor. Me satisface la política, mientras pueda estaré aportando y tengo la suerte de estar en la socialdemocracia, que busca mejorar la vida de la gente. Busco construir lugares de diálogo, y si tengo la palanca del PSOE a mi favor estoy en una situación privilegiada.  

— Este fin de semana se celebra el congreso del PSPV, ¿Te gustaría seguir formando parte de la ejecutiva? ¿Qué te pide el cuerpo?  

— Si la ejecutiva es un instrumento que me permite desarrollar mis tesis, estaré encantado, y si no estoy, igual. La política me lo ha dado todo. Si estoy ,estupendo, porque podré participar activamente en las estructuras ejecutivas del partido.

— Dices que no manejas ningún hilo, pero todo el mundo sabe que tienes mando en plaza en el PSOE de Alicante, de hecho siempre que se menciona tu nombre, muchos socialistas se ponen rojos… ¿Cómo puedes tener tanta influencia cuando tienes tanta gente en contra en el partido?

— Eso dicen por ahí… Yo lo que digo es que los afiliados son un tesoro, el poder de este partido lo dan los afiliados, para mí son todos buenos. La clave debe ser la unidad, dedicar tiempo a hablar con los afiliados, estar en la calle, solucionar los problemas. En el año 2005 se aprobó en el ayuntamiento el plan Rabasa, en aquel momento había una situación catastrófica en la vivienda, y analicé ese plan para dar respuesta a esos problemas. Cuando ese plan se votó en el ayuntamiento , no se llevaron a consideración algunas de las enmiendas del PSOE y desde entonces muchos han ido contra mí. En estos momentos reivindicaría Rabasa tal y como está el asunto de la vivienda. Estoy pagando la decisión de hace veinte años y soy víctima de una persecución política.

— Uno de tus leitmotiv es que tu rival no es Ana Barceló sino Carlos Mazón y Luis Barcala, pero… ¿Con quién tienes mejor relación, con Barceló o con Mazón y Barcala?

— Tengo buena relación con todos, pero con la que mejor me llevo es con Ana Barceló porque es nuestra portavoz en el Ayuntamiento de Alicante. No tengo ningún problema con ella, respeto su trabajo en el consistorio, y no es una enemiga, una amiga. Mazón es un frívolo, si el día de la Dana hubiese sido un gerente de unos grandes almacenes y hubiese habido víctimas o daños y él estuviese comiendo, habría durado un cuarto de hora. Debe irse, dejar paso. Le conozco desde que él estaba en la Universidad, le tengo aprecio, pero estoy analizando una gestión política. Tendría que haber presentado la dimisión, no lo hace porque el PP no le deja, hacerlo supondría reconocer que la culpa no la tiene Pedro Sánchez sino él. Esa pasividad suya hará que Diana Morant gane las próximas elecciones autonómicas con claridad…

— Tienes buena relación con Mazón, así que entiendo que no tendría problemas en tomarse un café contigo. Digo esto porque Ana Barceló dijo tajantemente en un coloquio en la librería Pynchon que no se tomaría un café contigo…

— (Risas) Yo no tengo adversarios en ningún sitio. Me tomo cafés con quien sea, aunque estemos en las antípodas ideológicas. Eso es vivir en convivencia. Con Barceló me tomo los cafés que hagan falta.

— Miguel Millana dijo en una carta con espíritu navideño de sinceridad, que el PSOE de Alicante no podía depender de una sola persona, ¿Qué ha pasado entre él y tú? ¿De dónde nace ese desencuentro?

— No tengo ningún problema, para mi es un gran activo del partido. Trabajamos juntos durante años en UGT, codo con codo. Trabajé con él en la construcción de empresas de economía social, ha sido una persona clave en este cometido. Con la experiencia que tengo con él no puedo tener nada en contra, al contrario, le tengo en gran consideración, ha sido una persona valiosa en mi vida.

— Pero no creo que el señor Millana se enfadase por ciencia infusa, algo pasaría entre vosotros, ¿no?

— Yo en la conciencia de la gente no entro. Solo soy responsable de mis decisiones, que se explique él, no puedo decir nada negativo sobre su persona. No sé lo que él dice de mí, pero yo sólo sé que es una figura ante la que hay que quitarse el sombrero.

— ¿No se ha podido sentir arrinconado por querer mover la silla de secretario general del PSOE en Alicante?

— No hay movimiento de sillas, los que deciden son los afiliados de Alicante, a veces ponen y otras veces quitan. Yo por ejemplo he estado donde tenía que estar en cada momento, e incluso a veces, por desgracia, se ha sido injusto conmigo, demasiado duro por muchos errores que una persona cometa.

— ¿Qué movimientos que se han tomado contra ti te han dolido?

— He cometido errores, pero creo que hay que quedarse con la capacidad de cambiar de esa persona. De todas formas esa relativización de los que dicen cosas de mí me ayuda a seguir luchando en el PSOE. Me acuerdo mucho de la figura de Pedro Sánchez, su capacidad de resistencia, de cómo aguanta aunque no le dejen de acosar y atacar cada día. Es admirable.  

— No podemos olvidar que Pedro Sánchez es el autor de Manual de resistencia… La carta de Millana no la has leído, pero seguro que ese libro si…

— A Pedro Sánchez le conozco y cuando se presenta por primera vez a secretario general, le apoyé porque creía en él. Después en el 2016 no entendí nada de lo que hacía, y respaldé a Susana Diaz, por lo que me calificaron como anti-sanchista. Cuando fue escogido nuevamente líder del partido, estuve ahí para cerrar filas en torno a él. Pedro Sánchez es uno de los líderes que más se respeta a nivel internacional, España no había tenido tanta influencia en el mundo desde Felipe II y Carlos V. No podemos negar que vivimos mejor que en el siglo XVIII. La inteligencia artificial está cambiando el panorama y Pedro Sánchez es uno de los grandes defensores de la nueva vanguardia.

— Hablando de inteligencia artificial… ¿Ha faltado inteligencia política en el PSOE a la hora de escoger a los últimos candidatos a la alcaldía de Alicante?

— Estoy en desacuerdo con la forma en la que Gabriel Echávarri perdió la alcaldía, me pareció lamentable que se le obligara a dimitir. La ciudad actualmente es un desastre, está sucia, no tiene un proyecto, los barrios están abandonados, llevamos años a vueltas con el palacio de congresos. El alcalde nos tiene que explicar si de verdad se va a construir el palacio de congresos o es una quimera. Barcala no da la talla, el PSOE tiene líderes capaces de relanzar la ciudad de Alicante. Estamos articulados estructuralmente, nos falta dar el salto. Necesitamos un liderazgo fuerte, unido e integrado, estoy seguro de que en junio eso se conseguirá y el PSOE será un elemento de impulso para Alicante.

— Barcala no está dando la talla pero el PSOE no consigue encontrar un liderazgo que aúpe al PSOE a la alcaldía…

— Estamos en condiciones para que en 2027 haya un proyecto alternativo al Partido Popular. La unidad es elemental, felicito la Navidad a todos los afiliados, son importantes para mí. Un proyecto comprometido y con líderes potentes marcará la diferencia. Estoy convencido de que en junio se hará un gran equipo.

— El primer paso para ser el secretario general del PSOE en la ciudad de Alicante es Quico Fenollar, ¿no es un poco caer en lo mismo que se cayó en las anteriores ocasiones al promocionar a un candidato que no es de Alicante ciudad?

— Hay varios nombres sobre la mesa… Montesinos, Fonseca, Fenollar, Barceló si se quiere presentar… Yo solo tengo un voto, el de Ángel Franco.

— A día de hoy, ¿no tienes ninguna preferencia?, ¿ningún favorito?

— Ninguno. Ahora hay que hablar de pensiones y de otros asuntos. Los que tienen que llevar la iniciativa son los que se darán el paso en junio cuando toque hablar de cambios en la ejecutiva local.

— ¿Nunca te has planteado dar tú el salto y presentarte como candidato a la secretaría general?

— A mí se me pasó el arroz en el año 2.000. La gente tiene que saber dónde está y donde debe de estar en cada momento, y en estos momentos no soy la persona adecuada, hay gente más joven y preparada que yo. Que me hubiese gustado en su momento, sí, y habría hecho una gran labor. Ahora necesitamos a alguien con más entidad.