ALICANTE. "Ojalá todos entendieran la importancia de no comer carne", dice un niño. "Ojalá el bicho nos deje tranquilos después de Navidad", apunta otro. Así, los jóvenes acogidos en la Fundación Juanito de Buenos Aires, institución dedicada a la protección de la infancia y la adolescencia en situación de vulnerabilidad, han plasmado sus anhelos en las banderolas de una instalación artística planteada por el alicantino Javi Moreno, quien ha animado a airear y colgar al viento sus deseos para este año nuevo que comienza. Deseos, en su mayoría, que tienen mucho que ver con la esperanza en lograr el bien común y que llaman la atención proviniendo de personas con más carencias cotidianas que el resto.
"Todo está regulado por esa gran fuerza llamada deseo; eso que hace que nos sintamos atraídos por lo que percibimos y que parece no surgir de la razón", describe el artista visual. Más allá de la posibilidad de cumplir todas esas inquietudes, "desear nos vincula al mundo que habitamos", explica. "Nos hace establecer categorías, elaborar rankings de lo que más nos mueve y escribir listas. Nos demuestra, también, que estamos vivos", apunta. Ese es el argumento del proyecto Wishlist21, una exposición individual que se sitúa a caballo entre la instalación y la mediación artística. Iniciativa realizada por la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) y la Universidad de Buenos Aires (UBA), en colaboración con este centro de acogida, que además celebra de este particular modo su 25 aniversario.
Colgar deseos en los árboles es algo recurrente en culturas como la japonesa. De hecho, una de las instalaciones más conocidas de la artista japonesa Yoko Ono es precisamente un 'árbol de los deseos'. Así, esta iniciativa consiste en algo parecido, que es "colgar los deseos al viento para que se muevan como un mantra, para que el viento los lleve y los traiga", explica Moreno. La instalación es, por tanto, "una alusión a lo festivo de este aniversario, pero con resonancia en otras culturas y sus prácticas", describe.