Pablo Casado lanza a Carlos Mazón como nuevo candidato a president de la Generalitat Valenciana. Isabel II comercializa su propia ginebra con plantas de Buchingham. Leonor de Borbón preside un laico y sobrio Homenaje de Estado. Donald Trump despide a su jefe de campaña. La sagrada familia Pujol es "una organización criminal". Mónica Oltra, de subidón y con mascarilla, le planta cara Ximo Puig. Cae pedrisco en la Unión Europea. Los rebrotes desbordan a los barones autonómicos. Ángela Merkel le recuerda a Mark Rutte -preso de sí mismo en plena campaña electoral- que Holanda es un paraíso fiscal. Los alcaldes están desesperados. Antonio Banderas se compra Málaga. Olé. Toni Cantó quiere ser decisivo. A dos bandas. La Acadèmia Valenciana de la Llengua, el Institut d’Estudis Catalans y la Universitat de les Illes Balears firman un protocolo de colaboración. El Viejo y el Nuevo Testamento del PP indígena se dieron cita en la misa funeral por Juan Cotino. Felipe González sale en defensa de Juan Carlos I. Y sus jabalíes. Las temporeras de la fresa empiezan a volver a Marruecos. Toda Alicante echa de menos a Mari Carmen Sánchez. Santiago Abascal es divino: nos convoca a conmemorar el 808 aniversario de la batalla de las Navas de Tolosa. Arde la catedral de Nantes. Vuelve el surestismo.
Hoy es día de resaca triunfal en el PP alicantino. Del reparto del tesoro y de dónde esta la llave, queridos lectores, ya están ustedes debidamente informados. Las quinielas con nombres y apellidos de vencedores, descartados, cabreados y adheridos, la fotogalería y el sesudo análisis -a mi izquierda en su pantalla- aquí como siempre, en abierto, en Alicante Plaza. Simplemente apuntar que el Pentágono ha prohibido las banderas confederadas en todas sus instalaciones. Seguimos sin saber a qué velocidad exactamente se expande el Universo. Recemos por los 92.700 visones sacrificados en Teruel. En fin, he acabado un párrafo sin ninguna negrita. Aleluya.
Aunque el podemita Xavier López y Natxo Bellido, de Compromís, no están nada mal, la verdad es que uno, así en plan personal, intransferible y sin remisión es un fan total de Francesc Sanguino. Todavía recuerdo cuándo ilustres escrivivientes y profetas de la cosa como un servidor auguraban que huiría del barco si perdía las elecciones. El líder socialista alicantino está haciendo ganar credibilidad y solidez a la alternativa progresista. Uno, en fin, es un cultureta y está enamorado de las estrellas, las palabras y la buena educación. Por eso me gustó escucharle decir el otro día que tras la pandemia y las 105 medidas, es la hora de la política y de demostrar que somos merecedores de "llamarnos ciudad". Me gustaría conocer a este Paco Sanguino in person. Una palabra tuya bastará para sanarme. Tocan las campanas en la Basílica de Santa María.
