MADRID (EFE). En el espacio "orgullosamente pop" que triangulan Santiago Auserón, Tino Casal y La Unión y que discurre narrativamente entre "lo que fue y lo que tal vez pasó", la banda Varry Brava apuesta por que "se puede hacer canciones de todo", sin perder credibilidad en el intento.

"De las cosas que más nos diferencian de la llamada corriente 'indie' en la que suelen enmarcarnos, está el hecho de que no somos nada cenizos ni impostados en la profundidad", afirman durante una charla con la agencia Efe por el inicio en Madrid de su nueva gira.

En ella, el trío murciano integrado por Óscar Ferrer (vocalista), Aarön Sáez (guitarra y teclados) y Vicente Illescas (guitarra) presentará su tercer disco de estudio, "Safari emocional", titulado así por "la montaña rusa de sensaciones" que produce la vida misma y que está poblado por sus propias fieras, "de las más dóciles a las más salvajes", como "Sonia y Selena". Al neumático dúo musical del mismo nombre que triunfó a principios del siglo XXI le dedican como guiño una de las canciones más singulares del nuevo álbum, que trata sobre "una rubia y una morena" a las que conocieron en una noche de fiesta.

En esa cotidianeidad mundana se mueven como pez en el agua estos "colegas de instituto" que, en otra noche de copas, decidieron formar la banda tras escuchar a Barry White en una emisora, justo en una época en la que andaban "muy enganchados" a una canción llamada "Brava" de la italiana Mina. "Molaría tener una banda que se llamara Varry Brava", se dijeron, escrito con "v" por "diferenciarse y tocar las narices".