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Lluís miquel

Una vida dedicada a la música y cultura valencianas

  • Lluís Miquel. Fotos: KIKE TABERNER

VALÈNCIA.- Lo ha hecho todo. Tal cual. En nuestra música y en nuestra industria cultural. Quizá a las generaciones más jóvenes no les diga gran cosa el nombre de Lluís Miquel Campos (València, 1944), pero sin él no entenderíamos ni la música popular valenciana ni el bendito oficio del doblaje de cine y series al valenciano. En los dos ámbitos fue un avanzado a su tiempo. Músico, cantante, productor, empresario… son muchos los vértices de una personalidad insustituible como la suya. Ni siquiera él sabría por cuál de esas cuatro acotaciones podría decantarse a la hora de definirse. Quizá no se entiendan unas sin las otras. 

Tiene la edad de jubilación legal más que rebasada pero acude a diario a su despacho en la calle Joaquín Costa, en la zona de Cánovas. Allí se encuentra Adí Producciones, en el céntrico barrio del Ensanche en el que nació y en el que ha vivido toda su vida (cursó el bachillerato en Maristas, al poco de inaugurarse su actual edificio de la calle Salamanca, tras pasarse por El Pilar cuando estaba en pleno centro de la ciudad). Algo que la mayoría de la gente quizá desconoce: Lluís Miquel es un comprometido y autodidacta valencianoparlante en territorio comanche, viviendo en unas calles en las que predomina abrumadoramente —no digamos en la València del franquismo— el castellano. En «este barrio, que era de señoritos», como lo describe, pasa las mañanas, manejando su silla de ruedas eléctrica con una soltura envidiable. Y manteniendo una lucidez y una memoria inoxidables. Y allí es donde nos recibe para una prolija charla. 

De un tiempo a esta parte, no para de recibir homenajes. «Eso me acojona un poco, ¿habrán hablado con mi médico?», me dice con mucha retranca. Ya se sabe: cuando los tributos en vida empiezan a cundir, mejor será no mentar a la bicha. En cualquier caso, siempre es preferible recibirlos en vida. Y a él le han llovido, especialmente en los últimos tiempos. Al premio Berlanga (2009), el Vicent Ventura (2014) o el Mèrit Cutural de la Generalitat (2018), se le han ido sumando la medalla del Consell Valencià de Cultura (2021) y los homenajes del Teatre Micalet (2021) y el Barnasants (2021) barcelonés, estos ya todos en plena pandemia. «Hay gente que ha muerto pobre», comenta cuando hablamos acerca de músicos valencianos que merecían más eco y no lo tuvieron. No será ese su caso. Él se ha sabido ganar la vida. Y de qué manera. 

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