ELCHE. Una puerta entreabierta, un 'sí' condicionado, un 'no' en rotundo en el Senado, otro 'no' del director del Museo Arqueológico Nacional, interpretaciones según quién... Si algo no le ha faltado al hipotético retorno de la Dama de Elche a la ciudad en la que fue descubierta han sido bandazos en el camino o contradicciones. Tampoco noes. Desde el decreto de 2016 para la creación de una comisión bilateral entre Consell y Ayuntamiento, para lograr la cesión del busto, haciendo del Museo Arqueológico y de Historia de Elche (Mahe), ha habido un sostenido camino de novedades y reuniones con tres ministros diferentes. Sin embargo, este miércoles el director general de Bellas Artes, Isaac Sastre de Diego, ponía punto y final con un comunicado del que el equipo de gobierno informaba este viernes. Según criterios técnicos, "el actual de la pieza desaconseja desaconseja cualquier movimiento".
Aunque también hubo este viernes conversaciones telefónicas desde el ministerio con el regidor Carlos González, a mediodía se recibía un escueto comunicado ministerial:
Tras haber revisado con detenimiento la documentación enviada al Ministerio de Cultura y Deporte, en la que se solicita al Gobierno de España la cesión temporal durante un año de la Dama de Elche, les traslado que el estado actual de la pieza desaconseja cualquier
movimiento. En este sentido, es preciso recordar que la pieza se encuentra en un delicado equilibrio y que cualquier traslado, vibración o cambio en las condiciones medioambientales puede desencadenar procesos de degradación irreversibles. Esta postura está basada en criterios técnicos y en el papel de garante de la conservación del Patrimonio Histórico Español que otorga la Ley de Patrimonio Histórico Español 16/1985 a la Administración del Estado.
Lo que plantea otras cuestiones, como por qué ahora sufre ese estado de "delicado equilibrio", si ya lo sufría hace 16 años cuando se trasladó al Mahe o si ha pasado algo relevante en este periodo.
¿Cómo se ha llegado hasta aquí?
Una decisión final que zanja, al menos por el momento —aunque González señala que no arrojan la toalla—, un culebrón que llega a los seis años y con el que el equipo de gobierno pretendía que el busto íbero estuviera en el segundo semestre de 2022 en la ciudad, para coronar el 125 aniversario del hallazgo en el yacimiento de La Alcudia. Una empresa difícil en la que se había embarcado, y que ya había recibido varias respuestas negativas; tanto desde el Ministerio de Cultura del Ejecutivo de Mariano Rajoy a través de las constantes preguntas del senador de Compromís Carles Mulet sobre un posible regreso temporal o definitivo, como posteriormente con el mismo procedimiento con el gobierno de Pedro Sánchez. El propio ministerio ha indicado estos años varias veces que no se planteaba ninguna cesión, algo en lo que incidía a finales de 2021 en una entrevista en El País el director del Museo Arqueológico Nacional (MAN), Andrés Carretero.