BENIDORM. 250 truenos iluminaron el pasado 9 de agosto el cielo de Altea en la 37ª edición de los fuegos artificiales del Castell de L’Olla. Más de 100.000 personas pudieron disfrutar de este espectáculo único.
Sin embargo, tras la celebración, la playa requería de una intervención rápida y de urgencia para retirar los residuos. Por ello, y con el objetivo de que dichos restos no acabaran en el mar generando un impacto ambiental amenazante, la Fundación Mundonar tenía prevista una limpieza de la zona, en coordinación con otros activos como el Ayuntamiento de Altea, la Organización de los fuegos del Castell, el club El Cranc Surf, Penta laboratorio, Davante y DeAmictia. Con todo ello, y con la participación de 25 voluntarios, se logró retirar cerca de 100 kgs de residuos de L’Olla.
Entre los desechos encontrados en tierra abundaban las botellas, latas, vasos de plástico y colillas. Mientras, en el agua, se hallaron los restos lógicos de la pirotecnia empleada, ya que, desde la organización existe una importante conciencia ambiental que, año a año, se traduce en el uso de materiales más respetuosos con el medio natural. Desde la Fundación Mundomar se ruega a todas las personas que acuden a este tipo de espectáculos que lo hagan de manera responsable y respetuosa. Y es que la contaminación marina supone un riesgo real, cada vez mayor, que, de no establecerse las medidas correspondientes, podría acabar con las especies locales. A este respecto, la Fundación realizó, enmarcada en la jornada de limpieza, una serie de talleres educativos para concienciar sobre la contaminación de los mares y los seres que habitan en él.
Con este tipo de iniciativas, tal y como afirma Federica Corrias, responsable de Conservación de la Fundación Mundomar, “se pretende proteger el ecosistema costero y animar a los visitantes y turistas a que disfruten de un modo responsable en este tipo de eventos que, de gran calado tanto local como internacional, se llevan a cabo en un entorno de naturaleza como es la bella Altea”.