ALICANTE. El presidente del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), Rafael Ballester, muestra su preocupación en una provincia de Alicante que no alcanza aún en determinadas cifras de competitividad a la media en España. No obstante, afirma que en el tercer trimestre del año "se confirma la senda positiva de crecimiento que empezó en la primera mitad del año". Una recuperación que protagonizan en mayor medida el turismo - sobre todo nacional- y también las exportaciones - salvo en el sector del calzado-. Es decir: el camino y el resultado de junio a septiembre fue positivo, pero preocupan ciertas tendencias e indicadores a nivel provincial, en comparación con el país e influidos por la economía y el contexto global internacional.
Es una de las conclusiones tras el análisis del Informe de Coyuntura Socioeconómica de la provincia de Alicante correspondiente al tercer trimestre del año, donde se refleja una recuperación con respecto a 2020, que en algunos indicadores ya alcanzan a 2019, pero en el que preocupa la deriva de algunos sectores y las condiciones de trabajadores, contrataciones y poder adquisitivo de la población en general. "En el primer semestre del año se intuía la tendencia que llevábamos pero ahora se confirma".
Más afiliación, contratos de menos horas
La afiliación en la provincia de Alicante supera cifras de 2019, según este nuevo informe mes a mes. Algo relevante, destacan desde Ineca. El contraste es que en Alicante cada vez hay menos empresas con trabajadores y hay menos contratos a tiempo completo -ya sean temporales o indefinidos- y crecen los de media jornada. El tercer trimestre también subió la afiliación de autónomos por encima de la media nacional.
Además, al cierre del tercer trimestre, había unas 8.000 personas en ERTE en la provincia alicantina. Algo que, según Ballester, "preocupa, porque aunque avanza la recuperación, es lenta y progresiva y esas personas y, sobre 1.000 o 1.200 compañías en ERTE aún están pendientes de saber cóm será su situación en los proximos meses".
Las empresas más pequeñas y jóvenes son las que más afectadas son por la crisis en la pandemia -sobre todo a micropymes y de menos de tres años- y las más grandes o maduras han ganado peso.
Los máximos de afiliación llegaron en julio y agosto a un récord histórico aunque es paradójico "el valor alto de paro registrado". Queda por ver qué pasará el último trimestre.